Contenedores de Japón llegan a Valencia sin radiación nuclear
Los filtros del puerto no detectan isótopos en el primer envío
Los dos primeros contenedores procedentes de Japón después del terremoto de Fukushima superaron ayer sin ninguna incidencia el control de radiación al que fueron sometidos en la salida sur del puerto de Valencia.
El viernes atracó en Valencia el primer barco que cargó ocho contenedores en el puerto japonés de Nagoya después terremoto y posterior tsunami que golpeó la isla y afectó decisivamente a la central nuclear de Fukushima el 11 de marzo.
Son los primeros contenedores susceptibles de transportar materiales irradiados a consecuencia de las fugas que han sufrido al menos dos de los reactores de la central nuclear que llegan a la Unión Europea. Venían cargados de cubetas industriales y componentes de aparatos de aire acondicionado.
Los detectores se instalaron para controlar el tráfico de armas nucleares
El puerto de Valencia dispone desde septiembre pasado de unos arcos detectores de radiación instalados en virtud de un acuerdo entre la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT) y el Gobierno de Estados Unidos a través del programa Container Security Iniciative.
Los mismos detectores funcionan en Algeciras desde 2006 y ya están en pruebas en Barcelona. Inicialmente, los arcos se instalaron para detectar el posible tráfico ilegal de material radioactivo para usos militares.
Todos los contenedores que salen del puerto de Valencia pasan por el arco detector. El umbral de radiación es muy bajo y algunos fertilizantes, productos cerámicos incluso algunas frutas como los plátanos o los kiwis disparan la alarma de forma natural. Un código de barras permite identificar el lugar de procedencia y el cargamento de cada contenedor.
Antonio Ortiz, especialista en control radiológico de la AEAT, explica que la radiación natural resulta muy homogénea, mientras que la radiación provocada por isótopos artificiales, como el cesio o el cobalto, provoca puntas mucho más localizadas. La pantalla de un ordenador refleja toda la información que recoge el arco detector y da vía libre a la carga o dispara la alarma.
Cuando el pórtico dispara la alarma, el contenedor en cuestión es trasladado a un segundo punto de control preparado al efecto en otra zona del puerto de Valencia. Allí, un segundo arco espectrométrico, mucho más sensible, es capaz de detectar el isótopo que provoca la radiación.Cuando hay dudas, los técnicos de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) que trabajan en el área donde los contenedores se someten a un segundo control de radiología comprueban la intensidad de la radiación con un detector personal que indica si se pueden acercar a la carga.
Una vez abierto el contenedor, un medidor de conteos identifica exactamente la fuente que emite la radiación. Finalmente, dos tipos de identificadores de isótopos establecen el tipo de radiación. El radio, por ejemplo, genera una radiación de carácter natural que resulta inocua.
Todo el personal expuesto utiliza un densímetro que estima la radiación acumulada a lo largo de un mes. Uno de los funcionarios exhibió el suyo para demostrar que no ha sufrido ningún tipo de contaminación en las últimas semanas, el aparato marcaba: "0,0".
El puerto de Valencia movió más de cuatro millones de contenedores a lo largo del año pasado. En torno al 1,5% de la carga procede de Japón, unos 60.000 contenedores, según los técnicos de la AEAT. Todos los camiones que salen cargados del puerto de Valencia pasan por el arco detector de radiación.
Los técnicos de la AEAT explican que no esperaban que se disparara la alarma al filtrar los primeros ocho contenedores cargados en Japón después del 11 de marzo. Ya fueron supervisados en el puerto japonés de Nagoya. La aduana conoce el contenido de cada contenedor antes de que zarpe. Puede incluso bloquear un cargamento antes de que salga.
Desde que los arcos detectores de radiación se instalaron el pasado mes de septiembre varios contenedores han tenido que ser sometidos a un segundo control. "Hasta la fecha solo hemos detectado algún cargamento de material industrial no declarado", comentó Ortiz, "pero nada que deba disparar la alarma".
Estados Unidos impulsó la instalación de arcos detectores de radiación en sus puertos a raíz de los atentados contra las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. A través de un acuerdo alcanzado con el Gobierno español en 2004, los pórticos se han instalado en los tres mayores puertos españoles. El 80% de los contenedores que llegan a Estados Unidos procedentes de Oriente Medio pasan por alguno de los tres principales puertos españoles. También hay pórticos detectores de radiación en el puerto holandés de Rotterdam, el mayor de Europa por volumen de tráfico.
El accidente nuclear en Japón revela ahora nuevos usos para los detectores de radiación.
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