"Abel Caballero está incurriendo en los límites del delito"
Invoca varias veces el 50º aniversario que este año celebra Pescanova, y las peripecias que ha vivido en Galicia y en medio planeta, para explicar su decisión de implicarse de lleno en el debate sobre el futuro de las cajas a favor de una entidad gallega única. "Llevamos 50 años de compromiso con Galicia y con Vigo, hemos sido un proyecto locomotor, hicimos una renovación tecnológica mundial con los buques congeladores y eso contribuyó a desarrollar en Vigo una industria auxiliar. Ese compromiso no nos permite ser ajenos a lo que ocurre en nuestro entorno", afirma Manuel Fernández de Sousa-Faro (Mérida, 1951). "El silencio es más cómodo, pero no sería responsable cuando se está dando una información que no beneficia los intereses de los gallegos y de los vigueses, de nuestros empleados, proveedores y clientes. Nadie puede ser ajeno a esto".
El presidente de Pescanova atribuye la "alarma social" creada en Vigo por el proyecto de fusión a una campaña del alcalde, el socialista Abel Caballero, al que censura con dureza.
Pregunta. Las organizaciones empresariales en Vigo rechazan la fusión. ¿No responde a lo que piensa el conjunto del tejido empresarial?
Respuesta. En la última reunión de la Confederación de Empresarios hubo muchas intervenciones, casi todas de miembros de la comisión ejecutiva y en el mismo sentido: hay que buscar una solución para que las cajas no se vayan de aquí, y si es la fusión, que se haga. Pero la postura mayoritaria entre los empresarios es distinta de la que están transmitiendo otros representantes, por ejemplo, el alcalde.
P. ¿Qué información incorrecta se le está dando a la gente?
R. Verdades a medidas. No se puede decir a la ciudadanía "Coruña, no" cuando lo que se está diciendo es "Murcia, sí" o "Cantabria, sí". Hay que decirlo todo completo, si no no es correcto, serio ni responsable. Se está creando alarma social con un mensaje erróneo. Caixanova, según las directrices del Banco de España y del Convenio de Basilea, tiene que hacer algo, no puede vivir con una dimensión tan pequeña. Y sólo hay dos salidas: o encuentra una solución en Galicia o se va. Y el alcalde no puede ocultar que lo que pretende es que Caixanova se vaya de Vigo y de Galicia. No se ha aportado ninguna prueba de que en solitario pueda cumplir con esos convenios de Basilea. Y es más, su director general ha dicho públicamente que no pueden seguir solos. Desgraciadamente es así. Es necesaria una nueva dimensión, aunque sean cajas que han estado muy bien gestionadas y que son un ejemplo.
P. En su empresa Caixa Galicia tiene una participación del 20% y Caixanova, de algo más del 5%. ¿Pesa eso en su opinión?
R. No. Son dos accionistas con los que no puedo tener más que elogios, porque han apostado mucho por nuestro proyecto. Pero hablamos desde nuestra independencia. Como accionista y como primer ejecutivo, hablo de lo que más conviene para Pescanova y, sobre todo, para todo lo que representamos. Querríamos celebrar también nuestro 100º aniversario en Vigo y en Galicia. Y nadie puede olvidar que las cajas son el motor del crédito en Galicia, representan el 36% de la inversión crediticia, y las dos están tanto en el norte como en el sur. Si las cajas se van de aquí, el acceso al crédito no será igual para ninguna empresa. No es lo mismo llamar a Gayoso, a Pego o a Méndez que tener que llamar a ver si se le pone al teléfono Botín. Insisto: no me parece serio que no se le esté diciendo a los ciudadanos de Vigo que la opción es hacer un SIP con Caja Murcia, Cantabria o quien aparezca. Un SIP es un banco al que las cajas aportan sus activos para que los gestione. Y la sede de ese banco no estará en Vigo. Aquí mantendrán el edificio, la apariencia y hasta la marca, pero las decisiones se tomarán fuera de Galicia.
