La ciudad fenicia de Chiclana
Un yacimiento ofrece indicios sobre la sociedad del siglo VIII antes de Cristo
En el Cerro del Castillo parece que siempre vivió alguien. Hubo pobladores indígenas en la Edad del Bronce. Los fenicios crearon una ciudad, los romanos la mantuvieron y llegaron a crearse almacenes para cereales en época medieval. Ahora en esta zona de Chiclana (Cádiz) hay edificios de casas, un colegio y varias naves pero bajo estos inmuebles quedan vestigios de las civilizaciones pasadas.
Es el resumen de casi 3.000 años de historia vividos en este municipio y que han conseguido descifrar los pequeños sondeos y las reducidas excavaciones arqueológicas. El grupo de investigadores aboga por seguir indagando. Porque cree que la mayoría de preguntas que han generado estos hallazgos todavía no pueden ser contestadas.
El Cerro del Castillo tuvo ya pobladores durante la Edad del Bronce
En las excavaciones se han hallado monedas, vasijas, cerámicas y platos
Los primeros datos sobre este yacimiento, conocido en 2006, cambiaron la forma de entender la historia de Chiclana. El municipio acababa de celebrar el séptimo centenario de su fundación. Esas excavaciones retrotrajeron el origen de la ciudad a más de 2.000 años antes.
Los trabajos, encargados como paso previo a la construcción de unas viviendas, detectaron unos muros que demostraban la posible existencia de una ciudad fenicia construida sobre un promontorio, al lado del río Iro y muy cerca del islote de Sancti Petri, donde se cree que los fenicios pudieron levantar el templo de Melkart.
Fue toda una revolución porque los arqueólogos responsables dataron su origen en el siglo VIII antes de Cristo. Así Chiclana se convertía en la ciudad más antigua de la provincia de Cádiz en pugna con Doña Blanca, en El Puerto de Santa María, o Gadir, en la capital gaditana.
El inventario de estas excavaciones, que acumulan cuatro años de indagaciones, reúne ya 15.000 piezas. Hay algunas que corresponden a la población indígena que en el Bronce final ocupaba esta parte del cerro. Son coetáneas en el tiempo al asentamiento fenicio, cuyos restos más antiguos han sido señalados en el siglo VIII antes de Cristo.
Son las más antiguas pero también las peor conservadas. Se han hallado monedas, cerámicas, vasijas, platos y paredes y restos de un muro. La pared de lo que podrían ser habitaciones, cocinas o dependencias comerciales de una ciudad fenicia. "Ratifican lo que siempre pensamos. Que podemos hablar de un hábitat durante el siglo VIII antes de Cristo", señala Paloma Bueno, la arqueóloga responsable.
Hay más construcciones, mejor custodiadas por el paso del tiempo, que corresponden a siglos posteriores también de un asentamiento fenicio. "Hay construcciones, cimentaciones, alzados, muros, casas, habitaciones, piedras sueltas, cerámicas y cultura material. Las mejores cimentaciones, sobre todo, son las del siglo IV antes de Cristo, que sobresalen al nivel de calle actual", explica la arqueóloga. Existe también un muro bien conservado del siglo V antes de Cristo construido en longitud con un metro de altura. Los restos más recientes sitúan también la posterior llegada de los romanos y una ocupación medieval, con el hallazgo de unos silos en forma de oquedades en el suelo, que sirvieron para guardar cereales.
Lo malo del amplio material hallado es que muchas de las incógnitas que plantea no pueden ser resueltas todavía. "Nos falta tiempo y posibilidad de seguir excavando", se lamenta la investigadora. Sus trabajos han sido un encargo del Ayuntamiento de Chiclana, que se ha mostrado dispuesto a recuperar esta zona y hacerla visitable para dar a conocer su importancia.
Pero las labores no pueden continuar por algunas zonas por existir riesgo para los edificios colindantes. Los arqueólogos también han advertido de que en una parte del cerro, la más expuesta a los fenómenos meteorológicos, en la calle Ánimas, se están destruyendo piezas a diario. "Es necesaria una intervención urgente para evitar más daños al patrimonio", sugiere Bueno. Tampoco se ha podido determinar a qué tipo de edificación corresponden algunos de los muros. Si fueron dormitorios, cocinas o almacenes. Para averiguarlo habrá que seguir excavando.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.