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Aulas

Los sueldos se mantienen dispares

La red de enseñanza pública paga hasta 5.000 euros anuales más que la privada

Javier Martín-Arroyo

Las diferencias salariales de los docentes en la educación andaluza se acortan con los años, pero aún permanecen. Los profesores de la red pública han contado tradicionalmente con mayores retribuciones que los de la educación concertada, pese a que tradicionalmente han trabajado menor número de horas a la semana. La Mesa de Enseñanza Concertada se constituyó la semana pasada y reunió a sindicatos y Administración para avanzar un acuerdo en los docentes de 1º y 2º de ESO, como primera equiparación retributiva.

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El espinoso debate en el seno de la educación concertada siempre ha estado ahí, y la homologación salarial y la equiparación de las condiciones de trabajo es una antigua reivindicación que poco a poco parece ser atendida. Ello pese a que los docentes de la red pública han esgrimido el hecho de haber superado un concurso oposición y haber padecido una gran movilidad laboral en los primeros años de su carrera profesional, lo que les acarrea un costo monetario y humano.

De momento, las distancias se mantienen amplias: Un maestro de educación infantil y primaria de la red pública con 18 años de experiencia percibe de media un salario bruto de 33.773 euros anuales, mientras que en la red privada el sueldo es de 28.859 al año, complementos incluidos. El salto de casi 5.000 euros es un puente que para los más de 19.500 docentes de la enseñanza concertada supone un mundo. Ese 17% de diferencia parece encaminado a disminuir en los próximos años, pero las negociaciones avanzan a paso lento.

"Al ser un servicio público los trabajadores deben ganar lo mismo. Pero claro, la homologación debe ser en todo y no puede permitirse una selección encubierta del alumnado en la concertada", advierte José Moreno, del Gabinete de Estudios de Comisiones Obreras. Los centros concertados no acogen la misma cuota de niños inmigrantes, cuya adaptación al sistema educativo español es más lenta, ni escolarizan a los niños de condiciones más desfavorables, denuncian los sindicatos.

Al mismo tiempo, los sindicatos exigen que la contratación privada respete unos criterios públicos, transparentes y por méritos. En esta batalla ha intervenido el Tribunal Supremo al dictar en diferentes sentencias a favor del empresario y su derecho a contratar al trabajador que estime conveniente.

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Mientras, los docentes de la red privada añaden que no sólo cobran menos, sino que por norma trabajan más horas que los docentes de la educación pública. Esta circunstancia se da sobre todo en la educación secundaria, donde los docentes tienen 18 horas lectivas, por una media de entre 23 y 25 horas lectivas de la red privada.

"Durante ocho años hemos avanzado hacia la equiparación del profesorado con el complemento autonómico, y la consejería ya firmó el acuerdo para que las retribuciones llegaran a la media de otras comunidades", apunta Manuel Alcaide, director de Planificación y Centros.

Las diferencias se mantienen entre los docentes de la red concertada-privada, los 70.000 funcionarios y unos 20.000 interinos a la espera de aprobar las ansiadas oposiciones. "Porque a los tres años eres fijo en la enseñanza privada, pero en la pública te puedes llevar 20 años de interino y sin indemnización", recuerda Moreno.

En la comparativa entre comunidades, los sueldos de los docentes andaluces de la red concertada no son equiparables a los de una comunidad como el País Vasco. El complemento autonómico resulta decisivo y las diferencias llegan a los 4.000 euros anuales. De este modo, mientras que los sueldos en la red pública son semejantes, en la red concertada son muy dispares.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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