El Colegio de Periodistas defiende a Terribas frente a los insultos
Los colectivos de periodistas salieron ayer en defensa de la directora de TV-3, Mònica Terribas, que recibió graves insultos tras la entrevista que realizó el lunes al presidente de la Generalitat, José Montilla. El Colegio de Periodistas alabó la profesionalidad de Terribas y condenó "el tono de insulto y descalificación de algunas críticas". En un comunicado, el colegio pidió respeto para la profesión, ya que entiende que los reproches a Terribas ejercen "presión" y "afectan gravemente al derecho de información".
En defensa de la periodista se sumaron la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, el comité profesional de TV-3 y el grupo de periodistas Ramon Barnils, que condenaron los insultos. Los profesionales de la TV pública mostraron su "perplejidad" por que se reclame "un trato deferente" con Montilla, ya que entienden que "contradice la esencia del trabajo periodístico".
El cargo del PSC que denigró a Terribas le pide disculpas por carta
Parte de los insultos que recibió Terribas fueron vertidos por un cargo del PSC. El gerente del Instituto Metropolitano del Taxi, Miguel Ángel Martín, llamó "mal follada" a la directora de TV-3 en un comentario en Facebook. Pese a que CiU, PP y la Federación Catalana del Taxi pidieron su cese, el PSC lo mantiene en el cargo. El partido se limitó a emitir un comunicado en el que dijo no compartir las opiniones personales de sus miembros. La misiva ponía en el mismo saco los insultos de Martín y las críticas vertidas por diputados como Joan Ferran y Josep Maria Balcells, que reprocharon "el tono duro" de la entrevista a Montilla. Martín, que ya retiró su comentario, envió ayer una carta personal de disculpas a Terribas.
Quien no se retractó de sus graves insultos fue el escritor Salvador Sostres, que relacionó en un artículo la "histórica suavidad de Terribas con Montilla" con la sensibilidad de la presentadora hacia los enfermos de síndrome de Down, dolencia que padece el hijo de la periodista. Sostres pretendió aclarar ayer su artículo al asegurar que los catalanes no entendieron sus insultos porque, dijo, son "unos buenistas".
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