LeBron marca la línea

LeBron James no está dispuesto a dejarse sorprender como el año pasado, cuando Orlando eliminó a Cleveland en la final de la Conferencia Este. Lo demostró desmontando la mejor versión de los Celtics (101-93), la que había salido a relucir en el momento más importante de la temporada, en el interesante duelo que enfrenta a dos de los tres gallitos de esa zona de la NBA. El equipo de Boston había sobrevolado su eliminatoria ante Miami reduciendo a cenizas las esperanzas de Dwyane Wade. Acto seguido se plantaron en Cleveland y empezaron a hacer mella con su dinámica, dura y bien estudiada defensa a unos Cavaliers dejados de la mano de LeBron y, momentáneamente, sin más dinamita. En el descanso, los Celtics dominaban por 43-54 y, sobre todo, habían adquirido un inesperado ascendente sobre el juego. Todo encajaba: defensa de hierro, un Rajon Rondo incontrolable y un oficio, el de Garnett, el de Pierce, el de Ray Allen, que no dejaba maniobrar a los Cavaliers.

Tuvo LeBron James a todos los suyos en vilo. Su primer cuarto fue malo. Apenas tiró y cuando lo hizo fue con el brazo izquierdo. El codo derecho, el que tiene lastimado y envuelto por una codera, pareció disminuir seriamente su rendimiento. Pero en el tercer cuarto todas las dudas que ensombrecían el Quicken Loans Arena quedaron disipadas. Mo Williams enlazó una serie 14 puntos casi consecutivos y LeBron empezó a soltarse y a demostrar por qué ha sido designado el jugador más valioso (mvp) de la temporada por segunda vez consecutiva. Es el décimo jugador en la historia de la NBA que gana ese título en dos cursos seguidos. Los 35 puntos, 12 de ellos en el último cuarto; siete rebotes y siete asistencias de LeBron fueron determinantes junto a los 20 puntos de Williams y los 11 de O'Neal y de Hickson.

Tan determinantes como la escasa producción del banquillo de los Celtics, con sólo 12 puntos, los malos porcentajes de Pierce y la floja actuación de Perkins en los últimos compases del partido. Los 27 puntos y 12 asistencias de Rondo y los 18 puntos y 10 rebotes de Garnett no sirvieron de gran cosa.

"Mi codo me ha molestado menos a medida que iba transcurriendo el partido. Pero no acostumbro a buscar excusas y mi equipo tampoco. Queremos eliminar a los Celtics y para ello tenemos que jugar mejor que en este primer partido", afirmó LeBron.