California se prepara para el impacto de la segunda presidencia de Trump

California se alista para la tormenta que viene. El bastión demócrata prepara una serie de medidas para resistir los embates de la segunda presidencia de Donald Trump. El Congreso estatal se encuentra desde este lunes en una sesión especial que busca reforzar los derechos y garantías para los 40 millones de habitantes, incluidos unos 11,4 millones de indocumentados. “No se trata de resistirnos, sino de ser pragmáticos”, ha señalado el gobernador Gavin Newsom, uno de los principales opositores al presidente electo. “”Hay que estar preparados. Seríamos unos tontos si no nos alistáramos antes de enero”, aseguró el mandatario local a Los Angeles Times.

Newsom convocó a una sesión especial del Congreso días después del triunfo de Trump en las elecciones presidenciales. Los demócratas tienen una supermayoría en las dos cámaras locales, lo que asegura un proceso legislativo sin sobresaltos. El legislador Jesse Gabriel presentó esta mañana una iniciativa para reservar 25 millones de dólares del presupuesto estatal para hacer frente a los litigios que las autoridades locales podrían enfrentar de parte del nuevo Gobierno federal en materia de cambio climático, inmigración, acceso al aborto y derechos civiles. California enfrentó 120 juicios durante la primera estancia de Trump en la Casa Blanca. Estos generaron costos de más de 40 millones de dólares al presupuesto estatal.

California no se encuentra en la misma situación de 2016, que enmarcó la llegada de Trump al poder. La entidad, una de las economías más importantes del país, enfrenta ahora un déficit de cerca de 2.000 millones de dólares para 2025, lo que dificulta el margen presupuestario de Newsom ante un Gobierno federal hostil. Los legisladores demócratas consideran que ese fondo de 25 millones de dólares puede ser un buen inicio, aunque es insuficiente para cuatro años. Mayores recursos podrían depender del triunfo del Gobierno demócrata en los tribunales federales.

Uno de los aspectos más contenciosos entre Washington y California podrían ser los fondos para emergencias. Durante la campaña se reveló que, en su primera Administración, Trump intentó retener dinero destinado a la respuesta a incendios forestales que asolaron el territorio en 2018. El entonces presidente accedió a enviar la transferencia cuando uno de sus asesores le explicó que en el condado californiano de Orange había más votantes suyos que en todo el Estado de Iowa. En septiembre, no obstante, Trump amenazó nuevamente con bloquear las ayudas federales destinadas a los californianos.

Newsom enfrenta hoy una paradoja. Debe repetir en el papel como uno de los líderes de la oposición a Trump. Sin embargo, el resultado de los comicios del mes pasado prueban que muchos californianos no están satisfechos con los gobiernos demócratas. El presidente electo superó los resultados que obtuvo en la entidad hace cuatro años. Ganó en condados rurales como Fresno, que no caían al bando republicano desde 2004. E incluso mejoró en sólidos bastiones azules como San Francisco, donde redujo el margen de su derrota de 73 puntos en 2020 a 65 puntos el pasado 5 de noviembre.

California también desea mantener en pie los créditos para los coches eléctricos. El Estado fue el primero en legislar que para 2035 todos los vehículos nuevos que se vendan en la entidad deberán ser eléctricos, de hidrógeno o híbridos. Newsom está pensando en ofrecer facilidades de compra a este tipo de automóviles. Esto después de que Trump prometiera en la campaña acabar con los créditos fiscales de hasta 7.500 dólares para adquirir coches de energía limpia. “Vamos a intervenir si Trump decide eliminar este beneficio, con lo que redoblaremos la apuesta por el aire limpio y los trabajos verdes en el Estado”, aseguró Newsom en un comunicado emitido a finales de noviembre. El dinero para estas ayudas provendría de un fondo creado con dinero de multas a los agentes más contaminantes de la región.

Estado santuario

Uno de los mayores compromisos de las autoridades californianas es con sus comunidades indocumentadas, que conforman parte del motor económico de la entidad. Al ser un Estado santuario, las leyes locales instruyen a los departamentos de policía a no cooperar con las agencias federales encargadas de llevar a cabo las deportaciones y otros operativos de inmigración. Esto podría presentar un choque mayúsculo con la Administración de Trump, que ha prometido llevar a cabo una operación de grandes proporciones desde el primer día en que ocupa la Casa Blanca.

“Todos estamos de acuerdo en que este operativo debe enfocarse en los criminales violentos, pero es muy diferente a que se deporte indiscriminadamente a millones de personas”, señaló el domingo el senador demócrata Alex Padilla. El legislador, el primer latino que representa a California en la Cámara alta, aseguró que no es un secreto de que Trump buscará enfrentarse con la entidad más poblada del país. Pero en temas de inmigración, California se cuece aparte. “Abrazamos nuestra diversidad, es esta la que ha hecho exitosas nuestras comunidades y nuestra economía. Así que vamos a ayudar a las familias ante las amenazas de Trump”, indicó en el programa Face The Nation, de la cadena CBS. Padilla será uno de los principales aliados de Newsom, junto al nuevo senador Adam Schiff, en la capital del país.