Los médicos mantienen la huelga entre protestas por los recortes
Salud cita a los sindicatos, pero no cumplirá sus exigencias
Huelga pese a las cerca de cuatro horas de reunión entre el sindicato mayoritario de facultativos que ha convocado el paro para los próximos martes y miércoles, Médicos de Cataluña (MC), y los representantes del Departamento de Salud. "No pueden satisfacer nuestras exigencias", señaló el sindicato en relación con la reclamación de elevar el presupuesto de 2012 para la sanidad pública a los niveles anteriores al recorte. Salud ha vuelto a citar a MC y al resto de los sindicatos del sector para el próximo viernes, pero fuentes de la Generalitat admiten que no tienen intención de cumplir las exigencias sindicales.
La negociación entre el sindicato médico y la Generalitat coincidió con las protestas de unos 300 sanitarios ante el Parlament para reclamar el fin del tijeretazo presupuestario en Salud. Los cinco sindicatos del sector exhibieron unidad pese a que CC OO señaló el lunes que la huelga de médicos es "irresponsable". "Lo importante es la unidad sindical. La Generalitat debe rectificar ante los recortes", contrapuso ayer una portavoz designada conjuntamente por los sindicatos. La ministra de Sanidad, Leire Pajín, dijo por su parte que entiende "perfectamente" la huelga, informa Antía Castedo. Los recortes en sanidad llevados a cabo por CiU son un ejemplo "de la cara oculta de algunos partidos", señaló en alusión al PP.
A menos de una semana del paro de médicos, el sector ya da por descontada la huelga. "Seguimos abiertos a negociar con la Generalitat", precisa el sindicato médico. Salud, sin embargo, solo prevé negociar el recorte salarial que aplicará al personal sanitario para ahorrar unos 45 millones de euros. "No se hablará de presupuestos", insistieron responsables del departamento.
LA IMAGEN DE LOS RECORTES, SEGÚN lOS SOCIALISTAS
Los socialistas catalanes estrenaron ayer un anuncio electoral en el que endurecen su crítica a los recortes en sanidad, educación y servicios sociales. En él, un actor interpreta a un enfermo moribundo que fallece ante un maniquí colocado en lugar de un médico.
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