El Gobierno se dispone a aceptar que Madrid pase a la fase 1 el próximo lunes

El ministerio aún no ha decidido si la comunidad se mantendrá durante una semana en el primer escalón de la desescalada, como pide Isabel Díaz Ayuso, o si tendrá que seguir ahí 15 días

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón.pool (Moncloa)

Madrid quiso avanzar en la desescalada el 7 de mayo sin cumplir los requisitos. Volvió a intentarlo una semana después, pero seguía sin alcanzar las exigencias para el avance. Siete días más tarde, el Gobierno ya se dispone a aceptar el paso a la fase 1 el próximo lunes. Todavía no se ha decidido si estará en esa fase solo u...

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Madrid quiso avanzar en la desescalada el 7 de mayo sin cumplir los requisitos. Volvió a intentarlo una semana después, pero seguía sin alcanzar las exigencias para el avance. Siete días más tarde, el Gobierno ya se dispone a aceptar el paso a la fase 1 el próximo lunes. Todavía no se ha decidido si estará en esa fase solo una semana, como pide la presidenta Isabel Díaz Ayuso, o tendrá que mantenerse ahí dos semanas completas, según fuentes gubernamentales. Todo dependerá de la evolución de las cifras.

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La región, una de las más azotadas por la pandemia, es aún uno de los territorios que más casos reporta a diario y la que acumula más fallecimientos, como también la que tiene más curados. Este jueves registra 67.049 positivos y 41.138 pacientes ya han sido dados de alta; en las plantas siguen ingresadas 1.464 personas, de las que 277 están en UCI. 19 personas han fallecido en los hospitales en las últimas 24 horas y ya son 8.931 los muertos desde el comienzo de la crisis; 14.246 según los datos de las autoridades sanitarias, que suman hospitales, domicilios, centros sociosanitarios —en los que las residencias de mayores han supuesto uno de los focos más graves de la pandemia y donde ya han fallecido 5.929 personas por coronavirus o con síntomas compatibles, según los últimos datos de la Comunidad, de este miércoles— y “otros lugares”, que la Consejería de Sanidad nunca ha especificado cuáles son.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la Comisión de Sanidad del Congreso celebrada este jueves. En vídeo, declaraciones de Illa sobre el posible cambio de fase de la Comunidad de Madrid.Vídeo: EFE | ATLAS

Esos datos, junto a otros criterios como la capacidad limitada de hacer suficientes pruebas PCR para mantener la vigilancia del virus o el poco desarrollo de su plan de detección precoz y seguimiento de los casos, fueron los motivos por los que hasta en dos ocasiones el ministerio denegara la desescalada.

Las PCR

Entre el 8 y el 14 de mayo, la región hizo 63.915 PCR (403.633 acumuladas); una cifra que la pasada semana el Gobierno aseguró que debía aumentar. "La realización de PCR en el momento actual está al límite de su capacidad”, decía el informe que el ministerio envió el pasado sábado a la Comunidad tras la insistencia del Gobierno regional en la falta de “criterios técnicos” para impedirle el cambio de fase.

Con la información de entonces, la del jueves de la pasada semana, se estaban "realizando 9.918 PCR/día, en torno al 90% de su capacidad máxima (10.977 PCR/día), por lo que convendría programar una ampliación de esta capacidad, ya que podría resultar insuficiente en caso de brote, especialmente bajo la estrategia de diagnóstico exhaustivo de casos sospechosos en atención primaria”, dijo el ministerio, sentando uno de esos baremos que la Comunidad demandaba.

La Consejería de Sanidad de Madrid cifra en 1.300 las PCR de media que se realizan actualmente en los centros de salud

Este jueves, aseguran desde la Consejería, esa capacidad ha aumentado: “Solo en el ámbito de la primaria se están haciendo entre 4 y 5 por centro de salud al día, 1.300 de media al día entre los 306 dispositivos que están abiertos”.

Durante dos semanas, la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, han repetido que el Gobierno no tenía “criterios técnicos” para mantener a Madrid en fase 0. El día de la primera petición de avance, el 7 de mayo, dimitió Yolanda Fuentes, la directora general de Salud Pública, por no querer avalar la decisión de hacer esa solicitud. En aquel momento, la Comunidad ni siquiera contaba con un protocolo de detección y seguimiento de casos para atención primaria.

El protocolo de atención primaria

Ese plan para los centros de salud llegó tres días después, el 11 de mayo. Para cuando hubo una segunda petición, el Gobierno consideró que no estaba lo suficientemente rodado: "Es necesario que su sistema se consolide en los próximos días para mayor seguridad y que se pueda visualizar su completa capacidad de detección, diagnóstico, aislamiento y seguimiento de casos confirmados y sus contactos”.

Esa segunda negativa avivó la batalla política, y unilateral por parte del Ejecutivo regional, que ha llegado en los últimos dos días ante el Supremo y a registrar este mismo jueves un recurso contencioso administrativo que promoviese su acceso a fase 1 de forma cautelar.

La insistencia del Gobierno de Díaz Ayuso desde el primer día en que el sistema sanitario estaba preparado para avanzar se ha encontrado con la de los profesionales de la sanidad madrileña, los sindicatos y las organizaciones de sanitarios, incluido el Colegio de Médicos de Madrid, que han venido denunciando las últimas dos semanas lo contrario, la preparación escasa que tenía tanto primaria como Salud Pública para hacer frente al riesgo de un posible rebrote si se producía el cambio de fase.

