María Magdalena Campos-Pons: “Quiero que la gente salga de esta performance y se pregunte qué es el amor radical”
La artista multidisciplinar, una de las principales exponentes del arte cubano posrevolucionario, pondrá el broche de oro al 20º aniversario del Programa ‘Arte Público en el Espacio Público’ de Nueva York este sábado a las 9 de la mañana
Aunque advierte de que está cansada, en el momento en que la artista multidisciplinar cubana María Magdalena Campos-Pons (Matanzas, 65 años) comienza a hablar, se desata un torbellino de energía. Con agilidad, teje un discurso tan apasionado como cautivador. Acaba de llegar a Nueva York después de un viaje de dos días a Cuba, porque era el 99 cumpleaños de su madre. Para celebrarlo fue hasta Matanzas, a tener una conversación con los espíritus de agua del Caribe y del aire. Y es que Campos-Pons, catedrática de Bellas Artes en la Universidad de Vanderbilt (Nashville, Tennessee), ganadora de la prestigiosa beca MacArthur el año pasado y uno de los máximos referentes del arte cubano posrevolución, cree en el mundo de los orishas y lo espiritual es una parte integral de su obra.
Ya sea a través de la performance, lo audiovisual o la escultura, su manera de abordar los temas que le interesan —la historia racial, la multiidentidad, el feminismo— siempre parte de una dimensión que interpela no solo a la condición humana, sino también al universo, con una reivindicación cada vez más fuerte de la unidad. Su obra se ha exhibido en parte de las galerías y festivales de arte más emblemáticos del mundo, incluyendo el MoMA, el Whitney, el Instituto de Arte de Chicago, la bienal de Venecia y el Brooklyn Museum, que el pasado mes de septiembre le dedicó una retrospectiva, Behold, recorriendo su trabajo durante los últimos cuarenta años. Una exhibición que puede verse del 27 de septiembre al 5 de enero en el Frist Art Museum de Nashville , y posteriormente en el Museo Getty de Los Ángeles.
Cercana y vibrante, Magda, como la llaman sus amigos, habla con deleite de lo que ha preparado como artista invitada para culminar la celebración del 20º aniversario del Programa Arte Público en el Espacio Público organizado por el Madison Square Park de Nueva York. “Un honor”, puntualiza antes de empezar a hablar de la performance que tendrá lugar en dos partes, este sábado y el viernes 20 de septiembre. La Procesión de Ángeles por el Amor Radical y la Unidad consistirá en una marcha multigeneracional a lo largo de distintos enclaves simbólicos de la gran manzana seleccionados por su importancia histórica, que irá acompañada de recitales poéticos y conciertos.
Pregunta. ¿De dónde surge la idea de crear una Procesión de Ángeles por el Amor radical y la Unidad?
Respuesta. La idea era crear una performance que fuera consistente y que tuviera continuidad con mi práctica performativa. El primer proyecto que hice centrado en una procesión fue en 1986, cuando me acababa de graduar de arte en Cuba. Las procesiones parten de las experiencias personales que viví en el pueblito donde crecí, en La Vega, situado en la provincia de Matanzas. Eran una mezcla de tradiciones africanas con celebraciones europeas, concretamente españolas, basadas en el catolicismo. Mientras nosotros marchamos en Nueva York, el mismo 7 de septiembre se celebra en Cuba el día de la diosa Yemayá, dueña de los siete mares, protectora del hogar y de la fertilidad. Y al día siguiente se celebra la fiesta en honor a la Virgen de la Caridad del Cobre y a Oshun en la religión yoruba. Yo participaba en esas procesiones de niña, cuando el pueblo entero sale a caminar llevándose a la virgen con ellos. Y la celebración de la santería donde introducen música, comida…todos los placeres sensoriales. Me pareció interesante hacer una procesión aquí en Nueva York, una ciudad que se descubre caminando. Caminar por Nueva York es material artístico. Y vamos recorriendo puntos históricos que no deben olvidarse. Como el lugar donde tuvo lugar la marcha silenciosa el 28 de julio de 1917 (por la Quinta Avenida desde la calle 55 hasta la calle 23) donde 10.000 afroamericanos protestaron en silencio por los linchamientos y la discriminación racial. O el primer orfanato creado para afroamericanos, el Colored Orphan Asylum, que fue quemado el 13 de junio de 1863. Pero mi propósito no es machacar con estos temas, sino recordar que hemos evolucionado, que ahora estamos en otro lugar.
