Netflix agita Hollywood
El servicio de distribución de contenidos se lanza a producir series
Netflix puso la puntilla al negocio de alquiler de películas de Blockbuster. Ahora, las que están nerviosas son cadenas de cable como HBO y Showtime. En las últimas dos semanas, este servicio electrónico de distribución de contenido audiovisual -series y películas- ha estado en el centro de dos maniobras que revelan cómo ha entrado de lleno en la industria de Hollywood.
Se estima que el 20% del tráfico de datos electrónicos en EE UU en la hora de máxima audiencia en las televisiones se lo come este sistema pionero, que opera también en Canadá y que cuenta en la actualidad con 20 millones de usuarios. Por 7,99 dólares (5,6 euros) al mes, sus abonados pueden acceder de forma ilimitada al contenido utilizando un ordenador, un dispositivo móvil o una videoconsola.
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Los estrenos de películas se alquilan aparte. Pero para que el sistema tenga éxito, sus gestores saben que deben tener acceso a material nuevo. Dicho y hecho. Hace menos de dos semanas, Netflix se hacía con los derechos para coproducir la serie House of Cards, dirigida por David Fincher y protagonizada por Kevin Spacey. Serán 26 episodios, dos temporadas.
La emisión de este drama político arrancará a finales de 2012. El acuerdo con Fincher, productor del filme La red social, puso en evidencia la vulnerabilidad de la HBO, una de las reinas en la distribución de series originales de gran presupuesto. También descolocó a AMC, que junto a la filial de Time Warner aspiraba a hacerse con la adaptación de la serie británica.
Es el primer paso real para romper con la distinción que se hace en la actualidad entre Internet, el cable y las cadenas de televisión. Netflix se está convirtiendo esencialmente en un nuevo canal de descuento, si se compara con los 24 dólares que se pagan al mes por el abono a la HBO. Y eso asusta también a Showtime, que va a retirar de Netflix series como Californication y Dexter.
El empuje del servicio streaming de Netflix, que apuesta claramente por tener sus propias series, va acompañado de una caída en los abonados. HBO cerró 2010 con cerca de 28 millones de suscriptores, el nivel más bajo desde 2005, según la firma SNL Kagan. Para recuperar el aliento le haría falta otro éxito como Los Soprano o Sexo en la ciudad. Otras compañías, como la CBS, prefieren pactar con el diablo para dar salida a su contenido a través de las nuevas plataformas. Hace un mes anunció un acuerdo de dos años que permitirá a Netflix emitir episodios de series como Medium y Flashpoint, y poner a disposición de sus abonados clásicos como Cheers y Twin Peaks.
Netflix estaría, además, a punto de cerrar un acuerdo con los estudios Miramax, valorado en unos 100 millones de dólares y que durante cinco años le permitirá acceder a un catálogo de 700 películas. Se calcula que la compañía californiana, que empezó el negocio enviando DVD alquilados por correo, lleva invertidos 1.200 millones en acuerdos para acceder a contenidos.
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