La factoría del arte
Decía el estadounidense Jack Warner: "No la quiero buena, la quiero el martes". Afirma el español Elías Querejeta: "Poco a poco he ido descubriendo que hay más o menos un millón de personas que están interesadas en las mismas historias que yo". Son dos ideas en principio radicalmente opuestas de cómo hacer cine. Pero Warner y Querejeta comparten mucho más de lo que en principio dan a entender sus lemas. Ambos son productores intervencionistas, ambos han dejado para la posteridad un cargamento de grandes películas, y ambos eran capaces de dar grandes puñetazos sobre la mesa y dejar claro en situaciones límite quién era el verdadero jefe de la fábrica, ya fuera la factoría de los sueños, la factoría de los chorizos o la factoría de las obras de arte. Eso sí, entre el intervencionismo artístico de Querejeta y el intervencionismo comercial de Warner hay una barrera: la que define al vasco como el más claro ejemplo de productor-autor. Como se recalca en el documental de Fernando Méndez-Leite que hoy se estrena: "El más influyente de la historia del cine español".
EL PRODUCTOR
Dirección: Fernando Méndez-Leite. Intervienen: Elías Querejeta, Carlos Saura, Víctor Erice... Género: documental. España, 2006. Duración. 105 minutos.
El productor, documental de la cadena especializada TCM en principio nacido para su emisión por televisión, llega a las salas con el carácter de inexcusable acontecimiento cinéfilo. Cierto que se trata, más que de una película, de un buen reportaje periodístico que, gracias a la importancia del personaje protagonista, acaba en la gran pantalla, pero se impone su carácter didáctico, su dimensión de compendio de la obra completa de Querejeta. Narrada en orden temporal a través de una voz en off informativa en la que nada se da por sabido (como si se estuviese pensando en la emisión fuera de España) y punteada de esporádicos comentarios críticos sobre su trabajo, El productor se alimenta de numerosas entrevistas con los directores, actores y técnicos con los que trabajó (algunas de archivo, como las del fallecido Ángel Fernández-Santos o las de Víctor Erice, quizá cansado de explicar sus desavenencias en el rodaje de El Sur), además de fotografías, recortes de prensa e imágenes de sus históricas producciones, precisamente las que terminan imperando sobre la convencionalidad del conjunto gracias a la incomparable garra visual de cintas como La caza, El espíritu de la colmena o El desencanto. Así, el collage de secuencias final es no sólo ejemplificador de la importancia de Querejeta sino absolutamente emocionante. Puede que Warner tuviese fama de exigente porque la quería "el martes". Pero para exigencia, la de Querejeta, que las quiere a tiempo y, además, perfectas.
Babelia
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