Extravagancia retro
Lo retro está de moda en el cine y la televisión. Los que eran niños hace 25 años ocupan ahora puestos de responsabilidad en las cadenas o han llegado a establecerse en la profesión artística, y su melancolía (con la complicidad de los espectadores) hace que pequeña y gran pantalla se nutran de productos que triunfaban hace dos décadas. Como La máquina de bailar, penosa comedia bufa con elementos de parodia que recupera la nostalgia cinéfila de películas como Flashdance o Karate Kid y la teléfila de programas como La juventud baila para intentar dirigirse de tú a tú al respetable, a través de un guiño en el que el elemento freak tiene una importancia primordial.
Santiago Segura, como productor y actor, y Óscar Aibar, como director y coguionista, recurren a un humor entre la escatología y la desvergüenza en el que nada tiene gracia. Así, apelan a la incorrección política a través de chistes sobre algunas de las cuestiones más intocables de la España actual, caso de la inmigración; los templos socioculturales de la izquierda y hasta la Casa Real. Sin embargo, para ser políticamente incorrecto, además de atrevido, hay que ser brillante y agudo. Y esto nunca se produce.
LA MÁQUINA DE BAILAR
Dirección: Óscar Aibar. Intérpretes: Jordi Vilches, Santiago Segura, José Corbacho, Bárbara Muñoz. Género: comedia. España, 2006. Duración: 109 minutos.
Babelia
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