Cruzar el desierto a fuerza de remolacha
Un francés y dos japoneses se obstinan en llegar al lago Rosa con biocombustible
A fuerza de remolacha. Así pretende llegar al lago Rosa, de Dakar, el francés Christian Dequidt. Ayer, horas después de que Marc Coma e Isidre Esteve, vencedor de la etapa el uno y líder de la clasificación general el otro, descansaran en sus tiendas, ya aseados y masajeados por sus fisioterapeutas, nadie en el campamento tenía noticia de él. Llegó tres horas más tarde, el 218º de entre los motociclistas. Su compatriota Cyril Despres, ganador del rally en 2005, rompió el cambio de su KTM y tuvo que recorrer los últimos 60 kilómetros en primera velocidad. A Dequidt pudo entrarle arena en el aceite de colza que lubrica los pistones de su Yamaha o deshacérsele alguno de los plásticos protectores, hechos a base de almidón de maíz y lino natural. Y es que este agricultor-motorista, como así le gusta que le apoden, es, además de un agitador en Francia, uno de los tres testarudos aventureros que pretenden llegar al final con ayuda de biocombustible. El 10% del carburante que alimenta la Yamaha número 192, la de Dequidt, es un derivado de la remolacha que él mismo cultiva en La Granja de los Pájaros, de Frevent, al norte de Francia.
"No soy un ecologista radical", se defiende a sus 55 años. "Todo lo contrario. Nunca he estado a favor de la suspensión de ninguna carrera. Llegará un día en que el hombre conseguirá sustituir el combustible de nuestros vehículos por el vegetal", adivina Dequidt, que este año cumple su cuarta tentativa en el Dakar. En 2001 lo intentó impulsando su moto a base de etanol, pero abandonó. Testarudo, repitió los dos años siguientes. Tampoco tuvo suerte. "No me importa llegar a Dakar. Lo que quiero es que la gente tome conciencia de lo que se puede extraer de los vegetales", pregona el motociclista aficionado, un habitual entre los participantes del enduro de Bouquet, en su país.
Aunque su teoría pueda parecer aventurada, Dequidt domina este terreno al extremo de que algunos diputados franceses le invitaron recientemente al Parlamento para que expusiera su tesis. Al tiempo que distintas asociaciones promueven la suspensión del Dakar por motivos medioambientales -en esta edición se consumirá un millón de litros de petróleo-, algunos de sus participantes harán también lo posible por no recurrir a ellos.
Es el caso del japonés Ukyo Katayama, que pretende completar la carrera al volante de un Toyota que se alimenta de un combustible directamente derivado del aceite de cocina doméstico. Gracias a un novedoso proceso desarrollado por especialistas de la Universidad de Osaka, este piloto de fórmula 1 en los años 80 llegó ayer a más de una hora de Ginel de Villiers, ganador de la etapa. El surafricano de Volkswagen ocupa el segundo puesto en la general, a un minuto de Carlos Sainz, el nuevo líder entre los coches. Veinte minutos más tarde que el Toyota de Katayama entró el de Shusei Yamada. Al igual que su compatriota, el propulsor de su bólido se nutre en un 20% con un combustible también ecológico, aunque menos sofisticado que el que emplea el otro de los nipones. "En cualquier caso, todas las opciones son buenas si el fin es conseguir exigir menos al medioambiente", concluye Dequidt.
Clasificaciones: Tercera etapa: Nador-Er Rachidia (Marruecos), 252 kilómetros.
Motos: 1. Marc Coma, 3h 7m 39s. 2. Chris Blays (EE UU), a 56 s. 3. Isidre Esteve, a 2m 57s. General: 1. Isidre Esteve, 5h, 42m, 12s. 2. Marc Coma, a 26s. 3. David Casteu (Fra.), a 1m 3s.
Coches: 1. Giniel de Villiers (SA), 2h 46m 12s. 2. Carlos Sainz, a 25s. 3. Stephane Peterhansel (Fra.), a 3m 18s. General: 1. Carlos Sainz, 5h 9m 19s. 2. Giniel de Villiers (SA), a 1m 2s. 3. Carlos Sousa (Por.), a 4m 26s.
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