P. En cada parada habrá un poeta. De Richard Blanco, que participó en el recital inaugural de Obama, a la historiadora ganadora del Pulitzer Ada Ferrer, a Major Jackson e incluso un niño de diez años, Kayden Hern.
R. Esta procesión es un gran acto poético. Los poemas son mensajes que se dejan en el universo, que están en el aire y que se quedan en nuestra alma cuando los leemos, caminamos o nos cruzamos con el que pasa en la dirección contraria y tenemos intercambios en ese proceso. No es un espectáculo. Se trata de conseguir algo extraordinario a través de la cotidianidad. Es una invitación a amarse a uno mismo y amar al otro. Esta procesión-performance es una invitación a repensar cómo nos entendemos, nos encontramos y quizá para detenernos y mirarnos de nuevo.
P. ¿De qué otra forma conecta el proyecto con la cultura cubana?
R. Hago un homenaje a las figuras cubanas que más me han inspirado en mi vida personal como en mi obra trayendo a la procesión seis títeres grandes. Representan a los artistas visuales Ana Mendieta y Félix González Torres, los escritores Reinaldo Arenas, José Martí, la cantante Celia Cruz y el comisario Juan Delgado Calzadilla.
P. ¿Tiene también que ver con la emigración?
R. En una ocasión le dije a alguien “no quiero que me llames más emigrante”. No lo soy. Soy una identidad más, una entidad más de la única casa que tenemos en este momento que es el planeta tierra y lo único que nos separa a unos de otros son pedazos de agua. Una de las cosas que más me interesan como pensadora es averiguar en qué se distingue esta época de la anterior y es el discurso de la división. Y, sin embargo, tenemos que estar unidos para salvar el planeta, para entender la humanidad. ¿Qué es lo que me hace diferente? Cuanto más viajo, más similitudes encuentro. Quizá comemos una harina en Guatemala y una vaina distinta en otro sitio, pero comemos. Y respiramos el mismo aire. Y nacemos con una respiración y nos morimos cuando no podemos respirar más. ¿A quién conoces que haga algo distinto? El proyecto de enemistarnos es una forma de controlar a unos por el beneficio de otros. Si dejas a tres personas que no hablan la misma lengua se van a entender por gestos, se van a ayudar cuando estén desesperados… Hablan el idioma del cuerpo, del alma, del ser humano. Sé que es una manera de pensar peligrosa para los que quieren que pensemos de otra forma.
P. ¿Qué quiere que la gente se lleve de esta performance?
R. El deseo de repetirla. De crear muchas procesiones de ángeles por un amor radical. Da igual que solo haya dos personas caminando, lo importante es saber que caminamos con la energía y potencialidad de lo que vamos a encontrar y de lo que ya llevamos.
P. Y para usted, ¿qué es el amor radical?
R. Eso es lo que quiero que la gente se lleve de la performance, una conversación donde se hagan esa pregunta. ¿Qué es el amor radical? Que en las rutinas diarias como caminar tenemos posibilidad de encuentro de intercambios de energía. Para mí es la idea de amar al otro y entenderlo, y cómo hacer espacio para que eso ocurra.
María Magdalena Campos-Pons: Procession of Angels for Radical Love and Unity. Sábado 7 de septiembre a las 9am en Harlem Art Park (East 120th Street and Sylvan Place between Second and Third Avenues). Registrarse aquí.
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