L'Alfàs, geriátrico abierto
En la localidad viven jubilados de casi 100 países
L'Alfàs del Pi se ha convertido en un gran geriátrico de puertas abiertas, probablemente el mayor de la Comunidad Valenciana. El censo del municipio, de 22.000 habitantes, reúne a más de 5.000 ciudadanos mayores de 65 años, el 80% procedentes del casi centenar de nacionalidades que concentra esta localidad de La Marina Baixa. El coste de los servicios que presta el Ayuntamiento a este colectivo, que no para de crecer, supera el millón de euros. Y es una apuesta del actual Gobierno de la ciudad, que dirige con mayoría absoluta el PSPV, para desestacionalizar el turismo.
El mes pasado, un grupo de pensionistas suecos, guiados por la profesora de Economía de la Universidad de Valencia María Ángeles Tortosa, mantuvo diferentes reuniones con los ediles de L'Alfàs para interesarse por los servicios que ofrece el municipio a la tercera edad. Y hace un par de semanas, el alcalde, Vicente Arques, anunció el lanzamiento de un programa de vacaciones similares al Imserso español para que jubilados noruegos se alojen a precios reducidos en los hoteles de la playa de l'Albir entre octubre y febrero. El proyecto, llamado Winter Sun, se presentará en la Feria de Turismo de Oslo la próxima primavera.
El Ayuntamiento ha anunciado un programa para jubilados noruegos
El municipio busca a estos clientes por su elevado poder adquisitivo
La pretensión es seguir atrayendo jubilados de los países escandinavos y Holanda, que junto con los del Reino Unido suponen más de la mitad de los mayores del municipio, "por el alto poder adquisitivo de sus pensiones y su gran capacidad para autoorganizarse, lo que evita esfuerzos extraordinarios al Ayuntamiento", asegura Genoveva Tent, concejal de Residentes Extranjeros.
De hecho, el Club Noruego lleva 40 años en L'Alfàs y el Club Holandeses ha celebrado ya su 35º aniversario. El Centro de Voluntariado Noruego de la localidad está financiado por el Gobierno nórdico. En muchos casos, los propios socios del club se encargan de prestar servicios a sus compatriotas de forma altruista. Y existen cuatro residencias para jubilados extranjeros.
Pero, según confirma la edil de Bienestar Social, Gunilla Herrero, mitad noruega, "algunos extranjeros jubilados han empezado a solicitar la ayuda domiciliaria o la teleasistencia", servicios de copago en función del nivel de renta del solicitante. "En general, los jubilados que vienen a L'Alfàs piden tranquilidad y buen tiempo", dice Herrero. Y casi todo lo demás se lo pueden pagar.
Este segmento de población extranjera tiene otra particularidad. "Una gran parte de estos jubilados se van a su país entre mayo y septiembre", señala, "porque allí ya tienen buen tiempo, lo que permite generar espacios para la oferta de verano, más vinculada al turismo de sol y playa".
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