El PP cierra con Ciudadanos el pacto que le dará la presidencia andaluza
Juan Manuel Moreno presidirá la Junta y Marta Bosquet de Ciudadanos el Parlamento, con el apoyo de Vox
Ciudadanos ha cerrado este miércoles con el PP su apoyo para presidir el Parlamento de Andalucía. El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha confirmado este jueves que Marta Bosquet, líder de las negociaciones, será la candidata para el puesto. Esta opción deja vía libre al líder regional de los populares, Juan Manuel Moreno, para presentarse como candidato a la investidura y desbancar al PSOE de la Junta por primera vez en 36 años. Una vez apalabrado el acuerdo queda por decidir la composición del resto de la Mesa, en la que Vox tendrá presencia activa, y la del Ejecutivo. El partido de Albert Rivera quería evitar a toda costa vincular de manera directa la presidencia de la Cámara andaluza con los votos de Vox (una premisa imprescindible para el acuerdo) y buscó sin éxito sumar a Adelante Andalucía.
Para el órgano de control de la Cámara, Ciudadanos planteaba que las vicepresidencias fueran para el PP, PSOE y Adelante Andalucía, con un puesto cedido por la formación naranja, y las secretarías para PSOE, PP y Vox, a quien los populares dejarán su silla. El partido de extrema derecha está de acuerdo con el reparto que propuso este miércoles el dirigente territorial de Ciudadanos, Juan Marín, pero la coalición de izquierdas decidió a última hora de la noche del miércoles desvincularse de la oferta y los naranjas anunciaron que, ante esa nueva coyuntura, ellos mantendrían su sillón. El PSOE ha optado deliberadamente por mantenerse al margen, toda vez que la extrema derecha no ha sido aislada, señalan. Si las votaciones salen conforme lo previsto el reparto final de la Mesa, teniendo en cuenta que únicamente se vota a nombres de candidatos -no se vota sí o no-, quedaría la presidencia para Ciudadanos con el respaldo de ese partido, más los del PP y Vox (59 en total). Las vicepresidencias: primera para el PP, con los votos de esa formación y Vox (26+12); segunda para PSOE, con el apoyo de sus 33 representantes; y tercera para Ciudadanos, con el respaldo de sus 21 parlamentarios. Secretarías: primera para el PSOE (con sus 33 diputados); segunda para el PP, y tercera para Vox, con sus votos.
“Es más que previsible que yo sea el próximo presidente de la Junta”, reconoció el propio Moreno, minutos después de que Marín asegurara que ese puesto “no será un obstáculo para el cambio de Gobierno” en la comunidad. Las negociaciones sobre la composición del Ejecutivo no han comenzado oficialmente. Pero, en realidad, se encuentran muy avanzadas, según fuentes de ambas formaciones. El presidente de los populares andaluces cuenta con ser investido en torno al 16 de enero y quiere que el esbozo del Gabinete esté cerrado “cinco días antes de la investidura”.
En el PP tienen prisa por gobernar cuanto antes. Las dificultades de Ciudadanos para justificar el encaje de Vox, el tercer socio necesario para materializar ese acuerdo, ha ralentizado el ritmo de la negociación. El reto de entrar por primera vez en un Ejecutivo autonómico de las dimensiones y aparente opacidad como la Junta de Andalucía también obliga a los de Albert Rivera a mantener la calma y no precipitarse a la hora de asentar los términos del reparto de consejerías, calibrar su peso en el futuro Gabinete y asignar los nombres con la experiencia adecuada para asumir las riendas de esa Administración regional, teniendo en cuenta que el partido carece de la estructura en la comunidad con la que cuenta el PSOE o incluso el PP.
Ciudadanos no quiso adelantar quién será su candidato para presidir la Cámara andaluza hasta no conocer si Adelante Andalucía aceptaba su propuesta de conformación de la Mesa. Los de Rivera quieren evitar cualquier maniobra del PSOE que posibilite la anulación de la distribución de la Mesa por falta de paridad entre sus representantes.
La presidencia del Parlamento es clave para la convocatoria del pleno de investidura y la selección del candidato a la misma. Si, como ya ha asegurado la dirigente socialista, Susana Díaz presenta su candidatura a dirigir la Junta, el presidente es quien debe designar a quien cuente con más apoyos, que, a priori, sería Moreno.
La renuncia de Adelante Andalucía
Todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria protagonizaron este miércoles una jornada intensa en el Parlamento andaluz, con reuniones y encuentros cruzados para buscar un acuerdo sobre la composición de la Mesa que satisficiera a todos. El PP ha garantizado a Vox un lugar con voz y voto, pero Ciudadanos trató de desvirtuar el sostén forzoso que supone tener que depender de ese partido para ostentar la presidencia del Parlamento y para ello buscó atraer al acuerdo a Adelante Andalucía, cediéndole uno de sus puestos en la Mesa a cambio de su abstención.
Pero al filo de las nueve de la noche la coalición de izquierdas anunció con un comunicado que no participará en “ningún pacto” y que este jueves votará a sus propias candidaturas para estar “frente a las derechas y la extrema derecha” en las votaciones a la Mesa del Parlamento andaluz. “Nuestra coherencia está por encima de cualquier otra consideración”, justifican en el texto, en el que piden a Ciudadanos que no pretenda limpiarse su “vergüenza de pacto con la extrema derecha a costa de Adelante Andalucía”. La coalición era muy reacia a que el puesto que iba a obtener en la Mesa se lo debiese “a un favor” de Ciudadanos. Al no aceptar ese peaje, la coalición queda sin voz en el órgano del Gobierno de la Cámara y se ve abocada a una vocalía simbólica. Aceptar la oferta del partido de Rivera hubiese significado que consentía una operación política que hubiera colocado a Vox con un peso relevante en la Mesa, donde su voto habría sido decisivo para decantar la mayoría.Tras su renuncia, los votos de la extrema derecha serán esenciales para amarrar la presidencia para Ciudadanos y la vicepresidencia primera para el PP; en el resto de decisiones, los representantes populares y naranjas sumarían siempre más que el PSOE.
En el PSOE se limitan a defender que haber ganado las elecciones con una diferencia de siete puntos respecto del PP les legitima para aspirar a la presidencia de la Junta, del Parlamento y mantener sus puestos en la Mesa de la Cámara.
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