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Lo que cuesta cerrar un burdel

El prostíbulo Majestic llevaba más de 6 años abierto pese a precintos y orden de cierre

Cristina Vázquez

¿Cuánto puede tardar un ayuntamiento en cerrar un prostíbulo sin licencia? Pues, al parecer, mucho. El Consistorio, que gobierna Rita Barberá, ha tardado seis años y ocho meses. La Policía Local precintaba el jueves pasado el club de alterne Majestic de Valencia después de años de denuncias, precintos, apercibimientos y órdenes de cierre. Duró poco. Por la noche, los responsables del Majestic rompieron el sello oficial y las chicas hicieron "varios servicios", aseguró la promotora del local Pilar Monreal a este diario.

Al día siguiente, los agentes desalojaron de nuevo y colocaron otro precinto en la puerta de este prostíbulo camuflado en hostal residencia, donde solo el trajín de entradas y salidas de noche da idea de su actividad. "No voy a romperlo de nuevo porque la policía tomó los datos a las chicas y a algún cliente y no quiero perjudicar a nadie", contó el viernes la madame. La policía tiene orden de comprobar a diario que el club sigue cerrado. Y en caso de que rompan el precinto, denunciarlo.

La policía precintó por primera vez el local a los 7 meses del decreto de cierre

El negocio ha seguido abierto más de seis años a pesar de las denuncias, las órdenes de precinto y los decretos de cierre que suceden desde 2004. Y ha bastado la denuncia de la oposición municipal socialista, que ha sembrado de dudas el procedimiento seguido con este local, para que la policía precinte y vigile que el local no se reabra. "El Ayuntamiento debe explicar por qué nunca denunció en los juzgados a la propiedad del Majestic pese a que incumplió órdenes de cese e ignoró los precintos policiales", martillea desde hace días el edil socialista Juan Ferrer. El concejal exige a Barberá una explicación que despeje cualquier sombra de sospecha sobre la tramitación de la licencia solicitada por Monreal.

Ni la denuncia por supuesta extorsión presentada por Pilar Monreal contra el concejal Vicente Igual, consiguió tanto. Monreal denunció a Igual ante el fiscal por supuesto delito de estafa. Le acusa de exigirle 100.000 euros a través de dos intermediarios por obtener la licencia de actividad para el burdel localizado en un discreto bajo situado en el número 3 de la calle del Doctor Marco Merenciano, en el distrito de Trànsits.

En el caso Majestic se dan ingredientes dignos de la mejor novela negra. Prostitutas, madames, políticos, supuesta extorsión y grabaciones de conversaciones comprometidas colgadas en YouTube. En la denuncia presentada por Pilar Monreal a la Fiscalía Provincial de Valencia, ésta, que dice haber traspasado la propiedad de su club, relata que Igual le exigió el pago de dinero a través de José Luis Bayo, presidente de Nuevas Generaciones del PP hasta que fue apartado del cargo en 2008, y de uno de los asesores del concejal Igual, Carlos Andrés, que, según fuentes municipales, apenas ha pisado el Consistorio desde que estalló el escándalo del Majestic. Monreal asegura haber pagado 42.000 euros y un Rolex Submarine -valorado en 6.400 euros- para conseguir una licencia para el hostal tapadera del prostíbulo. Los pagos se habrían librado durante los años 2007 y 2008, según la madame.

Que era un prostíbulo era vox populi en la calle Marco Merenciano. Lo saben los vecinos del número 24, donde Monreal mantuvo su club abierto en las primeras plantas de la finca durante años. Este local se cerró ante la presión vecinal en 2008. Dos años antes, Monreal abrió otro club en el número 3 bajo de la misma calle. Una pequeña puerta esconde ahora 11 habitaciones lujosamente decoradas y con nombres como Templos del Amor, Babilonia o Tutankamon. Los precios iban de los 156 euros la hora por servicio en local, a los 450 por una señorita para matrimonio. La madame solicitó la licencia de actividad para el hostal -una actividad inocua que se tramita en Junta Municipal de Trànsits- el 20 de julio de 2004. Eran 11 habitaciones, 22 camas y cuatro trabajadores, y el hostal disponía además de cocina y gimnasio.

