El déficit catalán endurece el pulso entre los Ejecutivos de Mas y Zapatero
Rubalcaba avisa a la Generalitat que no "juegue" con los objetivos presupuestarios
Las negociaciones del Gobierno de Artur Mas con el Ministerio de Economía para reconducir el déficit público catalán se han convertido ya en un pulso entre ambas Administraciones. El vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió ayer a la Generalitat que no "juegue" con el cumplimiento del objetivo de déficit, del 1,3% para 2011, que considera una meta "irrenunciable". A pesar de que Rubalcaba sostuvo que el diálogo "está abierto", el portavoz del Gobierno catalán consideró que las negociaciones están "bloqueadas".
Lo que fuentes del Ministerio de Economía definen como un "proceso técnico" ha acabado en una crisis entre ambos Ejecutivos. El primer encontronazo lo propició la negativa del Gobierno central a abonar este año los 1.350 millones correspondientes al fondo de competitividad. Y el segundo se produjo cuando, según la Generalitat, el Ministerio de Economía les exigió un recorte del gasto de más del 20%, aunque fuentes de la cartera que dirige Elena Salgado aseguraron que no se "exige" nada y rechazaron comentar el contenido de los borradores que se intercambian con la Generalitat.
Homs asegura que las negociaciones del plan de ajuste están "bloqueadas"
Ayer Rubalcaba optó por el palo y la zanahoria. Primero avisó a la Generalitat que el objetivo de déficit se mantendrá "a capa y espada". "Que no se juegue con él [el déficit] porque al final estas cosas tienen sus repercusiones", advirtió. A continuación, afirmó que "a partir de ahí, el diálogo está abierto". La contundencia de Rubalcaba se da en un contexto en el que los mercados examinan con lupa las cuentas públicas estatales, después de que Portugal admitiera que cerró 2010 con un déficit del 8,6% del PIB, en lugar del 7,3% que anunció a la Comisión Europea.
El Banco de España, además, esta semana ha considerado que España cerrará el año con un déficit dos décimas superior al previsto por existir "riesgos de desviaciones" en el conjunto de las Administraciones, que se enfrentan a un ajuste sin "precedente histórico". Fuentes socialistas aseguraron que los técnicos de Economía sugirieron al Ejecutivo catalán que debería recortar más si no actuaba por la vía de aumentar ingresos, puesto que al acabar el año el déficit debe ser del 1,3%.
Ese último borrador fue el que suscitó las iras del consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, de tal forma que ayer Homs afirmó que las negociaciones están "bloqueadas" y que no esperan que se reanuden hasta después de las elecciones del 22 de mayo. Sin embargo, aplazar tanto la fecha no beneficia a la Generalitat. A mediados de abril se celebrará el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Ahí deben aprobarse los planes de ajuste de todas las comunidades y, una vez que estos tengan luz verde, el Gobierno les dará la siguiente autorización para endeudarse, que también necesita Cataluña.Si por una parte la Generalitat mantiene un pulso con el Gobierno central, en Cataluña lo tiene con el PSC, que ayer siguió sosteniendo que el Ministerio de Economía no está obligando al Gobierno catalán a recortar el 20% del presupuesto. Ayer asomó, sin embargo, la segunda discrepancia. Los socialistas consideraron que el Gobierno de Mas puede incluir la partida del fondo de competitividad en los presupuestos aunque todavía no tenga la asegurada, como se la han anotado otras comunidades, entre ellas Galicia, Castilla-La Mancha y Castilla y León.
El portavoz del Gobierno, Francesc Homs, rechazó esa opción por considerar que no hay una partida de los presupuestos destinada a ese fin. Sin embargo, fuentes socialistas recordaron que ello no impidió que la Generalitat la anotara en el plan de reequilibrio que presentó al ministerio. "¿Entonces también estaban maquillando el plan?", se preguntaron.
En eso abundó la diputada Rocío Martínez-Sempere, quien hizo hincapié en que el Ejecutivo de Mas "ya contempla" esa partida "en el plan de reequilibrio". Las diferencias contables con el PSC llegan precisamente a menos de dos meses para que la Generalitat deba presentar su proyecto de presupuestos en el Parlament sin tener mayoría. Sin embargo, en la actual batalla con el Gobierno central ha hallado, de momento, el apoyo del PP.
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