La regeneración de las balsas de fosfoyesos comenzará antes del verano
Los terrenos contaminados se cubrirán con tierra y se plantarán árboles
Es más útil tratar los residuos que desplazarlos. Con este planteamiento, el secretario general del Mar del Ministerio de Medio Ambiente, Juan Carlos Martín Fragueiro, presentó ayer en Huelva un proyecto piloto para la restauración de los terrenos ocupados por las balsas de fosfoyesos, generados por Fertiberia, que lleva 40 años acumulando el residuo en una extensión de 1.200 hectáreas, a 500 metros de la ciudad.
El cese de los vertidos debe ejecutarse antes de fin de año en cumplimiento del auto de la Audiencia Nacional, que también exigía la regeneración del terreno y un aval de 21,9 millones. El Gobierno central declaró ayer que una empresa pública, Tragsatec, previa inversión de un millón, ha llevado a cabo estudios "para acometer con garantías de sostenibilidad la recuperación del espacio". Martín Fragueiro enumeró las acciones llevadas a cabo hasta ahora: estudios para la caracterización de las sustancias; informe sobre seguridad radiológica; estudio hidrogeológico; caracterización físico-química y estudio de variabilidad espacial de elementos contaminantes.
Con los resultados, el proyecto se desarrollará "antes de verano" en las propias balsas, en una zona de a unos 1.800 metros cuadrados y consistirá, básicamente, en un cubrimiento de los fosfoyesos con tierra vegetal, en la que se sembrarán árboles y matorrales que devolverán el equilibrio ecológico a la zona. También se instalarán vías de canalización del agua residual. "Un gran pulmón verde donde convivan el medio ambiente, la cultura y el ocio", lo definió José Juan Díaz Trillo, consejero de Medio Ambiente, que presidía la reunión. La Junta, por su parte, contribuyó al tema de la revegetación con las primeras conclusiones del Comité de Expertos, constituido en 2009 y formado por científicos y especialistas para afrontar la regeneración del terreno.
El consejero aseguró que "no se trata de un proyecto aislado", ya que forma parte de un conjunto de actuaciones promovidas por el Gobierno andaluz desde 2002 a través del Plan de Calidad Ambiental de Huelva y su entorno y que ha supuesto hasta la fecha una inversión autonómica de 19 millones de euros.
Entre el avance de resultados ofrecidos ayer por el Ministerio -antes de ejecutar el proyecto-, cabe destacar que la capa de sustrato en las balsas ha mostrado baja permeabilidad, lo que ha impedido que la posible contaminación haya fluido hasta capas más profundas; no se han encontrado niveles elevados de radioactividad y, por último, que el tratamiento del agua residual solucionaría gran parte del problema ya que, "cuando el fosfoyeso ya está seco, baja un 95% el nivel de posible contaminación", señaló María José Martínez, profesora de la Universidad de Murcia, experta en contaminación del subsuelo y uno de los miembros de la comisión de expertos.
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