La colmena de LaBute
Una semiolvidada película británica de 1973, escrita por el entonces en la cumbre Anthony Shaffer (La huella), ha servido a Neil LaBute (dramaturgo antes que cineasta, al igual que Shaffer) para aparcar por un tiempo sus crueles representaciones sobre las posiciones de poder en torno a las relaciones afectivas contemporáneas, tema que presidían las excelentes En compañía de hombres y Amigos y vecinos, y la estimable Por amor al arte.
El autor, sin embargo, ha tratado de hacer suyo un texto aparentemente alejado de sus señas de identidad, centrado en una intriga social ambientada en una remota isla del Pacífico y habitada por una extraña comunidad religiosa pagana.
LaBute, educado en la religión mormona, conoce las particularidades de las congregaciones con tendencia a la endogamia y al conservadurismo.
THE WICKER MAN
Dirección: Neil LaBute. Intérpretes: Nicolas Cage, Ellen Burstyn, Kate Beahan, Leelee Sobieski. Género: intriga. EE UU, 2006. Duración: 105 minutos.
Mantiene la trama principal de la película original, pero ha ajustado mejor las relaciones entre los personajes, haciendo la historia relativamente más creíble dentro de su evidente truculencia. Y además ha introducido un elemento metafórico que funciona bastante bien y que enlaza con algunos de sus textos teatrales: el de la colmena de abejas comandada por una reina, en la cual los hombres cumplen un papel meramente accesorio reducido a la procreación.
Sin embargo, la capacidad visual de Neil LaBute está muy por debajo de su escritura, lo que termina llevando la película a un peligroso territorio en el que no siempre la demencial trama se ve correspondida con las imágenes y el montaje más convenientes.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.