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Chocan dos trenes en el Clot por fallos en cadena en Rodalies

18 heridos leves al colisionar un convoy con un Talgo parado en la estación

Un cóctel de circunstancias causó ayer por la mañana el descarrilamiento de un tren de Rodalies a unos 200 metros de la plataforma de la estación de El Clot-Aragó, en Barcelona. En el incidente, 18 de los 80 pasajeros sufrieron heridas leves y un susto monumental. Los dos últimos vagones se salieron de la vía cuando el tren, que se dirigía a Mataró, chocó con un Talgo que estaba parado en la estación y que iba sin pasaje. El Adif y Renfe investigan las causas del accidente.

El tren hotel Talgo, de 312 metros de largo y una veintena de vagones, se encontraba parado poco antes de las 9.50 en la estación de El Clot. A las 8.15 había llegado a la estación de Francia procedente de París y, como todos los días, se dirigía hacia la estación de Sant Andreu Comtal para labores de mantenimiento. Para ello utilizaba la vía 4, la misma que el cercanías, que a esa hora se empleaba para cubrir el trayecto entre Molins de Rei y Mataró.

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Según un portavoz del Adif, el conductor del Talgo detuvo su marcha obedeciendo una señal de tráfico ferroviario. El convoy es tan largo que no cabe en la estación, por lo que algunos vagones quedan dentro del túnel, que en esa zona tiene una curva. El conductor de Rodalies, según el mismo portavoz, se encontró con la señal de que podía proseguir con prudencia. El maquinista iba a 20 kilómetros por hora, según una portavoz de Renfe, y al tomar la curva en el túnel colisionó con el Talgo, que no era visible. Ambos conductores dieron negativo en las pruebas de alcoholemia. No se descarta un fallo humano.

Lo que se da por seguro es que no funcionó el sistema ASFA, de anuncio de señales y frenado automático. El Adif aseguró que está investigando por qué falló. Este sistema informa al conductor del tráfico en la vía, a través de una red de sensores en los rieles. El maquinista está obligado a confirmar la recepción de los mensajes del sistema y adecuar su marcha a las condiciones; por ejemplo, parar si tiene un tren delante. Si el conductor no confirma la notificación, el ASFA acciona el freno de emergencia.

El impacto ocasionó que los dos últimos vagones del convoy de cuatro del cercanías se salieran de la vía. "Sentimos un golpe fuerte y muchos pasajeros cayeron al suelo", recordó Lina Camprubí, una de las viajeras. "Después del golpe salí disparado, sentí que me moría", recordó otro viajero mientras era evacuado de la estación por los Servicios de Emergencias Médicas (SEM). El hombre, con un collarín puesto, explicó que iba en uno de los asientos laterales del tren. La fuerza del impacto se transmitió al Talgo y por sus ventanas se podían ver copas y platos rotos.

Según Isabel Figueras, jefa territorial del SEM, en total se atendió a 18 personas, que fueron remitidas a varios centros hospitalarios de la ciudad. Menos cuatro, todas abandonaron el tren por su propio pie. Entre los heridos había dos bebés, de 7 y 18 meses. La mayoría de los afectados fueron atendidos por latigazos cervicales, policontusiones y ataques de ansiedad. Casi todos salían de la estación con collarín. Los bomberos se enteraron del incidente por la llamada de un pasajero al número de emergencias, explicó Antonio Cabezas, el jefe de guardia del cuerpo. El bombero aseguró que fueron ellos quienes se pusieron en contacto con el Adif y Renfe. El de ayer fue el cuarto accidente ferroviario que se produce en Barcelona desde el pasado mes de marzo.Dos de los descarrilamientos que se han producido desde marzo han sido por causas ajenas al tráfico ferroviario. El de la estación de Vacarisses (Vallès Occidental), el 16 de marzo, fue por un desprendimiento de tierras, y el de Sitges (Garraf), el 20, por una viga de hierro sobre la vía. Respecto al tercero, el pasado fin de semana en Bellvitge, no se han aventurado causas.

En el caso del descarrilamiento de ayer, algunas voces apuntan a una sobrecarga del sistema. Según el sindicato Comisiones Obreras (CC OO), el sistema ferroviario de Barcelona está sometido a mucha tensión por las obras que se ejecutan en la Sagrera y en la estación de Sant Andreu-Comtal, donde están los apartaderos de la base de los Talgo y el taller de Renfe.

"Antes de las obras había más agilidad en el tráfico, ahora se ha convertido en un corredor caliente" resumía Cristóbal Cobo, de la sectorial ferroviaria de CC OO. La propia estación de Sant Andreu-Comtal ha visto reducida su capacidad de seis a dos vías. Según el Adif, "la capacidad operativa no tiene que ver con la incidencia de hoy [ayer]".

Saturación y falta de inversión es el diagnóstico que hace el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat. Fuentes de ese departamento señalaron que el Ministerio de Fomento y el Adif no están priorizando la mejora de las instalaciones de Rodalies, una petición que hicieron por escrito el pasado mes de marzo y que ayer reiteró personalmente el consejero Lluís Recoder al secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, en la junta extraordinaria de la sociedad Barcelona Sagrera Alta Velocidad. La reunión, en la que formalizaban su incorporación los representantes de la Generalitat, se produjo unas dos dos horas después del accidente. Fuentes de Territorio y Sostenibilidad sostienen que hay un problema de falta de inversión en las infraestructuras ferroviarias que dependen del Ministerio de Fomento y añaden que del Plan de Cercanías 2008-2015, con una dotación de 4.000 millones de euros, solo se han invertido 306 millones.

Estado del último vagón del tren Talgo tras el impacto con el convoy de Rodalies.
Estado del último vagón del tren Talgo tras el impacto con el convoy de Rodalies.CARLES RIBAS

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