Antoni Tàpies cuelga su 'calcetín' en la remozada fundación
La primera vez que se habló del calcetín de Tàpies fue a finales de 1991, cuando se supo que el artista proyectaba una escultura con esta forma para el Palau Nacional. Debido a la polémica que originó, la idea se fue al traste y quedó guardada en un cajón. Al cabo de 18 años, el proyecto se hace realidad. Ayer el pintor subió a la terraza de su fundación para supervisar los últimos trabajos para que la obra Mitjó sea la estrella del edificio, que mañana reabre sus puertas. Incluso bromeó con los operarios y les preguntó: "¿Ustedes llevan calcetines?". Con el tiempo, la escultura ha encogido y ha pasado de 18 metros a 2,85, por lo que su interior no será accesible, contrariamente a lo que Tàpies pretendía.
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