Bachilleres inmigrantes en la red concertada: una aguja en un pajar
Sólo 97 extranjeros estudian bachillerato en 30 centros privados de Valencia
Yassine El Aziri, de 17 años, nació en Marruecos pero desde hace ya casi siete años vive en España. La integración de este bachiller en el instituto público Ramón Llull de Valencia es -como muestra su participación continuada desde hace dos cursos en el proyecto Veus del món, que integra con éxito la variada diversidad lingüística y cultural presente en este centro del distrito de Algiròs de Valencia- a tope, aunque este año haya cambiado de centro por cuestiones familiares. Lo mismo podría decirse de Tatiana Onishchenko, una joven rusa con casi toda su familia en España, cuyo sueño a los 19 años -"acabar el segundo de bachiller y entrar en la facultad"- se ha cumplido y este curso estudia la licenciatura de Económicas en la universidad. Como ellos, otros 186 jóvenes inmigrantes estudian Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) en alguno de los dos institutos de este distrito escolar y 39 se han promocionado este curso al nivel de Bachillerato. En el mismo distrito, pero en la red concertada, únicamente 17 extranjeros cursan la ESO y ninguno en Bachillerato.
En concertada, 1 de cada 10 extranjeros pasa a bachillerato, en la pública, 1 de 5
En Valencia, solo 97 están en Bachiller en concertados; en 4º de ESO hay 1.088
La masificación de extranjeros se da en Olivereta, Patraix y Jesús-Sant Marcel·li
Todos estos datos oficiales de alumnos extranjeros matriculados en Valencia (desde que empezó el curso 2007-2008 en septiembre hasta el último corte actualizado el 22 de noviembre pasado) están contenidos en el informe remitido la semana pasada por la Inspección educativa al Consejo Escolar Municipal, al que ha tenido acceso EL PAÍS. Se trata de un documento público de trabajo que la Administración educativa se ha negado reiteradamente a discutir con la Asociación de Directores de la Comunidad Valenciana para poder "abordar una planificación conjunta y racional de la oferta de plazas en cada distrito escolar", debido a la firme oposición de los directores a la decisión "unilateral" adoptada en mayo pasado por la Generalitat de extender la subvención de los bachilleratos a todos los centros privados que ya tenían concertado el nivel de Secundaria, con un coste extra de 60 millones más a añadir a la factura consolidada de gasto en conciertos educativos que supera ya los 600 millones de euros.
La densa población inmigrante en el distrito de Algiròs se reproduce -en mayor o menor medida- en todos los colegios e institutos públicos de los 18 distritos de la capital, que asumen el peso de la matrícula extranjera. En total, la matrícula de extranjeros a finales de noviembre pasado era de 10.926 alumnos escolarizados de 3 a 18 años. Pero, como advierten desde el año 2000 todas las bases de datos oficiales del INE y del Ministerio de Educación, el grueso se concentra en los colegios e institutos públicos de todos los distritos. De manera que los 7.697 alumnos extranjeros de la pública duplican los 3.229 escolarizados en la red privado-concertada de la capital.
Y, en el caso de los bachilleres, los datos oficiales revelan que, pese a estar concertada la matrícula en todos los centros privados que tenían la ESO, sólo hay 97 inmigrantes cursando este tramo subvencionado. Además de que esta presencia es prácticamente "testimonial" con 2, 5 o 7 alumnos extranjeros por centro y únicamente en 9 de los 19 distritos municipales, como se puede apreciar en el gráfico.
En general, la matrícula de inmigrantes desborda todos los grupos autorizados en los centros públicos de Infantil con 1.037 alumnos de 3 a 5 años integrados en las aulas públicas de todos los distritos, frente a los 272 escolarizados en alguno de los colegios concertados. En Primaria, el salto es cualitativo teniendo 3.292 inmigrantes en la pública y menos de la mitad, 1.473 en colegios subvencionados.
