Heinz Edelmann, diseñador gráfico
Realizó los dibujos de 'Submarino amarillo' y creó la mascota 'Curro'
"Poseer un estilo definido es una debilidad. Si vendes estilo eres esclavo de tus clientes". Tal vez parezca una declaración de intenciones idealista y demasiado pretenciosa para un diseñador gráfico que vive de encargos y suele depender del éxito comercial. Sin embargo, Heinz Edelmann fue consecuente con sus principios y consiguió convertir esa indefinición en libertad de expresión e independencia. Su espíritu y su trazo polifacético le permitieron trabajar para clientes tan dispares como los Beatles o la Sociedad Estatal para la Exposición Universal de Sevilla, realizar los dibujos de la película Submarino amarillo, crear la mascota Curro o ilustrar la primera edición alemana de El Señor de los Anillos.
Nacido en Ústí nad Labem, en la antigua Checoslovaquia, y nacionalizado alemán, Edelmann falleció el pasado día 21 a los 75 años como consecuencia de una cardiopatía y una insuficiencia renal en un hospital de Stuttgart, según informó su hija a The New York Times.
Trazo suave y estilizado
Tras formarse en la Academia de Bellas Artes de Düsseldorf, trabajó como diseñador freelance y profesor a finales de los cincuenta. Entonces colaboró también con una radio en la realización de carteles, se inició en el diseño editorial y en la ilustración de revistas infantiles, antes de empezar a experimentar un trazo muy peculiar, suave y estilizado al mismo tiempo. Sus obras llamaron la atención de Al Brodax, productor estadounidense que a mediados de los sesenta lanzó The Beatles, una serie de dibujos animados basados en las vivencias de la banda, y que en 1968 acabó produciendo el largometraje de animación Submarino amarillo. Fue él quien eligió a Edelmann para que creara un universo gráfico acorde a la música de los cuatro de Liverpool. La estética de la película resultó ser uno de sus rasgos más característicos.
Los trabajos sucesivos de Edelmann en el ámbito publicitario le valieron éxito y excelentes críticas y, pese a que no quería ser identificado con un estilo definido, se le acabó asociando a un trazo que mezcla sensibilidad expresionista e impresionista y sentido del humor. Y, desde luego, no le faltó ironía al presentar al concurso para la selección de la mascota de la Exposición Universal de Sevilla 1992 un pájaro con patas de elefante, además de un pico y una cresta multicolor que hacía referencia a los cinco continentes. Curro fue elegido entre más de veinte dibujos y compitió en la selección final con propuestas de Antonio Mingote y el alicantino Miguel Calatayud.
Al margen de su trabajo de diseñador gráfico, en los ochenta y en los noventa realizó viñetas para el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung y, hasta 1999, impartió clases en la Academia de Arte y Diseño de Stuttgart.
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