Héroes de Bielorrusia
El a veces azaroso comportamiento de la cartelera española provoca que en apenas un par de semanas se estrenen dos películas sobre la resistencia antinazi en suelo europeo: la danesa Flame y Citron, ambientada en las áreas urbanas del país escandinavo, y la estadounidense Resistencia, centrada en bosques y pueblos bielorrusos. Protagonizadas por personajes reales, ambas se ocupan de un cierto cuestionamiento del héroe. Eso sí, de una forma muy distinta.
Los primeros minutos, que también coinciden en acudir a material documental filmado durante la ocupación, hacen que pronto se descubran las cartas: mientras en la danesa se distinguen perfectamente ambos formatos (documental y ficción), en la americana pronto se ve que la mayoría de sus imágenes de corte supuestamente documental han sido filmadas ad hoc y ensuciadas para dar impresión añeja. Ese punto de falsedad es el que hace que Resistencia pueda verse como un impecable producto para grandes masas, pero nunca como un trascendente estudio sobre el heroísmo, su origen y su lado más oscuro. Como ya le ocurría a la estimable Tiempos de gloria (1988); a las simplemente aceptables El último samurái (2003) y Diamantes de sangre (2006), y a la bochornosa Leyendas de pasión (1994), la épica escrita y dirigida por Edward Zwick acaba siendo de corto alcance.
RESISTENCIA
Dirección: Edward Zwick. Intérpretes: Daniel Craig, Liev Schreiber, Jamie Bell, Alexa Davalos. Género: drama. EE UU, 2008. Duración: 137 minutos.
El antisemitismo ruso, la lucha de clases entre judíos intelectuales y trabajadores o la prohibición de embarazos durante el asedio nazi de los campamentos, acaban desmenuzados por el imperio de lo trillado. Como esa desconexión de sonido a lo Tom Hanks en Salvar al soldado Ryan, o la arenga a caballo del insigne Tuvia Bielski, héroe bielorruso al que sólo le falta la pintura azul en el rostro para ser el escocés William Wallace de Braveheart.
Babelia
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