Vingegaard celebra el triunfo en la Vuelta en un podio improvisado debido a las protestas propalestinas en Madrid
El ciclista se sube a una caja con el número uno pintado tras la cancelación de la etapa final por la manifestación en apoyo a Palestina

Tras cancelarse la etapa y la tradicional ceremonia de podio de este domingo, todos los ciclistas fueron trasladados en los coches de los equipos a sus respectivos hoteles en Madrid. Fue en uno de ellos, en el aparcamiento del hotel Marriott, y ya bajo la noche cerrada, cuando el Visma-Lease a Bike, equipo del ganador de la Vuelta, Jonas Vingegaard, promovió un improvisado homenaje para los ciclistas que, por sus méritos deportivos, deberían haber subido al escenario de la Vuelta en la céntrica plaza de Cibeles.
Así, sobre unas neveras en las que previamente se habían rotulado números a modo de podio (1, 2 y 3), Vingegaard, Joao Almeida, Tom Pidcock y otros corredores —entre ellos, el estadounidense Matthew Riccitello, miembro del equipo Israel Premier-Tech y, por tiempos, el mejor joven de esta edición— recibieron sus respectivas honras ante la atenta mirada de compañeros, miembros de los equipos, familiares y periodistas. Un final atípico, pero, según los propios protagonistas, festivo al fin y al cabo.
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