Pero, donde la distancia entre redes se hace más patente es en el grado de la integración en las aulas de los alumnos extranjeros matriculados en enseñanzas medias en sus diversas modalidades (ESO, Bachillerato, Grados Formativos de Ciclo Medio o de Ciclo Superior). La red pública de institutos acoge a los 3.168 jóvenes de entre 12 y 19 años procedentes de países extranjeros; mientras que la privada sostenida con fondos públicos reúne en su conjunto, en todas las etapas de enseñanza medias, a sólo 1.468 jóvenes.
Con todo, el dato más revelador que, según la Asociación de Directores, habrá que "analizar muy muy bien" es por qué sólo 97 inmigrantes estudian Bachillerato en alguno de los 30 centros concertados, pese a que en el tramo educativo inmediatamente inferior hay 1.088 extranjeros estudiando ESO; mientras, en la red pública se forman 2.266 extranjeros en ESO y se promocionan 412 a Bachillerato, y otros 490 se deciden por la formación profesional, bien sea de grado medio o superior. Es decir, que en la pública 1 de cada 5 extranjeros pasa a Bachillerato, mientras que en la privada concertada hay 1 bachiller por cada 10 alumnos extranjeros en ESO.
"Todos estos datos, conforman una realidad que los directores de la pública barajábamos desde hace tiempo. Aunque no los teníamos así de desglosados, no me extraña en absoluto", reflexiona Ximo Carrión, el secretario y portavoz de la asociación valenciana de directores al ser consultado al respecto. "Que el grueso de la matrícula extranjera de ESO lo asume la red de institutos públicos es algo que teníamos confirmado, pero lo que no se explica es por qué cambia tanto el parámetro de la continuidad (asumiendo los desplazamientos habituales de los alumnos que cambian de centro o de ciudad) en función de si el instituto es público o privado", añade.
Esta, no obstante, no es la única pregunta sobre la ausencia de planificación ordenada en función de los recursos públicos (sean de titularidad pública o sostenidos con dinero público), que los sindicatos llevan años denunciando. El documento de la Inspección educativa revela que, en efecto, se ha consolidado un modelo de "centro público tipo de recepción de inmigrantes por barrio". Uno de los casos más explícitos, tal vez, en esta modalidad sea el colegio público Ballester Fandós, del distrito Marítim-Cabanyal que con 94 inmigrantes y alumnos de etnia gitana iguala a los 101 que hay distribuidos en los 6 centros concertados del barrio y, en proporción escolariza al 30% de los 307 extranjeros o gitanos del distrito.
Las bolsas de masificación y elevada ratio que hay, por ejemplo, en distritos sobre poblados como el de Olivereta, Jesús-San Marcel.li y Patraix -donde el retraso en la construcción de los dos institutos más programados en 1997- mantienen a 800 jóvenes de ESO en plantas bajas, prefabricados y dobles turnos. Eso no es óbice, desde el punto de vista de la Administración educativa, para que sean los que tienen más matrícula extranjera en ESO y, contra todo pronóstico, los que más promocionan inmigrantes al nivel de Bachillerato, como también se aprecia en el gráfico. "Eso demuestra lo innecesario que era concertar el tramo de bachillerato, mientras faltan recursos en la red pública para escolarizar en condiciones a los alumnos de Secundaria", reflexiona Carrión a medida que va conociendo los datos.
Y se carga de un plumazo el polémico Decreto de Admisión de Alumnos, recurrido por algunos sindicatos. Así, la mayoría de sindicatos, confederaciones de padres y los propios titulares de centros privados, pedían la constitución de una comisión mixta en el seno del Consell Escolar Valencià para planificar conjuntamente la oferta de plazas, y no cargar las tintas sobre determinados centros. Incluidos en este sector, muchos privados de L'Eixample, Olivereta Campanar o Benicalap (con mucha población obrera inmigrante), que cumplen con creces su función de concertados logrando la continuidad educativa de los extranjeros de ESO, sobre todo, en el área de la formación profesional.
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