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Cuba envejece: la isla reporta su tasa de natalidad más baja desde la Revolución

Los adultos mayores son el único grupo poblacional que crece. Los expertos advierten de que el problema no es envejecer, sino las condiciones en que se hace

Cubanos el malecón de La Habana, el 4 de febrero.
Cubanos el malecón de La Habana, el 4 de febrero.Ramon Espinosa (AP)
Carla Gloria Colomé

Un grupo de funcionarios cubanos confirmó hace días lo que se percibe a pie de calle: que Cuba es un país con mucha menos gente que hace tres años, donde se registran cada vez menos nacimientos y solo aumentan los adultos mayores como grupo poblacional. Las últimas cifras oficiales de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) reflejan que el último éxodo migratorio ha vaciado al país, que las mujeres se muestran renuentes a tener hijos en medio de una crisis económica sin fin aparente y que, cuando se van los jóvenes, son las personas de la tercera edad quienes permanecen. Las autoridades han dicho antes que no hay que “dramatizar” el envejecimiento, pero los investigadores insisten en que tampoco hay que subestimarlo. En todo caso, aseguran que el problema no es envejecer, sino las condiciones en que se envejece.

El vicejefe de la ONEI, Juan Carlos Alfonso Faga, anunció el dato que desde hace meses discuten los demógrafos, o sea, que la población actual cubana, que por años fue de poco más de 11 millones de personas, hoy es de poco más de 9,7 millones, similar a su población de hace 40 años. De acuerdo con los cálculos realizados hasta diciembre de 2024, ese año Cuba perdió unos 300.00 habitantes. Algunos expertos consideran, no obstante, que el dato es mucho más bajo, como el economista y demógrafo Juan Carlos Albizu-Campos, quien reveló el pasado año que en el país viven hoy 8,62 millones de cubanos.

Faga no sólo reconoció el descenso poblacional del que las autoridades en ocasiones se han limitado a hablar, sino que se refirió a una disminución de la tasa de natalidad registrada el pasado año, “la cifra más baja de las últimas décadas”, con un total de 71.000 nacimientos, 19.075 menos que en 2023. Se trata de una tendencia sostenida en el país durante los últimos años. En 2023, Cuba reportó la cifra de 90.300 nacimientos, 15.000 menos que en 2020, cuando el número fue de 105.616.

La dinámica poblacional, que el propio primer ministro cubano, Manuel Marrero, ha tildado de “compleja”, llama especialmente la atención de los investigadores, por la tendencia al envejecimiento en la isla, siendo las provincias de Villa Clara, La Habana y Sancti Spíritus las más envejecidas. Los adultos mayores son el único grupo poblacional en ascenso, con más de un cuarto de la población con 60 años de edad o más. Cuba es hoy una de las poblaciones más envejecidas de América Latina. Hace dos años, el 24,4% de los cubanos tenía 60 años o más, y se prevé que para 2030 el 30 % de los habitantes estén en ese rango de edad. Por otra parte, el grupo de menores de 15 años se contrajo un 6%, y el de entre 15 y 59 años en casi un 12 %.

Un grupo de personas en La Habana, el 16 de febrero.
Un grupo de personas en La Habana, el 16 de febrero.Ramon Espinosa (AP)

Expertos del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana (Cedem) dijeron a la prensa oficial que la única alternativa posible al creciente envejecimiento sería alcanzar una elevada tasa de fecundidad, pero lo cierto es que desde 1978 la tasa de fecundidad se sitúa por debajo del nivel de reemplazo, no se alcanzan los dos hijos como promedio. En el país, además, se reportan más muertes que nacimientos.

A este panorama se suma el último éxodo migratorio que los expertos sitúan en 2021 y que ha sido otro golpe a la dinámica poblacional. Según datos de la ONU, las mujeres son las que más han emigrado en la última estampida cubana, unas 133 mujeres por cada 100 hombres han abandonado el país. Albizu-Campos dijo a este periódico anteriormente que el fenómeno deriva en un patrón que él llama “el patrón de los abuelos solos con los niños solos”. “Los padres jóvenes tienden a emigrar solos, porque van a seguir corredores migratorios complejo”, dice.

