Aluminosis en la LEB Oro
La posible desaparición del Granada es otra de las grietas de la competición, donde se acumulan los equipos en crisis económica y excesivamente dependiente de las subvenciones públicas
"Esto es un SOS porque el club no puede más", aseguró el pasado lunes José Julián Romero, empresario del ladrillo y máximo accionista del Granada, cuando anunció la probable disolución del conjunto ante las dificultades económicas que atraviesa. Como un edificio hecho con sales de aluminio, la competición se agrieta a pasos agigantados y no se sabe cuánto se mantendrá en pie, cómo se pondrá remedio a esta aluminosis. "No venimos a enterrar el club, vamos a liquidarlo al final de esta temporada salvo que alguien diga lo contrario. Al 99% de posibilidades, no hay solución", afirmó Romero, que anunció un ERE a la plantilla, cuyo sueldos solo estarían garantizados hasta enero. La punta de lanza de una categoría con graves dificultades para atraer ingresos y dependiente del dinero público, que se ha esfumado con la crisis.
El Granada vivió años por encima de sus posibilidades, acumulando una deuda de seis millones de euros que le han llevado al concurso de acreedores y que ahora en LEB Oro, tras siete años en ACB, no parece capaz de asumir. Además, el Ayuntamiento no parece dispuesto a volver a abrir el grifo. "No hay posibilidad de ayudas", ha asegurado José Torres, alcalde de la ciudad, aludiendo a la crisis, "en los años en que se ha podido ayudar porque había posibilidades económicas, se les ha dado siete millones de euros". El consistorio aún debe 900.000 euros al equipo, correspondientes a la temporada 2009-10. "Hicimos un presupuesto de 1,2 millones el verano pasado en base a las promesas y ahora solo tenemos 480.000 euros", se lamenta Romero, solicitando apoyo institucional y de los bancos que no ha llegado.
Los clubes tratan de atraer patrocinadores, pero la mala situación económica hace que su presencia sea huidiza. "A mí me ha pasado de todo, podría escribir un libro", asegura Joaquín Rodríguez, presidente del Baloncesto León, "patrocinadores que entran en concurso de acreedores, empresas con las que subes de categoría y luego desaparecen...". De los 930.000 euros de presupuesto del equipo, 230.000 proceden de subvenciones, casi la misma cifra que se destina al pago de jugadores, 276.000. "No me gusta llamarlo subvenciones, porque parece que estemos ahí a la sopa boba. Hay ciudades como Cáceres, Huesca y León en las que los equipos son muy importantes para que se escuche hablar de ellas", defiende, a la vez que reconoce que en LEB Oro "es imposible vivir sin ayudas y patrocinios. De hecho, el 51% del club pertenece al ayuntamiento". "El León trata de reservar el 10% del presupuesto para ir pagando la deuda [unos 800.000 euros], pero este año creo que no vamos a llegar. Y si el Ayuntamiento decide reducir la prestación 90.000 en los presupuestos del próximo año, pues 90.000 euros de números rojos más", se resigna.
"La situación en la LEB Oro está muy mal porque no hay apoyo institucional, aunque nosotros somos los que menos podríamos hablar de esto", asegura Manuel Bernal, el vocal más antiguo del Melilla Baloncesto. Del presupuesto de 1.635.000 euros del club, 1.300.000 proceden de la ciudad autónoma, aproximadamente el 85% del total. Pese al fuerte apoyo público, Bernal se queja de la falta de seguimiento popular. "En el caso de Melilla no hay para más, vienen unas 1.600 personas. Sin embargo, lo seguimos intentando, porque en los playoffs han venido más de 3.000, pero no hay manera", explica. "Actualmente pagamos en salarios 580.000 euros, cuando eso antes nos lo dejábamos en tres jugadores, pero si el Ayuntamiento baja la asignación no queda otra". "Hubo años en los que nos volvimos un poquito locos para ir a la ACB", reconoce el directivo, lo que originó una deuda que ahora ronda los 400.000 euros. El apretón de cinturón supone la bajada de los salarios. "Tenemos algunos jugadores cobrando 900, 1.000 o 1.200 euros. Jugadores que hace un tiempo ni hubiéramos soñado tener por ese precio". Pese a ello, el club lleva un mes de retraso en las nóminas. "Pero tenemos fama de que a final de año todos se van cobrando", esgrime el directivo. Y es que los impagos son moneda frecuente. "Hay muchos equipos con problemas para pagar las nóminas, como siete u ocho. Se ha demostrado que el modelo dependiente de las subvenciones muy bien no funciona", afirma Rafa Jofresa, secretario General de la Asociación de Baloncestistas Profesionales.
Entre los que peor están se encuentra el Mallorca. "Desde que empezamos la temporada hemos cobrado 400 euros", explica Xavi Sastre, técnico del equipo. "La situación es muy dura, hay gente con hijos. Tratamos de motivarnos los unos a los otros y salir adelante con la ayuda de familiares. Nos planteamos si plantarnos o seguir jugando y al final optamos por esto último. Si no logramos victorias, al menos intentaremos competir dignamente. Desde el club nos dicen que están tocando todas las puertas, pero que no se abre ninguna", admite, asumiendo que "con el dinero de los 400 socios que tenemos no nos da ni para pipas". El gobierno balear ha reducido un 77% las subvenciones al Mallorca y al Menorca, uno de los clubes con una masa social más importantes: 2.700 socios, pese a lo que tiene una deuda de 6,4 millones de euros. Aunque ahora lleva las nóminas al día, el año pasado, cuando aún estaba en ACB dejó de pagarlas a mitad de temporada. Abocado al proceso concursal, se encuentra a la espera de que se acepte su plan de viabilidad y, debido a los impagos atrasados, tiene bloqueado por la FIBA la inscripción de jugadores de fuera de las competiciones españolas.
"Es una cuestión de sentido común. Da igual que sea la NBA, la ACB o tu propia casa. No deberías gastar más de lo que ingresas", sentencia Rafa Jofresa. Anoche, el Granada, arropado por su público, perdió 64-84 ante el Huesca, un rival directo en los puestos bajos de la categoría. "Qué le dices a los jugadores cuando, con el ERE, a algunos les vas a suspender, a otros les va a reducir el sueldo y a otros les espera la extinción del contrato", asumió Curro Segura, técnico del equipo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.