El refuerzo en atención primaria y salud pública

El refuerzo de esas dos áreas, los dos puntales de la detección precoz y el seguimiento de los casos, no se ha producido, según el relato de decenas de profesionales del Sermas y de Salud Pública (SP). Los de cuarto, tercer y segundo año de Medicina Preventiva no se han incorporado aún ni la plantilla ha aumentado, según su propio testimonio. Y son ellos los que, hasta ahora, están realizando la tarea de rastreo, como se ha venido denominando a quienes se encargan de hacer el seguimiento de los casos y sus contactos estrechos. “Algo que ya hace Sanidad Pública con todas las enfermedades que lo requieren, no solo con esta”, dice una de esas trabajadoras. Y explica que ahora mismo,ese departamento está dividido en 11 áreas, “con uno o dos epidemiólogos por cada una, pero nada más”.

La consejería arguye que “la categoría profesional de rastreador como tal no existe. Nuestro protocolo de seguimiento es con 600 personas en primaria y 172 en Salud Publica con distintos perfiles”. En total, dicen, el procedimiento contempla 772 profesionales y los 172 de Sanidas Pública se “podrán ampliar hasta los 400 más adelante para reforzar”.

En un documento escrito este jueves por profesionales de ese área de la Comunidad aseguran que no han tenido ni un trabajador más: “A día de hoy, no se ha incorporado ni se ha firmado contrato ninguna de las 16 personas recién egresadas de la especialidad de Medicina Preventiva y Salud Pública. Tampoco se han incorporado las 14 residentes de segundo y tercer año, con las que se afirmaba contar en el informe enviado al Ministerio de Sanidad el pasado 13 de mayo”.

También reflejan cierta sorpresa ante el mensaje que ha estado difundiendo la Consejería: “No podemos más que volver a asombrarnos ante la afirmación de que se ha venido consolidando un refuerzo de los servicios de Salud Pública en los últimos meses con equipos multidisciplinares. Nada más lejos de la realidad. Nuestros compañeros y compañeras acumulan el cansancio de miles de horas extras no reconocidas, ni tampoco remuneradas o recuperadas a sus espaldas”.

Y aluden a ciertas “limitaciones” en la puesta en marcha de plan de detección: “Están suponiendo un retraso diagnóstico que debemos asegurar que sea el menor posible”. Ese retraso ocurre también en atención primaria, donde apenas se han firmado “un puñado de contratos” dispersos por algunos centros. Los residentes de último año de esta especialidad tampoco saben qué ocurrirá con ellos cuando acaben la semana que viene. “Promesa de que nos vamos a quedar hay, pero ningún papel sobre la mesa”, asegura Cristina Sanz, una de esas médicas.

“Los refuerzos de primaria salen de los 10.000 contratos de refuerzo que ya están en vigor y que se van a prorrogar. Se trata de una reorganización de recursos de profesionales que ya están contratados”, explican fuentes de la consejería, aludiendo a la extensión hasta el 31 de diciembre de los contratos del personal de refuerzo que se reclutó para la crisis. Un compromiso que la Comunidad adquirió públicamente y en reunión con los sindicatos hace más de una semana, pero que aún no se ha hecho efectivo, según los propios sindicatos y profesionales de todas las áreas.

Este primer escalón de la sanidad, el más olvidado en los presupuestos de la Comunidad desde hace años, aún tiene cerradas los servicios de urgencias de noche y fines de semana y todavía no se han reabierto la mayoría de consultorios y algunos centros que se cerraron para derivar profesionales al hospital de campaña del Ifema, el centro de emergencias en el recinto ferial que se montó en pocos días cuando comenzó lo peor de la pandemia, en la segunda quincena de marzo.

El tsunami de los hospitales

Madrid del 25 de febrero al 2 de abril sufrió un tsunami provocado por el virus que arrasó la organización de los hospitales. Quienes trabajan en estos centros fueron capaces en pocos días de mover por completo su estructura para hacer frente a la crisis. El 31 de marzo las camas de agudos llegaron a tener 15.227 pacientes hospitalizados. Dos días después, el 2 de abril, se llegó al pico en las unidades de críticos, las que han soportado la cara más cruda de la covid-19, con 1.528 pacientes intubados.

Las camas de las plantas y las plazas de las UCI se multiplicaron y se expandieron hasta donde pudieron: hubo hospitales que llegaron a sextuplicar su capacidad inicial de críticos. Ahora, todavía, médicos y enfermeras recuerdan que el virus sigue allí, que no se ha recuperado la actividad previa a la pandemia y que aún están replanificando para poder hacerlo. También sin ningún papel que avale que los más de 10.000 profesionales de refuerzo se quedarán.

Pilar Grande, enfermera de una unidad de recuperación tras la anestesia en el Hospital Gregorio Marañón, cuenta que ahora mismo los contratos de quienes llegaron como refuerzo para la pandemia siguen con el 31 de mayo como fecha de finalización: “Ni física ni emocionalmente estaríamos preparados ahora mismo para un rebrote o una nueva oleada de casos”.

Como a muchos otros profesionales de los hospitales, a Grande la posibilidad de que el desconfinamiento provoque una nueva oleada le da “miedo”: “Tampoco tendríamos todo el material que sería necesario ni deseable o la infraestructura, como boxes individuales para los críticos en vez de unidades abiertas". También como muchos otros sanitarios, Grande pide “prudencia” y “responsabilidad, individual y colectiva": “Volver de nuevo a lo que acabamos de dejar atrás, a ese silencio en los pasillos, a esa soledad de los pacientes que no pueden estar acompañados de sus familias... Sería tener la sensación de que hemos perdido”.


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