P. ¿No entiende el temor a que la fusión sea una absorción?
R. Se entiende, ocurre siempre con una fusión. Pero aquí lo que está sobre la mesa es si Caixanova se queda o se va de Galicia. Y eso es lo que no está diciendo el alcalde, que plantea que o se va para A Coruña o se queda en Vigo. Está ocultando el verdadero problema. Es una irresponsabilidad que no puede cometer un mandatario, como tampoco andar diciendo infundios sobre la otra caja, aprovechando la prudencia o la falta de contestación de esa entidad. Ninguna persona en un cargo público puede permitirse hacer observaciones sobre la solvencia de una entidad bancaria sin datos ni pruebas. Si eso se dice sobre Pescanova, yo ya habría presentado un par de querellas.
P. Esa sospecha sobre la situación de Caixa Galicia ha acabado calando en ciertos sectores en Vigo.
R. Pero es fácil desmontar la mentira: si fuese verdad, el Banco de España ya habría intervenido. Lo que pasa es que este alcalde está incurriendo en los límites del delito.
P. ¿En el fondo no hay un pulso por el liderazgo económico de Galicia?
R. No lo creo. Zara está en A Coruña y es líder. Nosotros lo somos en nuestro sector y estamos en Vigo, como está Citroën. Estén dónde estén las cajas, cada uno seguirá en su lugar. Eso sí, están en Galicia porque hay acceso al crédito. Las dos cajas financian proyectos empresariales en toda Galicia. Al Deportivo lo financia Caixanova.
P. ¿Cómo es posible, entonces, que el rechazo a la fusión esté tan extendido?
R. Porque ha habido una manipulación para conseguir una serie de votos de cara a las municipales. Se están manejando temas de sentimientos, como si fuera el Depor o el Celta, que son fáciles de manipular.
P. Pero al margen del alcalde, Caixanova es la primera que rechaza la fusión.
R. Sus motivos tendrán. La entidad en sí puede decidir tomar otros derroteros, pero, desde luego, para Galicia es malo. Y debe primar el interés general sobre el particular de una caja. A Pescanova le podría elevar el precio de la acción fusionarse con una empresa japonesa y poner la sede en Tokio. Pero a los gallegos, no. Nosotros rechazamos vender el área de alimentación para quedarnos en Galicia.
P. ¿No ve intervencionismo político en la operación?
R. Las cajas siempre han tenido un alto intervencionismo político, en todas las comunidades. El día que la ley orgánica de cajas no lo permita, no lo tendrán. Entretanto, lo tienen.
P. ¿Tienen sentido las cajas de ahorros como algo distinto de los bancos?
R. Este modelo no existe en ninguna parte y no va a seguir. Puede haber otros que cumplan sus valores principales. El Pastor representa un 10% de la inversión crediticia en Galicia porque apuesta por Galicia. Eso es lo que no debería cambiar, sean sociedades anónimas, como los bancos, o no. Yo prefiero que lo sean y, en ese sentido, el SIP es un avance, porque es una ficha bancaria, que permite ampliar capital. Pero eso no tiene por qué hacerse fuera de Galicia, las dos cajas alcanzan la dimensión necesaria para convertirse en el ente financiero que cumpla las exigencias nacionales e internacionales, con solvencia para mantenerse en el tiempo. Sobre la fórmula de integración, a mí no me compete opinar: puede ser un SIP, una fusión... Siempre que tengan su área de inversión en Galicia.
P. No es un secreto su buena relación con la actual Xunta y mala con el PSOE desde el asunto de Touriñán.
R. Creo más en las personas que en los partidos. Tengo buena relación con las personas que ahora están en la Xunta, también con las del Bloque en el Concello, y tengo muchos amigos en el PSOE. Pescanova sólo quiere que el Ayuntamiento haga lo mejor por su gente, por sus empleados, por que las empresas sigan aquí... Y ese es nuestro único interés personal. Lo que no se puede es instrumentalizar el poder público, desinformando y vendiendo una mentira. Eso es judicializable.
P. El recurso del Gobierno ha situado en un punto muy difícil la fusión. ¿Usted aún confía?
R. Los gallegos quieren que las cajas se queden, y los partidos que apuesten por eso están haciendo lo correcto, en este caso PP y BNG. Y los que no se han posicionado así de claro, creo que acabarán haciéndolo. Tengo la esperanza y la convicción de que el PSOE no querrá ser el responsable histórico de que las cajas se hayan tenido que ir de Galicia. En el PSOE hay gente muy válida y capaz que no lo permitirá. Negociarán, habrá las peleas políticas de siempre... Pero ningún partido asumirá esa responsabilidad histórica.
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