Carta abierta a Mr. McQuaid
Señor McQuaid, no tengo el gusto de conocerle personalmente, aunque bien es verdad que, dejando claras las cosas desde un principio, tampoco me apetece lo más mínimo. Y no debería ser así porque, siendo usted como es el máximo mandatario de nuestro deporte, debería contar con el apoyo y el beneplácito de los que formamos parte de él, pero no es tal el caso.
Quizá se esté ahora felicitando por el éxito de su última iniciativa, la famosa carta Compromiso de los corredores por un nuevo ciclismo que nos acaba usted de obligar a firmar. Y no me equivoco al usar el verbo, obligar he dicho, porque muchos lo hemos hecho bajo la coacción y la amenaza: o firmas o no corres.
Lo que menos le importa es que los corredores estén o no de acuerdo con el contenido, que se cree un debate, que trabajemos juntos por un objetivo común. No, usted ha redactado su carta sin consultar a nadie. No, lo único que a usted le importa es que nosotros estampemos nuestra firma, nuestro compromiso a pasar por el aro de lo que usted mande, que es el fondo de la cuestión, aunque lo venda de otra manera.
Cada cual tendrá su opinión, yo concretamente he firmado la carta, pero a mí particularmente ese texto me parece de lo más absurdo que ha podido salir últimamente de su cabeza pensante. Compartiendo como comparto el fondo de la cuestión, esto es que estoy a favor de endurecer la lucha contra el dopaje -esa lacra que va camino de terminar con nuestro deporte- y que como corredor debo comprometerme en ello, no entiendo que como prueba deba ofrecer mi sueldo en caso de verme implicado en un escándalo de dopaje. "¿Dónde vas? Manzanas traigo", dice el refrán popular. ¿Cuál es el motivo? ¿De dónde ha salido una idea tan brillante? A mí me parece que el razonamiento ha sido algo tan simple como... Vamos a darles donde más duele: el dinero. Le puedo asegurar que conmigo se equivocan, a mí más que eso me ha dolido el tener que tragarme mi orgullo y acatar su dictadura, pero bueno, sé que eso a ustedes no les importa, el caso es que he firmado.
Y he firmado por cierto sabiendo lo que tiene ese documento de ilegal y antidemocrático. Es decir, papel mojado, tiene usted una gran colección de papel mojado en una carpeta, pero eso sí, todos firmados, como usted quería. En fin, mi más sincera felicitación.
Y para terminar, un deseo. Espero que con la salida del primer corredor en este Tour de Francia 2007, su protagonismo haya terminado y corresponda a partir de ahora a sus dueños legítimos: los corredores.
Atentamente,
Pedro Horrillo
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