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Reportaje:Apuntes

¿Por qué no quieren ser ingenieras?

El tiempo no mejora la tasa de mujeres en carreras técnicas, que sólo alcanza el 33%.- Las universidades tratan de eliminar estereotipos en los institutos

Aunque el número de tituladas es cada vez mayor, las ingenierías siguen siendo carreras eminentemente masculinas. La Universidad Politécnica de Valencia, que concentra el mayor número de carreras de ingeniería de la Comunidad Valenciana, cuenta este curso, según datos de la universidad, con un 33,6% de alumnas matriculadas en sus carreras de ingeniería y arquitectura, es decir, que este curso están matriculadas en la universidad 10.609 mujeres de un total de 31.593 estudiantes. La tasa de universitarios de nuevo ingreso de este curso corrobora la tónica: 2.770 mujeres comenzaron este curso una titulación en la Politécnica frente a 5.638 hombres, por lo que ni siquiera llegan este curso a la barrera de la matrícula general, la de 33%.

En Secundaria, el 28% del alumnado cree que son títulos "de hombres"

Tras constatar que las cifras no se corrigen por sí solas, la Politécnica ha decidido tomar cartas en el asunto y ha desarrollado un programa para promocionar las carreras técnicas entre el alumnado de educación Secundaria con la finalidad de mejorar la incorporación de mujeres a estos estudios.

El programa, bautizado como Valentina, ha sido desarrollado por un equipo multidisciplinar del departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la propia universidad y personal del Institut d'Estudis de la Dona de la Universitat de València. No es la primera vez que ambos trabajan en común. La colaboración se remonta a hace más de ocho años y durante este tiempo han abordado diversos estudios, algunos de ellos europeos, para promocionar la igualdad de género en la universidad.

José Luis Díez, profesor del departamento motor del programa en la Politécnica, explica que la actuación se ha dividido en dos fases. Primero, se ha seleccionado un grupo de centros de Valencia y su área metropolitana, con especialidades en Tecnología y Ciencias Naturales, y se ha pasado a sus estudiantes un cuestionario para detectar preferencias y estereotipos a la hora de escoger especialidad. Con el resultado de estos análisis se ha acometido la segunda fase, la impartición de talleres donde se plantea un debate en los que se invita al estudiante a reflexionar a través de una dinámica de grupo, y posteriormente el pase de un segundo cuestionario para detectar posibles cambios de percepción. En los informes han participado 439 alumnos de entre 15 y 18 años.

¿Cuáles son los principales resultados de este estudio? En primer lugar, que un destacado porcentaje del alumnado de Secundaria (28%) piensa que la tecnología es una opción más propia de los hombres y tan solo un 1% afirma taxativamente que puede ser apropiada para las mujeres (el resto de la muestra es neutral). Esta mentalidad se traslada a las intenciones de las chicas que se plantean en menor medida que sus compañeros estudiar ingeniería, aunque los talleres ejercen un efecto positivo ya que el porcentaje de chicas que baraja esta posibilidad tras los mismos incrementa de forma ligera, de un 30,3% a un 35,9%, aunque el porcentaje de los chicos disminuye ligeramente de un 69,7% a un 64,1%

Pero independientemente de las que se planteen tras el taller un posible cambio de conducta lo que más varía tras los mismos es la percepción estereotipada del alumnado que atribuye la tecnología a los hombres, que pasa de un 27% a un 4% y aumenta los porcentajes de respuesta que opinan que también es cosa de mujeres, de un 1% a un 22%. Frente a los datos, Díez señala que lo que la universidad pretende es que los estudiantes "vengan aquí eligiendo por sus capacidades y gustos y no por lo que la sociedad piense que deben hacer". En términos de captación de nuevos alumnos los datos de intención manifestada (no la matrícula real) indican que las mujeres incrementan y los hombres disminuyen: "Sabemos que existe ese doble riesgo y lo asumimos. Nuestra intención es vencer el estereotipo", dice Díez.

