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Un aeropuerto en el aire

El aeródromo de Lleida-Alguaire busca un gestor privado y confía en el esquí y en la compañía Spanair para animar la actividad de las instalaciones

El brío con el que un trabajador abrillanta los cristales de la terminal del aeropuerto de Lleida-Alguaire contrasta con la inquietante inactividad que reina en el interior de la instalación en la mañana de un día laborable como la del pasado martes: los mostradores de facturación y las puertas de embarque están cerrados, las cintas transportadoras, paradas, ningún vuelo se anuncia en los paneles de información y las persianas de las tiendas están bajadas. La cafetería-restaurante sí ha abierto, pero solo un par de clientes toman algo en la barra, frente a decenas de mesas y sillas completamente vacías.

Excepto dos días a la semana -los viernes y los domingos-, en los que hay programados vuelos, el ambiente desangelado es habitual en este aeropuerto que la Generalitat puso en marcha hace siete meses. Supuso una inversión de más de 97 millones de euros. Pero ha despegado a medio gas. Lo utilizan las compañías Vueling y Ryanair y solo en fin de semana. Pyrenair ha anunciado vuelos a partir de enero y Spanair mantuvo reuniones la pasada semana con la Generalitat para negociar algunas operaciones, pero solo piensa en algún vuelo nacional.

La instalación solo tiene vuelos programados el viernes y el domingo

Aun así, el tropezón más sonado no ha tenido que ver con las aerolíneas: ninguna empresa se presentó al concurso para hacerse cargo de su gestión. Se ponía así de manifiesto que la confianza que depositó la Generalitat en la viabilidad de este aeropuerto, el primero creado por el Gobierno catalán y el único que no gestiona la entidad estatal AENA, no era compartida por el empresariado, que no estaba dispuesto a invertir 20 millones de euros y a pagar un canon anual de 2,2 millones -requisitos exigidos en el pliego de condiciones del concurso- a cambio de obtener la concesión por 25 años de un aeropuerto "con un futuro incierto y que arranca en una coyuntura económica difícil". Así lo han reconocido algunas de las empresas que barajaron presentarse a la puja, entre las que figuraban Abertis y Ferrovial.

El fracaso del concurso ha dado alas también a las voces que, como el catedrático de Economía de la UB Germà Bel, cuestionaban la necesidad de un nuevo aeropuerto en Cataluña y que este se sitúe en el área de Lleida, ciudad a la que ya llega el AVE y que está a poco más de una hora por carretera del macroaeropuerto de El Prat. "Para ser rentable, un aeropuerto debe tener medio millón de pasajeros al año y el de Lleida no tiene este mercado. Es muy difícil que una empresa esté dispuesta a pagar dinero para gestionar un aeropuerto que será una fuente permanente de pérdidas", sostiene Bel.

Para operar en Alguaire, la Generalitat y la Diputación de Lleida pagarán este año hasta 1,6 millones de euros a Ryanair y Vueling. También gozarán de un "programa de ayudas", que la Generalitat no ha concretado, a las compañías aéreas que decidan operar en este aeropuerto, como Pyrenair, que ha anunciado su aterrizaje en Lleida para el próximo enero con conexiones aéreas con Madrid, Vigo y Lisboa y con ofertas de paquetes que incluyen vuelo, estancias hoteleras y forfaits en las estaciones de Baqueira-Beret y Gran Pallars.

Spanair es una de las compañías en las que la Generalitat confía para impulsar el aeropuerto. El Gobierno catalán ha iniciado esta semana las negociaciones con la aerolínea. Se reunieron el viernes, porque Spanair ha mostrado su interés por operar en Lleida a partir de 2011. No hará una gran apuesta. Su intención es estrenarse con una actividad de uno o dos vuelos por semana y sin salir de las fronteras españolas.

Las aerolíneas no pagan tasas en el primer año de funcionamiento del aeropuerto, con lo que la Generalitat deja de ingresar cifras millonarias. "¿Durante cuánto tiempo la Administración podrá sostener estos gastos?", pregunta. El director de Puertos y Aeropuertos de la Generalitat, Oriol Balaguer, afirma que conceder ayudas, que también se dan en aeropuertos como Girona y Reus, es "normal" en una instalación que acaba de arrancar y se muestra convencido de que Alguaire tiene futuro como "puerta de entrada a los Pirineos". "Si hacemos las cosas bien, es decir, si hacemos política comercial, lograremos sacar partido del potencial de este aeropuerto. Los Pirineos pueden convertirse en el destino de esquiadores, procedentes especialmente del Centro y del Este de Europa, que hasta ahora sólo pensaban en los Alpes para practicar el esquí", indica Balaguer. El turismo de nieve y montaña se considera, desde la Generalitat, un revulsivo para que Alguaire deje de funcionar a medio gas y amplíe su actividad más allá de dos días a la semana.Los más de 42.000 pasajeros que han utilizado el aeropuerto de Alguaire desde enero hasta agosto (además de las conexiones que Vueling y Ryanair ofrecen desde enero con París, Mallorca, Francfort y Milán, la compañía Air Nostrum ha realizado este verano vuelos a Menorca e Ibiza) constituyen, según Balaguer, una inyección de optimismo. 'Hemos arrancado en plena crisis y, pese a ello, hemos empezado bien. Habíamos previsto acabar el año con 50.000 pasajeros y seguro que los rebasaremos', asegura el director de Puertos y Aeropuertos, convencido de que este balance, junto a cambios en el pliego de condiciones, permitirá que el nuevo concurso que se convocará en otoño para gestionar el aeropuerto atraiga a las empresas. Ferrovial y Abertis han asegurado a este periódico que no descartan presentarse y que estudiarán las bases del concurso, que, según avanza Balaguer, ya no consistirá en una concesión a 25 años, sino en un 'contrato de gestión' para el día a día, de cuatro años prorrogables dos más. Además, la empresa no deberá pagar un canon de 2,2 millones anuales ni invertir 20 millones para ampliar el aeropuerto. Existe ya un proyecto para una nueva terminal y una nueva zona de servicios, que la Generalitat ha sacado a concurso como una muestra más de su confianza en el potencial de esta infraestructura. La fe de la Generalitat es compartida por el presidente de la Cámara de Comercio de Lleida, Joan H. Simó, que considera que con la apertura del aeropuerto, finalmente, se ha hecho justicia a una zona de Cataluña que ha sido hasta hoy 'la gran olvidada de las Administraciones y la gran desconocida para los ciudadanos de Barcelona'. Alguaire 'ha tenido un buen arranque y aunque no funcione a pleno rendimiento, no está estancado', señala Simó, que asegura que aún es pronto para valorar el impacto económico de la nueva infraestructura, que crecerá cuando el aeropuerto pueda abrir sus puertas fuera del espacio Schengen (lo que permitiría, por ejemplo, vuelos a Reino Unido). Depende de una decisión del Gobierno español que la Generalitat espera para final de año.

Zona de facturación del aeropuerto Lleida-Alguaire sin actividad, el pasado martes.
Zona de facturación del aeropuerto Lleida-Alguaire sin actividad, el pasado martes.HERMÍNIA SIRVENT
Exterior de las nuevas instalaciones aeroportuarias.
Exterior de las nuevas instalaciones aeroportuarias.HERMÍNIA SIRVENT

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