Massa se quita del medio

La ceremonia del champán menos lucida de la historia de la fórmula 1 vino precedida de la carrera más controvertida de la temporada. El Gran Premio de Alemania parecía tener los ingredientes adecuados para darle un meneo al campeonato y hacer que entrara en erupción, pero finalmente acabó como el rosario de la aurora debido a una maniobra tan flagrante que por sí sola bastó para reabrir el eterno debate acerca de la moralidad de las órdenes de equipo. Fernando Alonso y Felipe Massa lograron, por este orden, el segundo doblete del curso para Ferrari, mientras que Sebastian Vettel terminó el tercer puesto por delante de Lewis Hamilton y de Jenson Button. Esta combinación estrecha la distancia que separa al líder (Hamilton) del quinto (Alonso), además de confirmar la evolución de los monoplazas rojos, que en cuatro carreras han limpiado la desventaja de ocho décimas que arrastraban con respecto a los Red Bull.

"Fernando es más rápido que tú. Confirma que lo has entendido", le dijeron

Una vuelta después, se quedó seco y el español le superó suavemente

Sin embargo, ayer fue un día de digestión pesada para los corredores de los bólidos rojos, que vieron cómo toda la presión de representar a una institución como la de il cavallino rampante les caía de punta sobre sus cabezas.

Nada más bajarse de sus F10, Alonso y Massa apenas se miraron, hasta que el asturiano se acercó al coche del brasileño y le rodeó la cintura con un brazo. Massa se quitó el casco, sonrió y puso cara de circunstancias, una expresión que también le acompañó cuando Stefano Domenicali, el jefe, les cogió a los dos y volvió a llevarles al podio, y una mueca que también estuvo presente en la sala de conferencias durante la intervención de los tres ganadores. Un gesto, en definitiva, que no era más que el reflejo de la decepción que en ese momento sentía Massa, un piloto que lleva demasiados años luchando contra aquellos que le tachan de segundón como para que ahora sea su propio equipo el que se lo acabe confirmando, desde el muro y por la radio.

Massa circulaba en cabeza desde que él y Alonso emparedaron a Vettel, que se quedó clavado en la salida. Ambos realizaron una única parada en los talleres para desechar los neumáticos blandos y colocar los duros. Primero Alonso (en la vuelta 13), y justo después, Massa (14). Al reincorporarse a la pista, el chico de Oviedo le fue ganando metros al líder hasta que se le echó encima (vuelta 21), al abordar la frenada previa a una curva a la derecha en la que un par de doblados se metieron por medio para complicarlo todo un poquito más. Aunque no llegaron a tocarse, la maniobra de defensa de Massa hizo que Alonso contactara con el muro para quejarse de la actitud de su compañero: "¡Esto es ridículo!".

A partir de ese momento, los dos Ferrari se enmarañaron en un contundente intercambio de golpes, a base de vueltas rápidas, que se alargó 20 giros (del 27 al 47) y que no duró más por obra y gracia de Rob Smedley, el ingeniero de pista de Massa, que protagonizó una intervención por la radio que le hará saltar al estrellato, aunque seguro que no será como actor. Alonso rodaba a menos de un segundo (vuelta 48) cuando el técnico británico se dirigió al brasileño: "Fernando es más rápido que tú. Confirma que has entendido el mensaje". Que Massa lo pilló al vuelo quedó claro una vuelta más tarde, cuando su F10 se quedó seco al salir de una horquilla a la derecha para que el español le adelantara suavemente y con sospechosa facilidad, y se colocara en cabeza.

Por si los comisarios aún dudaban de si Ferrari había echado mano de las órdenes de equipo, el ingeniero volvió a facilitarles el trabajo cuando su piloto ya giraba el segundo (vuelta 50) -"Bien hecho. Ahora mantente detrás de Fernando. Perdona"-, y también cuando cruzó bajo la bandera de cuadros -"¡Felipe, has vuelto! Buen trabajo y muy magnánimo. Ya sabes lo que quiero decir..."-.