Racismo en las aulas
Un profesor de Badalona expedientado denuncia en un libro que su instituto discrimina a alumnos inmigrantes
"Estaba harto de que se burlasen de mí como si yo fuera una cosa a la que pueden jugar si se aburren". Un día de noviembre de 2007, Keita (nombre ficticio), que es de Gambia y estudia cuarto de ESO en el Instituto Barres i Ones del barrio de Llefià, en Badalona, se plantó. En el recreo, la emprendió a palos con un compañero que le había espetado: "¡Negro de mierda, vete a tu país!". Lo narra Keita en una carta que reproduce uno de sus maestros, Toni de la Rosa, en su libro La escuela rota. El autor fue expedientado por el Departamento de Educación por publicar en su blog críticas al instituto donde da clases. La causa: "dañar la imagen del centro", y podría ser sancionado por ello.
El Síndic de Greuges ya obligó a la escuela a readmitir a un alumno marroquí
La Administración desvincula el libro, publicado en enero, del expediente, que fue abierto en 2008. Para De la Rosa, libro y expediente denuncian lo mismo: las actitudes racistas en el Barres i Ones, donde imparte Historia desde 1991 y que dirigió durante ocho años. "No puedo decir que sea un centro racista, pero hay familias que se pueden llevar esta imagen", dice.
Para ello se apoya en la historia de Keita. "Esto no es la selva", asegura De la Rosa que le espetó el actual director del centro al padre del niño tras la pelea. Añade que la trifulca no tuvo consecuencias para el compañero, español, de Keita. Éste, en cambio, sólo se salvó de la expulsión tras "un debate que dividió al centro", dice el maestro.
De la Rosa cita otros casos, como el de Hassan (nombre también ficticio), de origen marroquí. Estudiaba primero de ESO cuando dos compañeros le acusaron en noviembre de 2007 de vender marihuana. La policía le interrogó en el centro y acabó expulsado, esta vez sin readmisión. SOS Racisme llevó el caso ante el Síndic de Greuges, que apreció que se habían vulnerado los derechos del adolescente: No le deberían haber interrogado sin informar a sus tutores y no se le podía expulsar si la acusación de tráfico de drogas no se probaba ante un juzgado, dictó el informe del Síndic, que obligó al departamento a rectificar. "Hubo falta de profesionalidad y mala praxis: se tomaron la justicia por su mano", denuncia SOS Racismo. Toni de la Rosa añade: "Hassan dejó de ser un niño de golpe". No ha vuelto a ese instituto, explica afectado el profesor, que ha pedido el traslado a otro instituto del mismo barrio humilde en el que nació, trabaja y vive.
Explica De la Rosa que su libro le ha ayudado a él, a Keita y a otros chavales que también habrían sufrido agresiones: "Algunos profesores del IES estaban acostumbrados a trabajar con gente del barrio que recibía el desdén con pasividad". Ahora "empiezan a reclamar sus derechos", dice.
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