Ford acepta que las 600 bajas sean voluntarias
UGT ve un "giro" en la empresa, que estudiará readmitir a los despedidos
Después de varios meses manteniendo una posición de fuerza, Ford abrió ayer la mano en las negociaciones que mantiene con los representantes de los trabajadores de la planta de Almussafes. La empresa no avanzó propuestas, pero sí dio un "giro" clave en su postura, según UGT, sindicato mayoritario en la planta.
A saber: aceptar el principio de voluntariedad en los 600 despidos que anunció el 31 de julio (y que podrían ser menos); estudiar cómo readmitir a los trabajadores que abandonen la factoría una vez que se recupere el nivel de producción (algo que según UGT podría ocurrir "dentro de un año o año y medio"); suprimir la idea de que los afectados reciban la indemnización mínima de 20 días por año trabajado, y declarar "vivo y en aplicación" el acuerdo de viabilidad firmado en 2007 por el sindicato mayoritario y la dirección europea de Ford.
CC OO, CGT y STM mantienen la manifestación de mañana
Un acuerdo que, según Gonzalo Pino, secretario general de UGT en la planta, contiene el resto de puntos tratados ayer ("búsqueda de soluciones no traumáticas para los trabajadores en épocas de crisis"). Y que sienta las bases para desbloquear la renovación del convenio colectivo, que encalló en abril después de que la plantilla rechazara por estrecho margen la propuesta pactada por la dirección y UGT.
A la reunión celebrada ayer asistieron los tres sindicatos minoritarios (CC OO, CGT y STM), pero su percepción de lo sucedido fue distinta. "Es cierto que Ford ha dicho estar dispuesta a buscar fórmulas que garanticen que la salida de 600 personas sea voluntaria", señaló el secretario general de Comisiones en la factoría, Miquel Rosaleny, "pero no las ha concretado, no ha puesto ninguna sobre la mesa, y mientras no lo haga no podemos aceptar el Expediente de Regulación de Empleo. Las espadas siguen en alto y la movilización continúa".
La referencia a la movilización era clara: los tres sindicatos minoritarios, que mantienen un largo pulso con UGT, han convocado una manifestación para mañana en Valencia y no tienen intención de dar marcha atrás. "No se puede descartar que la empresa esté haciendo un amago para desincentivar la asistencia de los trabajadores a la manifestación, que es justamente lo que nos dará fuerzas".
Gonzalo Pino se declaró "satisfecho" con la actitud de la empresa y decepcionado con la del resto de sindicatos. "No quieren aceptar que reactivar el acuerdo de 2007 es una herramienta que garantiza la búsqueda de salidas no traumáticas en situaciones como la actual y que nos puede servir para los próximos cinco o 15 años. Lo mismo ayer, cuando la demanda era muy alta, como hoy, cuando es muy baja".
El líder sindical reconoció que quedan por definir las vías para hacer posible la voluntariedad y el retorno de los despedidos. Por ello solicitarán a la Dirección General de Trabajo que amplíe el plazo de negociación del expediente, que termina la próxima semana, para disponer de margen de maniobra.
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