Una ‘ventana al exterior’ permite a las personas interactuar mientras duermen
En casi todas las etapas del sueño es posible captar información y seguir instrucciones simples
El sueño generalmente se percibe como un período durante el cual el cuerpo y la mente están en reposo, como si estuvieran desconectados del mundo. Sin embargo, una reciente investigación muestra que las personas pueden captar información, responder con sonrisas y gestos a estímulos verbales e interactuar durante casi todas las etapas del sueño. Los investigadores han descrito a estos ciclos de intercambio como ventanas al exterior. El estudio se ha publicado en la revista Nature.
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El sueño generalmente se percibe como un período durante el cual el cuerpo y la mente están en reposo, como si estuvieran desconectados del mundo. Sin embargo, una reciente investigación muestra que las personas pueden captar información, responder con sonrisas y gestos a estímulos verbales e interactuar durante casi todas las etapas del sueño. Los investigadores han descrito a estos ciclos de intercambio como ventanas al exterior. El estudio se ha publicado en la revista Nature.
Aunque parezca familiar porque se practica todas las noches, el sueño es un fenómeno muy complejo. Su definición indica que la conciencia del entorno se detiene y no es posible reaccionar ante el mundo exterior, pero la frontera entre la vigilia y el sueño es más porosa de lo que parece. Para demostrarlo, los autores del estudio pidieron a 49 personas, 27 con narcolepsia -que duermen de forma repentina- y 22 sin un trastorno del sueño, que tomaran una siesta. Mientras dormían fueron monitoreados con un equipo de polisomnografía que rastrea la actividad cerebral y cardíaca, junto con el movimiento de los músculos y los ojos. Les pidieron reaccionar con una sonrisa o frunciendo el ceño si eran capaces de escuchar durante el sueño. Algunas de las palabras que les dijeron tenían sentido y otras no. Tanto el grupo de narcolépticos como el de los sujetos sanos siguieron la instrucción. En algunos casos sonrieron con las palabras inventadas e hicieron gestos de confusión con las reales y viceversa.
Delphine Oudiette, investigadora de Neurociencia Cognitiva y coautora del estudio, reconoce estar sorprendida con los resultados: “Se supone que no puedes hacer eso mientras duermes”. Esta capacidad se produce de forma intermitente, con un patrón de actividad cerebral que predecía si a un estímulo le seguirá una respuesta o no, “como si una ventana a veces estuviera abierta para percibir el mundo exterior y otras, cerrada”. El neurocientífico Lionel Naccache, que también participó en el estudio, ha dicho a Nature que la investigación demuestra que la vigilia y el sueño no son estados estables: “Al contrario, se puede describir como un mosaico de momentos conscientes y aparentemente inconscientes”.
Oudiette comenzó a explorar las ventanas al exterior luego de un experimento que realizó junto a su equipo en el que pudieron comunicarse con personas conscientes de que están soñando mientras duermen, también conocidos como soñadores lúcidos. Les hicieron preguntas y obtuvieron respuestas a través de movimientos oculares y de los músculos faciales. En su investigación más reciente incluyeron a personas con narcolepsia, pues suelen ser soñadores lúcidos. Esperaban interactuar con ellos, lo sorprendente fue la respuesta de las personas que no padecen este trastorno o que no son soñadores lúcidos habituales.
El neuropsicólogo experto en medicina del sueño Francisco Segarra describe la investigación como “un estudio muy bien diseñado y controlado” por la forma de medir las reacciones de los sujetos. Destaca que no estaba claro si es posible procesar información durante el sueño no superficial. Tanto en la fase uno, que es el sueño que conocemos como vigilia, como en la fase dos, las personas estudiadas reaccionaron con sonrisas y gestos.
Los hallazgos sugieren que es posible desarrollar protocolos de comunicación con personas que duermen para comprender mejor cómo cambia la actividad mental durante el sueño. De esta forma, podrían comenzar a identificar las partes del cerebro que están activas durante el descanso y cómo se relacionan con la conciencia. Oudiette explica que una posible aplicación del descubrimiento es acceder a los procesos cognitivos del sueño, tanto normales como patológicos, y destaca los casos de insomnio y sonambulismo.
Las personas que dijeron no poder dormir registraron un sueño normal durante el estudio. La investigadora del Instituto del Cerebro de París, considera que la discrepancia entre el sueño subjetivo y objetivo de las personas con insomnio podría explicarse “por una mayor conexión con el mundo exterior”. Al sonambulismo lo ha descrito como una versión exacerbada de esas ventanas. Su hipótesis es coherente, señala, por el hecho de que los sonidos suelen desencadenar episodios de sonambulismo.
Los expertos en sueño han intentado descubrir si es posible reforzar algunos tipos de aprendizaje durante el descanso. Aunque no es el objetivo del estudio de Oudiette, considera que se puede probar si enviar información útil a los durmientes durante los breves períodos de conexión con el mundo exterior les ayuda a recordarla mejor. Otros estudios han demostrado que se pueden aprender nuevas asociaciones en la fase uno del sueño, e incluso pueden influir en el comportamiento, por ejemplo, reduciendo el consumo de tabaco a través de estímulos sensoriales que se procesan de manera inconsciente durante del descanso.
Segarra coincide en que el descubrimiento puede aportar pistas y representa “un pasito más” para ampliar el entendimiento del sueño, pues se trata de un tema “muy desconocido”.
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