En su opinión, la minoría femenina en las ingenierías se debe a una percepción "de repetición de roles y puramente social" y si ellas han conseguido conquistar algunas áreas (son mayoría en ingeniería química por ejemplo), "no es porque sean carreras más o menos difíciles sino porque ha habido referentes tan memorables como el de Marie Curie".

El análisis de los datos del programa, que tiene voluntad de continuidad, revela que es más sencillo sensibilizar a los estudiantes más jóvenes y que, dentro de las ingenierías, hay diferencias de género. En el caso de la Politécnica, sólo en las escuelas de Agrónomos y Arquitectura la supremacía es femenina (se exceptúan aquí Bellas Artes y ADE), con un 52,7% (992 alumnas frente a 868) y un 51,1% (1.970 frente a 1.882) de alumnas, respectivamente. Por el contrario, la escuela de Informática es casi un inexpugnable reducto masculino con el 84,7% de hombres (ellas allí sólo son 463 de los 2.573 alumnos matriculados). Les sigue Diseño y Telecomunicaciones, ambas con más de un 75,5% de hombres e Industriales, con un 72,5%.

Talento desperdiciado

Las mujeres llegaron tarde a las altas esferas académicas. Hubo que a esperar a 1953 para que Ángeles Galino se convirtiera en la primera mujer que (por oposición libre) obtuviera la cátedra. Ese retraso aún se arrastra, pero historias como la de Beatriz Ortega y Ana Pont corroboran que se puede llegar a la cátedra incluso en carreras técnicas donde imperan los hombres desde la base, desde el aula.

Beatriz Ortega consiguió la cátedra en la Politécnica de Valencia el año pasado, con 37 años. Una fulgurante carrera conseguida "con mucho trabajo" y sin renuncias personales porque aunque reconoce que "lo más duro" radica en compaginar las dos facetas, es madre por tres veces. Es la única catedrática entre el centenar de profesores de su departamento.

La baja presencia femenina se debe, opina, a una cuestión "meramente cultural" y percibe que la tendencia está cambiando al menos en su centro, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación: "En las aulas la presencia femenina se ha duplicado en la última década, pero la tendencia no puede cambiar de la noche a la mañana". Según datos facilitados por la universidad, hay 305 mujeres entre los 1.251 estudiantes matriculados en el centro este curso. Ella no lo tuvo más difícil que los hombres, señala, gracias a que el sistema público universitario garantiza "unos mecanismos de promoción del profesorado objetivos".

Ana Pont, catedrática en la misma universidad, consiguió, además, dirigir durante seis años la Escuela de Informática, el centro más sesgado. Aquí el 85% de los alumnos son hombres y sólo cuenta con dos catedráticas. ¿Qué explica que haya 463 mujeres entre los 2.573 alumnos? "Diversos informes internacionales alertan de que la manera en que se enseña la tecnología no es la más adecuada para las expectativas de las mujeres que siempre buscamos una aplicación más social y directa". A ello se suman otros factores relacionados con la informática que, según Pont, ha provocado que la tasa de mujeres haya decrecido respecto a los años ochenta: "Las expectativas laborales no son demasiado buenas con respecto a otras ingenierías y a esto hay que unir que al profesional de la informática se le asocia la imagen del friki que nos aleja más de las alumnas de bachillerato". En la función pública y en una escuela joven y avanzada como la suya, nunca ha tenido obstáculos, aunque afirma que no es la tónica general de la universidad. Pont es partidaria de tomar medidas. "Desgraciadamente, estamos perdiendo el talento del 50% de la población".

Un largo camino

- Informática presenta un porcentaje de alumnas del 15%.

- Diseño, del 24%.

- Telecomunicación, del 24%.

- Industrial, del 27%.

- Caminos, Canales y Puertos, del 35%.

- Gestión de la edificación, del 35%.

- Arquitectura, del 51%.

- Agrónomos, del 53%.

- La media de alumnas en el conjunto de carreras técnicas de la Politécnica es del 33,6%.

- El nuevo ingreso no mejora la media. Al contrario, en primer curso son el 32,9%.

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