Ciertamente, las personas de la tercera edad están lidiando hoy no solo con la soledad o el desamparo que significa la separación de la familia, sino con un país en el que se someten a las largas colas para comprar alimentos, a las interminables horas de apagón, a las bajas pensiones o la falta de programas que les garanticen una atención digna.

La socióloga cubana Elaine Acosta González, directora del Observatorio Cuido60 sobre Envejecimiento, Cuidados y Derechos, aseguró a EL PAÍS que el creciente envejecimiento demográfico en Cuba “no es un proceso nuevo”, sino de larga data. “Hace rato que Cuba viene encabezando los procesos de envejecimiento y es una situación que nos agarra en una de las peores condiciones del país en términos de sus recursos económicos y las adaptaciones de los programas para sostener adecuadamente ese envejecimiento demográfico”, sostuvo.

Los propios funcionarios cubanos han reconocido que un país con un cuarto de la población envejecida “es más complejo de maniobrar”, y que el hecho de que la población en edad laboral sea menor, afecta directamente en la economía, ya de por sí golpeada y empobrecida en los últimos años.

El “drama” son las condiciones con que se llega a la vejez

Aún así, los funcionarios cubanos han hecho un llamado a “no dramatizar” el envejecimiento en Cuba y verlo como un “triunfo de la vida sobre la muerte”. Y aunque es innegable que siempre resulta un logro el aumento de la esperanza de vida, Acosta González insiste en que “subestimar este impacto hace que no se comprenda el fenómeno en su cabalidad y, por tanto, no se anticipen las medidas de política pública que podrían entrar a paliar esta situación”.

Un barrio en La Habana, Cuba, el 14 de febrero.
Un barrio en La Habana, Cuba, el 14 de febrero.Ramon Espinosa (AP)

“Creo que el asunto no es dramatizarlo, ni ver el envejecimiento como un problema en sí mismo”, dice la socióloga. “Envejecer es una buena noticia, especialmente si se hace en buenas condiciones o es un envejecimiento de carácter digno. Sin embargo, en el caso cubano, lo dramático viene conectado a las condiciones en que se está produciendo ese envejecimiento, la calidad de vida con las que las personas mayores están arribando a los 60 años, ese es el drama acá, que se quiere de alguna manera encubrir o rebajar”.

La investigadora asegura, además, que el Gobierno ha mostrado incapacidad en el manejo de las políticas públicas para atender a las múltiples necesidades que se derivan de ese aumento del envejecimiento poblacional. También, dice, se ha subestimado el impacto que tiene la crisis migratoria, “en lo que se refiere a la proporción de personas mayores que viven solas, cuyos hijos y nietos han emigrado y la falta de programas que puedan asistirlos de forma adecuada”.

“Rebajar este impacto es rebajar la crisis sistémica por la que está atravesando la sociedad cubana. Los escasos recursos de los que dispone Cuba no están siendo bien priorizados para atender las necesidades crecientes de una población que empeora cada día su calidad de vida”, sostiene. Por tanto, revertir esta situación, que impacta directamente en la sostenibilidad del país, supone también dar espacio a actividades y actores de la sociedad civil que tratan de incidir en el fenómeno. Acosta González lo llama un “cambio estructural de democratización de la sociedad cubana, porque de otra forma no se puede incidir directamente ni en el diseño de las políticas públicas, ni en su ejecución”.

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Sobre la firma

Carla Gloria Colomé
Periodista cubana en Nueva York. En EL PAÍS cubre Cuba y comunidades hispanas en EE UU. Fundadora de la revista 'El Estornudo' y ganadora del Premio Mario Vargas Llosa de Periodismo Joven. Estudió en la Universidad de La Habana, con maestrías en Comunicación en la UNAM y en Periodismo Bilingüe en la Craig Newmark Graduate School of Journalism.
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