La tienda más fugaz de PC City
Los empleados del establecimiento de Marineda se enteraron de que la cadena inglesa cerraba en España media hora después de la inauguración
Pocas veces una apertura fue tan amarga. Media hora después de abrir sus puertas al público en el flamante macrocentro comercial coruñés de Marineda City, los 22 trabajadores de la tienda coruñesa de PC City conocían la decisión de la empresa de cerrar todos sus establecimientos en España. El anuncio que la multinacional británica Dixons Retails, matriz de PC City, realizó anteayer deja en la calle a 1.224 trabajadores de 33 tiendas de distribución de equipos y productos informáticos, tres de ellas en Galicia, donde la compañía emplea a 69 personas en los centros de A Coruña (22), Santiago (21) y Vigo (26).
El caso más sangrante es el de PC City en A Coruña. Es la última tienda, la más nueva, y la que menos tiempo estará abierta. Se inauguró el jueves a las 10 de la mañana, apenas unos minutos antes de que la empresa confirmase, en un comunicado, su salida del mercado estatal. En los últimos días, los empleados de la tienda se trasladaron desde el local abierto en 2006 en el centro comercial de Elviña y se reubicaron en Marineda City. Aunque la propuesta de cierre ya estaba sobre la mesa, la empresa se vio obligada a estrenar tienda en el complejo comercial para ceñirse a "compromisos contractuales que no se podían incumplir", explica Adolfo Lorenzo, portavoz de la compañía.
La cadena inglesa negociará el despido de 69 empleados en Galicia
Admite que es "chocante" que una empresa empantanada en números rojos estrene tienda el mismo día que anuncia su cierre, pero insiste en que se ajustaron a la letra pequeña del contrato con los promotores de Marineda. La tienda coruñesa de PC City ocupa un local de tamaño medio muy bien situado en la plaza central de Marineda, frente a la puerta de Ikea. Un enorme letrero de color morado da la bienvenida a una tienda "abierta 24 horas" en la web, y "de lunes a domingo" en horario ininterrumpido de 10 a 22 horas. La gerente de la tienda coruñesa prefiere no hacer declaraciones, pero no oculta su disgusto por quedarse sin empleo. Entre los pasillos, uno de los empleados del establecimiento explica que la mayor parte de la plantilla ya trabajaba en la antigua tienda de PC City en el barrio de Elviña. Cuenta que entre los trabajadores hay vendedores con educación secundaria básica, titulados de FP (Formación Profesional) e incluso ingenieros técnicos en informática de sistemas.
"Hace tiempo que nos temíamos lo peor", confiesa resignado este joven, tras más de dos años trabajando para la compañía. El jueves se confirmaron los peores pronósticos para una plantilla de 22 personas, la mayoría varones, con una edad media de 25 a 33 años. Dicen que algunos compañeros probaron suerte en otras tiendas y otros tantos rechazaron ofertas de empleo de la competencia a expensas de la decisión final de Dixons Retails, que optó por un cierre radical. Desde el departamento de comunicación de PC City, Adolfo Lorenzo explica que la firma aterrizó en España tras adquirir PC Market en 2000 y durante la última década acumuló grandes pérdidas. Asegura que la empresa solo generó beneficios en 2006 y 2007, a pesar "de los 143 millones que la empresa matriz invirtió en España para compensar las pérdidas" y con la previsión de arrastrar un balance negativo "hasta 2015".
Todas las tiendas de PC City permanecerán abiertas, al menos, un par de meses más, mientras la dirección negocia con el comité de empresa un ERE de extinción para 1.224 trabajadores en todo el Estado. La primera reunión será el próximo 27 de abril, pero el cierre definitivo depende de la autorización del Ministerio de Trabajo. Lorenzo asegura que la empresa hará lo posible para "preservar el empleo" negociando "con otros grupos de inversión y distribuidores de informática" la venta de las tiendas de PC City y la web de comercio online.
Ajenos al cierre, ayer a mediodía una docena de clientes en pequeños grupos de jóvenes y parejas de media edad se interesaban por las características de los ordenadores más ligeros y las consolas entre los pasillos de una tienda que huele a nuevo, asesorados por 11 empleados uniformados con camisa morada, el color corporativo. "Nuestra filosofía empresarial era de productos variados y atención personalizada", aseguran. Ahora, la Unión de Consumidores de Galicia ha pedido que se tomen medidas para proteger a los clientes que confiaron en la cadena y cuyos productos todavía están en garantía.
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