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Bruselas exigirá explicaciones a las televisiones europeas por vetar la bandera comunitaria en Eurovisión

“Lo que pasó no tiene precedentes, el personal de seguridad sacando la bandera europea de los bolsos y tirándolas a la basura”, ha lamentado el vicepresidente de la Comisión Margaritis Schinas

Festival de Eurovisión 2024
Una persona sujeta la bandera de Israel en la final de Eurovisión celebrada en Malmö (Suecia) el sábado 11.Leonhard Foeger (REUTERS)
Manuel V. Gómez

En Bruselas ha sentado muy mal que los organizadores de Eurovisión vetaran el sábado la entrada al recinto del concurso con la bandera de la UE, que es a su vez la del Consejo de Europa. “Lo que pasó no tiene precedentes, la idea del personal de seguridad sacando las banderas europeas de los bolsos y tirándolas a la basura en lo que se supone que es el gran momento europeo, de la diversidad...”, ha lamentado este lunes el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, quien ha advertido que va a reclamar explicaciones a los organizadores del concurso, la Unión Europea de Radiodifusión, y también a las televisiones públicas que la integran. Las muestras de enfado eran incluso más grandes en el cuartel general del Ejecutivo europeo, donde su portavoz principal, Eric Mamer, ha hablado de “algo completamente lamentable”, en su primera intervención pública tras el evento, en el que venció Suiza.

La exigencia de explicaciones de Schinas tiene plazo: el 23 de mayo se organiza el debate oficial entre los candidatos a presidir la Comisión Europea antes de las elecciones que se celebran en la UE entre los próximos 6 y 9 de junio. “Conviene que [las explicaciones] se den antes del debate. Si no se dan antes, esta ausencia formará parte del debate”, ha advertido el político griego.

En una carta enviada por Schinas a la presidenta de la Unión Europea de Radiodifusión, Delphine Ernotte, y al supervisor ejecutivo del Festival de Eurovisión, Martin Österdahl, muestra su sorpresa por la prohibición de la bandera europea en la final del certamen. “Tales acciones han emsombrecido lo que debería ser un momento feliz para que los pueblos de toda Europa y el mundo celebren juntos. A menos de un mes de las elecciones europeas y en momentos de turbulencias geopolíticas, con la Unión Europea siendo objetivo de actores maliciosos y autoritarios, la decisión de la UER contribuyó al descrédito de un símbolo que une a todos los europeos”, reza el texto, que incide en el agravio comparativo con lo que ocurrirá en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde el Comité Olímpico Internacional sí permitirá las banderas europeas en todos los actos y ceremonias de entregas de premios. “La incoherencia de la postura de la UER me ha dejado a mí y a muchos millones de espectadores preguntándonos qué y a quién representa el Festival de Eurovisión. Les pido que expliquen las razones detrás de esta decisión y pedir las responsabilidades debidas. Por mi parte, esperaría que los valores de la paz, la tolerancia y la inclusividad fueran objeto de mayor deferencia en el futuro”, concluye la carta.

El vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, en una imagen de abril tomada en Málaga.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, en una imagen de abril tomada en Málaga.Álex Zea (Europa Press)

Ha dolido especialmente en Bruselas que la organización prohibiera la bandera de las instituciones europeas —tanto de las que forman parte de la estructura de la UE como las del Consejo de Europa— en Eurovisión, un acontecimiento que siguen decenas de millones de ciudadanos europeos cada año. “¿Cómo se puede privar a los acontecimientos europeos de un acontecimiento así?”, se ha preguntado Schinas, añadiendo que la bandera “simboliza una cierta idea de Europa” y que no está dispuesto a dejar pasar el trato que se le ha dado a este símbolo, nacido en 1955 como un signo de unidad apenas una década después de la Segunda Guerra Mundial.

El argumento que han dado hasta ahora los organizadores de Eurovisión es que solo se permitía la entrada de banderas de los países participantes en el concurso y dos tipos de banderas de la comunidad LGTB. Con esta medida, en consecuencia, se evitaba la entrada de la enseña palestina, como signo de protesta ante la dramática situación en Gaza tras meses de invasión por parte del ejército israelí y con la amenaza de la entrada en Rafah. Sin embargo, esa decisión ha tenido el efecto indirecto de dejar fuera la conocida bandera de color azul con un círculo formado por 12 estrellas amarillas.

Desde Bruselas también se sospecha que existió la intención de no soliviantar a la televisión pública de Georgia, uno los participantes. En el país caucásico han tenido lugar muchas protestas en las últimas semanas contra una ley sobre injerencias extranjeras, y el símbolo que más utilizaban los manifestantes para simbolizar su protesta era la enseña de la UE. No obstante, el vicepresidente Schinas no ha querido especular públicamente sobre los motivos que han causado la decisión: “No quiero pensar de forma conspiratoria. Antes quiero tener la información”.

En todo caso, en Bruselas la explicación de la tensa situación geopolítica —sea en Oriente Próximo o en el Cáucaso— no convence. El portavoz Mamer ha venido a decir que los organizadores de Eurovisión se dedican a montar un concurso musical y no es a ellos a los que les correspondería “hacer un análisis sobre la situación geopolítica”. Añadiendo, además, que la bandera de la Unión, integrada por 27 Estados europeos, ”y del Consejo de Europa”, idea en la que ha incidido en varias ocasiones —añadiendo que esta institución está integrada por 46 estados, entre ellos los de la UE—, representa a sus integrantes y que, por tanto, no tenía sentido dejarla fuera.


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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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