En busca del quebrantahuesos
Han tenido que recorrer 250 kilómetros del Parque Nacional de Ukhalamba Drakensberg, en Suráfrica, con alturas de entre 2.000 y 3.000 metros. Ha sido una dura, pero gratificante experiencia. Nosotros sólo los acompañamos en parte del recorrido durante las dos semanas que ha durado la prueba sudafricana de la expedición andaluza; pero ha sido suficiente para comprobar que los expertos andaluces en rapaces están entre los mejores del mundo.
Resulta paradójico que haya tenido que desaparecer el quebrantahuesos de las sierras de nuestra comunidad para que los andaluces que trabajan con ésta y otras rapaces destaquen entre los mejores y los que más se apasionan por este ave. Desde hace 20 años no hay ni un solo quebrantahuesos en nuestra comunidad. Desde hace diez se pretende recuperar con un programa de reintroducción de la especie, y el centro de cría en cautividad del Guadalentín, en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén). El programa, gestionado por la Fundación Gypaetus y apoyado por la Junta de Andalucía y la UE, forma parte de la estrategia internacional para salvar esta especie, una de las más amenazadas del mundo. En el centro de cría de la sierra jienense desarrollan su labor expertos que han conseguido sacar seis pollos de quebrantahuesos, algunos de los cuales ahora sobrevuelan los Alpes. Alfonso Godino, que trabaja en el proyecto de reintroducción del quebrantahuesos, ha organizado desde Jaén la expedición que le encargaron los responsables del Parque Ukhalamba Drakensberg, en la provincia de Kuazulu-Natal en Sudáfrica.
Una expedición andaluza acude a Suráfrica a salvar a esta especie en extinción
El objetivo era conocer y salvar una especie emblemática de Sudáfrica: el quebrantahuesos meridionalis. Los sudafricanos tienen la materia prima, pero carecen de conocimientos sobre estas rapaces. No saben cuántas tienen, ni cómo conservarlas, por eso han recurrido a estos especialistas para que les orienten. Y no les han defraudado.
Drakensberg significa en africaner montañas del dragón. Son las que se han pateado los expedicionarios, y damos fe de la dureza de los recorridos. Pero no ha importado, ellos han cubierto los objetivos y las expectativas. En las dos semanas del proyecto han avistado 88 quebrantahuesos meridionalis, una variedad de Sudáfrica, muy parecida al quebrantahuesos que habita los Pirineos y los Alpes. También han localizado ocho nidos y ocho territorios ocupados. Es el mejor y más completo estudio en el Ukhalamba sudafricano desde hace 25 años realizado sobre esta especie, una de las más amenazadas del mundo. Pero además han localizado seis colonias de buitres del cabo y 111 nidos con pollos. Sobre esta especie había datos muy escasos. Sólo se sabe que está amenazada, que ha desaparecido de Namibia, y que en Sudáfrica ha habido fuertes descensos en los últimos años. Por último destaca el avistamiento de un nido de águila negra y nueve territorios ocupados, lo que supone diez parejas. El águila negra sólo existe en el África subsahariana y aún no hay censos fiables sobre esta especie.
Para recorrer buena parte del Ukhalamba Drakensber, que tiene una extensión de 250.0000 hectáreas, se formaron equipos mixtos dos expertos españoles y dos guardabosques sudafricanos. Para algunos desplazamientos incluso fue necesario el uso de helicópteros que aportó el Ejército sudafricano. Durante todo el día caminaban bordeando las cumbres y deteniéndose cada vez que detectaban vuelos de rapaces o paredes idóneas para las colonias o la nidificación.
Acompañando a uno de los grupos fuimos afortunados al visitar unas paredes montañosas del vecino país de Leshoto. Allí asistimos al espectáculo del rompimiento. Cuando los huesos son excesivamente grandes, los quebrantas los lanzan con precisión sobre los rompederos de piedras para hacer pedazos más pequeños. Pero además durante varias horas observamos un nido de más de 20 años que ahora ocupa una pareja de quebrantahuesos y descubrimos una novedad. El nido es cuidado por un trío poliándrico. Un joven relevó a un miembro de la pareja, este joven es aceptado y se le permite convivir con ellos, a pesar de que la especie es monógama. Vimos la excepción, según nos explicaron los expedicionarios, también para ellos el acontecimiento era inédito, y un ingrediente más para compensar un viaje de 10.000 kilómetros de Andalucía a Sudáfrica para tratar de salva a una especie que se nos va, y por la que se ha apostado en Andalucía. La mayoría de los componentes de la expedición andaluza trabajan con los mejores modelos conservacionistas, los censos más fiables y los mejores seguimientos de Europa, por eso, en Suráfrica, donde se han percatado del peligro de desaparición de la especie, han decidido recurrir ellos y con ellos quieren seguir contando para salvar la subespecie del quebrantahuesos meridionalis sudafricano.
Expertos obsesivos
Alfonso Godino, un experto que trabaja en el proyecto de reintroducción del quebrantahueos en Andalucía desde hace diez años, se encargó de elegir al grupo de 12 especialistas en rapaces, ocho de ellos andaluces. A pesar de estar entre los mejores, han pagado de su bolsillo el viaje a Sudáfrica. Los expedicionarios tienen dos características comunes: profundo conocimiento de las rapaces y un amor hacia ellas que roza lo obsesivo. Para muestra baste el ejemplo de Manu Aguilera, que dejó a su hija a las puertas de la iglesia el día de su boda para poder formar parte del grupo. Tuvo que elegir entre asistir a la ceremonia y la expedición a Sudáfrica. Una vez más pudieron las rapaces, con las que trabaja desde hace 20 años. Dos días antes de la boda, Manu, hizo el recorrido entre su pueblo y la estación de tren en la que tenía que embarcar para llegar a Madrid; quería saber el tiempo exacto del trayecto para, el día de la boda y la partida, poder aprovechar hasta el último minuto acompañando a su hija. El tiempo dio sólo para llegar hasta la puerta de la iglesia. "En mi familia ya me conocen y toleran mi pasión".
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