La familia que agita unida...
Cócteles sin alcohol destinados a consumidores mayores y pequeños
Magia Navidad y Caribe Caribeño son los cócteles que se ha inventado Saúl, de 10 años. Jarabe de roscón (agua de azahar), lima, almíbar de naranja, gaseosa, ralladura de piel de naranja y zumo de limón son empleados de forma generosa.
Su hermano Óscar, de ocho, ha bautizado a sus bebidas Rico, riquito, exquisito y Rojo Papá Noel. Uno lleva té de frutos rojos, almíbar de naranja, chocolate blanco, té de vainilla, hielo picado y adornos de hierbabuena, canela y ralladura de almendra. El otro tiene jugo de arándanos, té de canela, infusión de manzana y sirope de chocolate.
A ambos chicos les gusta el fútbol y la música. Saúl incluso escribe poesía. "No me importaría ser sumiller", dice resuelto Óscar. "Mi hermano es un crack", asevera Saúl. Los dos coinciden en su curiosidad por los cócteles de tanto mirar a su padre, Francisco Patón.
Un madrileño de Vallecas que se define "camarero de vocación" , Patón empezó en el oficio casi de chaval y ahora, a sus 40 años, es Premio Nacional de Gastronomía 2003 y jefe de alimentación y bebidas de dos hoteles de lujo: Villa Real y Urban. Con los utensilios del Glass Bar, la coctelería del Urban, Saúl y Óscar juegan, sí, pero terminan muy en serio ensayando cócteles que luego presentarán a familia y amigos en las fiestas que se avecinan. Participan en el experimento de hacer cócteles conocidos y de retar la imaginación. A su lado, la enóloga Cristina Alcalá hace de amiga provocadora: "¿Con qué mejorarías el cóctel? ¿A qué hora lo tomarías?". "Los pequeños de la casa pueden compartir tareas con los mayores y comparar habilidades en el manejo de ingredientes", comentan Francisco y Cristina.
Se trata de oler frutas y extractos, saborear, distinguir lo dulce de lo amargo, lo refrescante de lo seco... Picar almendras, rallar canela, batir huevos. Descubrir los hallazgos que provocan las mezclas. Aprender a manejar vasos y botellas sin que terminen los trozos de cristal en el suelo... Y saber también que no todas las bebidas que están buenas tienen que llevar alcohol.
"De todo se puede hacer una versión infantil", dice Patón, desafiando a los puristas del sabor. Así que mezclas tan populares como el Cosmopolitan o el mojito pueden ser adaptados para niños. Un ejemplo: el mojito de cava para adultos llevaría esta bebida, más hierbabuena, zumo de lima y azúcar líquida; para decorar, una hojita de hierbabuena y un cuarto de lima natural. Para niños, bastaría con sustituir el cava por gaseosa o tónica.
Estas navidades el plan es preparar bebidas según la franja horaria (mediodía, tarde o noche), dosificar las proporciones de alcohol y, por qué no, probar qué pasa si no se usa.
Cóctel de turrón
- Versión adultos. Fórmula: Praliné, vodka de chocolate, vodka blanco, Amaretto, sirope de chocolate, nata. Agitar bien en la coctelera. Servir en vaso alto con unos cubitos de hielo y decorar con dos láminas de almendra.
- Versión niños. Praliné, té de almendras, almíbar, sirope de chocolate y nata. Servir en copa de cóctel con cubitos de hielo; decorar con dos láminas de almendra.
Cóctel de Roscón
- Versión adultos. Fórmula: Agua de azahar, yema de huevo, anís chinchón, té de vainilla, zumo de naranja, zumo de manzana. Servir en vaso bajo con hielo picado. Decorar con azúcar glass y canela.
- Versión niños. Agua de azahar, yema de huevo, anises, té de vainilla, zumo de naranja y de manzana. Servir en vaso bajo y decorar con azúcar glass, canela y ralladuras de naranja y limón.
Cosmopolitan
- Versión adultos. Fórmula: tres partes de vodka cítrico, dos de zumo de arándanos, dos de Cointreau, una gota de zumo de lima. Servir en copa de cóctel y decorar con piel de naranja flambeada.
- Versión niños. Tres partes de infusión de frutos rojos, dos de zumo de arándanos, dos de almíbar de naranja, una gota de zumo de lima. Presentar en copa de cóctel con piel de naranja.
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