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Una asociación de vecinos de Cádiz ha recuperado al oso polar y lo ha incorporado a su cabalgata con un collarín. Foto: Twitter | Vídeo: EPV

El ‘oso perjudicado’ de la cabalgata de Reyes de Cádiz reaparece, ahora con collarín

La broma de la celebración de los Reyes Magos del barrio gaditano del Mentidero se hace de nuevo viral

Jesús A. Cañas

Cuando un meme se viraliza siempre queda la duda de cuánto resistirá al paso del tiempo. El del oso perjudicado de Cádiz nació de un error técnico en un disfraz en una cabalgata de Reyes de hace ahora un año y sigue bien vivo. Tanto que este pasado lunes regresó a la vida, aunque algo más recuperado de su problema de descoyuntamiento de cuello que le hizo dar la vuelta a España. La imagen del oso con collarín en el transcurso de una cabalgata de Reyes, en este caso organizada por la asociación de vecinos del barrio del Mentidero, se ha vuelto a hacer viral. Y eso que el Ayuntamiento de Cádiz ya ha dejado claro que no tiene pensado recuperar la presencia del animal en la cita oficial del próximo jueves.

Redes sociales como Facebook y, especialmente, Twitter llevan casi dos días plagadas de imágenes y vídeos del regreso del oso con un collarín por las calles del centro de la ciudad. Aunque a diferencia de lo que ocurrió hace casi un año, en este caso sí ha sido deliberado. La asociación de vecinos El Carmen de los barrios de El Mentidero y San Lorenzo ha tirado de humor para completar su cabalgata de Reyes Magos, que paseó la tarde de este pasado lunes por algunas de las vías del casco antiguo de la ciudad. Para ello, recurrieron a un disfraz inflable de oso blanco y lo tunearon con un gran collarín. La broma ha cuajado tan bien que muchos de los asistentes subieron inmediatamente a sus redes vídeos y fotografías del desfile, como puede verse en el vídeo que acompaña esta noticia.

Lo que sí está claro es que el Ayuntamiento de Cádiz ya descartó hace días recurrir al oso perjudicado para su cabalgata oficial, en lo que ya hubiese sido confirmar su presencia de forma premeditada y no fruto de un accidente, como ocurrió el año pasado. Y eso que el regreso del animal lleva coleando para el Consistorio desde finales del pasado mes de noviembre. Ya entonces, la concejala de Cultura y Fiestas, Lola Cazalilla, explicó al medio local Diario de Cádiz que no tenían pensado recrearse en la anécdota: “Nos parecía injusto quitarle la importancia y poner el foco en algo que no deja de ser una anécdota y en algo como una cabalgata que para nosotros es una cosa muy seria”.

Pero el pasado mes de diciembre el locutor de radio y autor de agrupaciones del Carnaval, José Guerrero Roldán, Yuyu, lanzó una campaña de firmas en change.org en la que pedía al Ayuntamiento que “reconsidere su postura y le ofrezca a tan distinguido plantígrado el lugar que se merece”. La petición ya lleva 5.500 firmas, aunque el Consistorio ha explicado que no va a regresar. “Esta no es una petición que haya salido de los niños y niñas de la ciudad, que es a quien está enfocada esta Cabalgata, sino de los adultos, y, por otro lado, en Cádiz distinguimos bien la frontera entre la gracia y la carga y lo que es hacernos pesados”, volvió a tener que explicar Cazalilla días después de que la iniciativa del locutor se hiciese conocida.

Que no vaya a estar en el desfile municipal no significa que Cádiz se haya olvidado de un oso inflable descoyuntado del que nunca se llegó a saber quién lo interpretaba o qué percance exacto ocurrió para que se le torciese el cuello. Días después de que el animal se colase en miles de móviles en forma de bailarín de Raffaella Carrá o rehuyendo una prueba PCR, la empresa gaditana Pepe Pinreles se lanzó a realizar unos calcetines con su imagen. El éxito fue tal que consiguieron vender 3.000 pares en las primeras 72 horas de su lanzamiento.

Hoy el estampado sigue a la venta en su web, tanto en esa prenda como en bañador masculino. Además, ya en el pasado Carnaval de Cádiz —tanto en el extraoficial de febrero, como el oficial de verano— hubo diversas agrupaciones que sacaron a relucir la anécdota como parte de sus repertorios irónicos. Ahora, un año después, se confirma que el oso perjudicado, además de estar mejor de lo suyo, sigue vivo en el imaginario colectivo.

Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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