En octubre, los vecinos alegaron contra la concesión de la licencia porque dicen que es un prostíbulo, no un hostal. Entretanto, la petición va del departamento de la Junta de distrito al de Espectáculos públicos, luego al de Sanidad, que informa desfavorablemente por una serie de deficiencias. El expediente va pegando botes de departamento en departamento hasta que en abril de 2007 el Consistorio le deniega la licencia.

Hasta siete meses después el Consistorio no pone la primera multa al Majestic -que no aparece en el expediente como cobrada, según los socialistas- , y ordena el cierre del club dos años después de las denuncias vecinales. Y otro interrogante: "¿Por qué el Consistorio tarda otros siete meses en precintar por primera vez el Majestic desde que se decreta el cese de su actividad por carecer de licencia?".

Los dueños del local quebrantan las órdenes de cierre y los precintos sin que el servicio jurídico municipal denuncie a los juzgados estos actos de desobediencia. "Hemos denunciado muchas veces en la policía y no han hecho caso", se queja Rosa, una vecina afectada por los ruidos del local. "Desde mi casa oía la música, los nombres y hasta los ayes", explica. En abril de 2007 recurrió a la Sindicatura de Greuges, que le contestó con un informe de la Policía Local en el que se detallan las denuncias contra el Majestic desde marzo de 2004.

Desde el Consistorio, el concejal de Policía Local, Miquel Domínguez, acusa a la oposición de agitar el tema con fines electorales e insiste en que los servicios jurídicos no han llegado más allá porque se está pendiente de un recurso de apelación presentado por Pilar Monreal contra la orden de cierre.

Favores sexuales para 'vips'

La madame Pilar Monreal amenaza desde que estalló el escándalo del Majestic con revelar todo lo que sabe. "Yo estoy más guapa callada que si hablo", dice, mientras se muerde la lengua.

"No esperaban que sacara la grabación", añade Monreal al referirse a una conversación grabada y colgada en YouTube, que tuvo lugar en 2008 entre su hija Noemí y José Luis Bayo. En ella el entonces presidente regional de Nuevas Generaciones del PP negocia con la hija de Monreal la entrega de dinero en nombre del concejal Vicente Igual.

Sólo unas horas antes, la exdueña del Majestic había denunciado públicamente que estaba al corriente de "favores sexuales" a políticos importantes valencianos y describía cómo funcionaba la cosa: "Estaban los vip oro, los vip plata y los vip virtuales, que los tenía Bayo", relata. Los beneficiarios de esos vips recibían servicios de las chicas del Majestic sin cargo alguno. Cada fiesta le costaba al local unos mil o mil y pico de euros. "Eso lo llevaba mi hija [Noemí]", añade.

La madame asegura que dispone de más grabaciones y está dispuesta a sacarlas a la luz más adelante. "El Majestic era chantajeado casi desde 2004 porque, según ellos, era un prostíbulo no un hostal". "Son mafia pura. Esto parece Chicago años 20", arremete

Monreal se siente presionada tras consumarse este jueves el cierre del club, negocio que creó hace años y que traspasó a otro empresario. "Que no me presionen más", dice al referirse a la presencia de policías casi a diario ante el club para evitar que se reabra.

"Ya lo dijo Bayo", añade Monreal refiriéndose a un fragmento de la conversación grabada:

-Tu hoy por hoy estás funcionando sin licencia, y te han dado unos meses en los que has estado funcionando, que te podían haber cerrado. Así que no hay tanta mala hostia. Lo que hay es una hijoputez de querer sacarte más de lo que te han sacado ya-, dice Bayo.

-Pero ha habido una suspensión del acto administrativo, José Luis. Después de los recursos...-, le contesta Noemí Monreal.

-Noe. Yo si te quiero joder tienes cuatro coches patrulla debajo de tu puerta todos los días-, le replica Bayo.

Monreal no era una desconocida antes de que estallase este escándalo. Licenciada en Derecho, la exdueña del club ha defendido en un programa de televisión nacional y en otros de ámbito local los derechos de las trabajadoras del sexo.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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