Turistas criminales, un reloj de un millón de dólares y una pistola con historia, el nuevo misterio en manos de la policía de Los Ángeles

La policía de Beverly Hills tiene un nuevo misterio en sus manos. Las autoridades intentan determinar cómo es que una pistola a nombre de Christopher Dorner, el expolicía que mató a cuatro personas en 2013 en una misión homicida de revancha, terminó en manos de dos sudamericanos que robaron un lujoso reloj el 7 de agosto. Los asaltantes han sido acusados de arrebatar a punta de pistola un Patek Philippe valuado en un millón de dólares en el patio del hotel Beverly Wilshire. Cuando la policía registró la casa que los ladrones rentaban, se toparon con el arma de Dorner, quien lleva once años muerto.

“Estamos muy sorprendidos de haber encontrado esa arma. Seguimos investigando cómo es que estos acusados llegaron a tenerla entres sus posesiones”, aseguró el martes en una rueda de prensa Jena MacCabe, integrante del equipo de fiscales federales que lleva la acusación. MacCabe no confirmó si la pistola de Dorner fue utilizada en el despojo del millonario reloj del hombre que cenaba junto a su esposa y sus dos gemelas, de cinco años. Esta era la única pistola hallada por la policía en el registro de la casa que los ladrones habían rentado a través de la plataforma Airbnb.

Los detenidos son Jamer Mauricio Sepúlveda Salazar, de 21 años y originario de Colombia, y Jesús Eduardo Padrón Rojas, venezolano de 19 años. Sepúlveda ha admitido ante las autoridades de que llevaban dos semanas vigilando la exclusiva zona de Los Ángeles en busca de alguna víctima. La pareja también es sospechosa de haber robado un Rolex de 30.000 dólares en un suceso ocurrido dos días antes del asalto del Patek Philippe.

La policía halló la pistola, una Glock 21 calibre .45, debajo de la almohada de Padrón en la casa que ambos habían rentado cerca del centro de Los Ángeles. El registro a la residencia se hizo el 10 de agosto. Cuando la policía introdujo la información del arma en su base de datos, esta devolvió que había sido registrada a nombre de Dorner, un expolicía que juró venganza contra una serie de compañeros tras haber sido despedido de la fuerza en 2008 por mal comportamiento.

El crimen de Padrón y Sepúlveda quedó registrado en las cámaras de seguridad de los negocios alrededor del Beverly Wilshire. Después de quitar el reloj a la víctima, la pareja de asaltantes huyó en un Toyota Corolla que era conducido por el colombiano. Este momento también ha sido capturado en video. De acuerdo a la fiscal MacCabe, el plan de ambos era huir a la frontera de California y Arizona, y de ahí seguir rumbo a Miami, donde un cómplice les ayudaría a vender la joyería robada.

Padrón y Sepúlveda abandonaron el Airbnb que rentaban la noche del 9 de agosto y se pusieron en dirección al este. Sin embargo, fueron interceptados en la ciudad de Blythe, la última ciudad entre los Estados mencionados. Con ellos iba también una mujer que no ha sido identificada por las autoridades. Los tres iban a bordo de una camioneta Chevrolet Equinox, un vehículo vinculado al robo del Rolex, ocurrido el 5 de agosto en Beverly Hills.

Los fiscales no han dado información sobre el estatus migratorio de ambos. No han detallado cuánto tiempo llevaban los ladrones en Estados Unidos. Las autoridades, no obstante, han hablado de un grupo de “turistas criminales”. “No aceptaremos que crímenes violentos sean perpetrados por grupos organizados que explotan las libertades de nuestro país”, aseguró el fiscal Martin Estrada. Sepúlveda Salazar está acusado de dos cargos federales, uno de ellos posesión de un arma de fuego, mientras que Padrón Rojas enfrenta un cargo por ayudar en el robo. Ambos comparecerán en septiembre ante tribunales federales del centro de Los Ángeles.

Los procesos judiciales de los presuntos criminales pueden dar pistas de cómo llegó a sus manos la Glock 21 de Dorner. Este giro ha sido inesperado para muchos en California. Les ha hecho recordar la salvaje misión que el expolicía de Los Ángeles se propuso. El antiguo agente mató en febrero de 2013 a cuatro personas, dos policías en activo, la hija de un capitán de la fuerza y su prometido, e hirió a otras tres personas. Dorner, de 33 años, había escrito un manifiesto en el que juró vengarse de al menos 40 agentes.

Los asesinatos pusieron en marcha una gigantesca cacería para dar con él en California y Nevada. Esta acabó después de diez días dieron con él. Una legión de uniformados lo acorraló en una cabaña en Big Bear, un popular paraje boscoso y estación de esquí californiana. Hubo un tiroteo tras el cual, horas después, fue hallado calcinado el cuerpo de Dorner dentro del edificio de madera.