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Análisis:Operación contra la corrupción urbanística
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Una militancia con renglones torcidos

La detención del exalcalde de Ronda Antonio Marín Lara, del secretario de la agrupación local del PSOE, Francisco Cañestro, y de otros dos ediles que pertenecieron a su equipo de gobierno imputados en presuntos delitos relacionados con la corrupción delata el gravoso error estratégico que la dirección socialista de Málaga cometió al incorporarlo a sus filas. La operación policial añade una explicación más a los resultados electorales del pasado 22-M, cuando el PSOE perdió la alcaldía al lograr solo siete concejales, los mismos que el PP, que ya tenía previamente apalabrado un acuerdo de gobierno con el PA. Un fracaso sin paliativos, puesto que la dirección del PSOE de Málaga incorporó en 2009 a sus filas al entonces andalucista alcalde de Ronda y ocho concejales más con el propósito de afianzarse en el poder municipal.

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Como es habitual en estas situaciones, la dirección del PSOE ya ha suspendido de militancia a los cuatro ediles imputados. Pero posiblemente esta vez tal medida no resulte suficiente y sea preciso también revisar quién, cómo y por qué fichó a Marín Lara, cuya militancia se inscribió en renglones torcidos. El ex alcalde de Ronda fue investido como cabeza de cartel electoral pese a haber sido declarado tránsfuga por la Comisión de Seguimiento del Pacto Antitransfuguismo y con una fuerte división en la agrupación local del PSOE de Ronda. El cisma no se ha cerrado, y aún después de las elecciones municipales, el secretario general del PSOE en Málaga, Miguel Ángel Heredia, y el de Organización, Francisco Conejo, salieron abucheados de la sede local de Ronda el pasado junio cuando impusieron el nombramiento de Francisco Cañestro como diputado provincial por la comarca y se negaron a someterlo a votación entre los concejales electos.

Probablemente, como ha ocurrido con ocasión de otros casos de corrupción, estos días vuelva a discutirse sobre las prácticas tolerables en la política. Independientemente de que Marín Lara haya o no delinquido, cuando en junio de 2009 fichó por el PSOE su currículum político ya le presentaba como un personaje, al menos, conflictivo, y Ronda ya era escenario de tensiones y conflictos a cuenta del urbanismo.

En 1999 se significó por quedarse fuera del pacto antiGIL firmado por PSOE, PP e IU porque adujo que no se podía excluir a nadie elegido en las urnas. En 2003 firmó un acuerdo de Gobierno con el PSOE, que rompió en septiembre de 2004, cuando se aupó a la alcaldía con un pacto con PP y gilistas. En 2007, elegido por mayoría simple se apoyó en el PP, y un año después destituyó a los ediles populares y se alió con el PSOE, al que acabó afiliándose en junio de 2009.

Ha sido por encima de todo Toti, como se le conoce popularmente en Ronda, y ha estado con todos y contra todos. El PP quiso ficharlo en 1995, hizo carrera en el PA, partido del que llegó a ser secretario provincial en Málaga, y acabó en el PSOE con anhelo de liderazgo ("vamos a lograr la mayoría más amplia en la provincia de Málaga", dijo cuando se cambió de filas).

Decenas de militantes socialistas expresaron ayer en las redes sociales que lo ocurrido en Ronda se veía venir. No se trata de una valoración jurídica, simplemente mostraban su desazón por lo que les resulta incomprensible.

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