Raquel, tres matrimonios por amor a la yihad
Una madrileña y sus tres hijos llevan 17 años desaparecidos bajo el cobijo de Al Qaeda
Es difícil seguir la pista a Raquel Burgos García, una madrileña de 43 años convertida al islam y casada con un terrorista marroquí que alcanzó la cúpula de Al Qaeda. Desde hace 17 años nadie sabe dónde está, pero los servicios de inteligencia del planeta especulan con su paradero y la mantienen en su radar. Raquel, llamada también Hanane, hace honor a su nombre (nube en árabe) y aparece y desaparece en los países donde arrecia la tormenta de la yihad. Su testimonio daría muchas claves sobre la historia reciente de la organización terrorista.
Un informe confidencial de la Policía española al que ha tenido acceso EL PAÍS revela su presencia en Yemen y aporta algunos datos desconocidos sobre su vida. Se ha casado tres veces con tres dirigentes de Al Qaeda. Sus dos primeros maridos han muerto combatiendo. Y ha conducido a sus tres hijos al infierno del terrorismo yihadista donde ella parece desenvolverse como pez en el agua desde que decidió romper con su familia. Su hija Khadijal, de 20 años, nacida en un piso de 70 metros frente a la madrileña plaza de toros de Las Ventas, lleva su mismo camino: tres matrimonios con líderes yihadistas y dos maridos muertos. Supuestamente, toda la familia ha viajado a Siria a unirse al califato y ha sido incluida en las bases de datos antiterroristas.
Según el documento, fechado el pasado mes de marzo, los agentes sitúan a Raquel en Yemen, uno de los últimos bastiones de Al Qaeda Central y de su nuevo líder, Ayman al Zawahiri, aunque no precisa en qué localidad. Y a sus tres hijos -Khadijal, Abdullah, de 19 años, y Abdulraharam, de 17- en Siria bajo el cobijo de “la estructura de Al Qaeda”, la organización terrorista en la que militó su padre hasta morir en 2005 en un ataque de un drone (avión no tripulado) en Waziristán Norte junto a la frontera afgana. “Raquel abandona Pakistán y va a Irán. A principios de 2017 sale a Siria. Ahora puede estar en Yemen…Su actual marido es un dirigente de Al Qaeda de origen saudí”, dice el informe secreto.
Con un organizador del 11-S
El último rastro fiable de Hanane apareció en 2009 bajo los escombros de una vivienda asaltada por el Ejército pakistaní en Sherwangai, una población en la región tribal y montañosa de Waziristán del Sur, durante años el refugio más seguro de los talibanes. El pasaporte de Raquel Burgos se encontró junto al de Said Bahaji, uno de los miembros del comando que organizó el 11-S, un salafista alemán de padre marroquí que compartió apartamento en Hamburgo (Alemania) con Mohamed Atta, el jefe del comando suicida, y que finalmente no participó en el secuestro de los cuatro aviones porque no logró visado para entrar en EE. UU. Entonces, el portavoz del Ejército pakistaní Athar Abbas, exhibió el documento de Raquel como un trofeo: “No sabemos cuándo llegó, ni cuánto tiempo estuvo en Pakistán”.
Nueve años después, los servicios de inteligencia y la Policía española han logrado nuevas pistas de esta mujer anónima que en su juventud atendía tras la barra de la marisquería El Junqueral, propiedad de sus padres, en la calle Alcalá, en Madrid. Entonces, Raquel era una estudiante de Ciencias de la Información y Filología Hispánica en la Universidad Complutense que lo dejó todo, se convirtió al islam, se embutió en un niqab negro y se casó con Amer El Azizzi, un traductor marroquí que dominaba el español y trabajaba para la Casa del Libro Árabe. Sus padres aceptaron la relación de su única hija, les cedieron un piso en el número 24 de la calle Buen Gobernador, en el barrio de Ventas, y les entregaron 300 euros cada mes porque, según aseguran los vecinos, él no trabajaba.
Entre 1998 y 2001, la pareja tuvo tres hijos, una niña llamada Khadijal, y dos chicos a los que llamaron Abdullah y Abdulraharam. Los escasos agentes de la Policía que entonces investigaban el terrorismo islamista los grababan desde 1995 en vídeo paseando por su barrio. Ella, con guantes hasta el codo y su inseparable niqab. Él, barbudo y con túnica hasta el tobillo en señal de pureza. A ojos de los vecinos ella parecía una mujer dominada que nunca se quejó de nada.
Azizi se había formado en los campos de entrenamiento de Osama bin Laden en Afganistán. Era un emir a los ojos y oídos de los que le escuchaban en el bar Alhambra de Lavapiés, un pescador de muyahidines a los que enviaba a combatir a Bosnia y Chechenia. Tuvo la habilidad de huir antes de la primera gran redada en España contra el terrorismo yihadista, semanas después del 11-S, la operación contra la célula de Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, a la que pertenecía. Tras él desapareció Raquel con los tres niños que entonces tenían entre uno y cuatro años de edad. Viajaron a Marruecos, donde residía la familia de él, y posteriormente todos se reunieron en Pakistán.
En la cúpula de Al Qaeda
El primer marido de Raquel escaló hasta la cúpula de Al Qaeda Central donde llegó a ser responsable de Operaciones en el Exterior hasta su muerte en 2005 en un ataque en el que resultó herida Hanane. “El agregado de Interior en la embajada española en Islamabad se entrevistó con (…) y este le manifestó que Raquel está con vida recuperándose de las heridas de un Predator (avión no tripulado) en un hospital de Waziristán Norte”, señala una ficha reservada que manejó entonces la Comisaría General de Información de la Policía. Según esa nota la española se trasladó a Kanigoram, una localidad en Waziristán Sur. Fue en esta misma área donde apareció su pasaporte junto al de su segundo marido Said Bahaji, el frustrado miembro del comando del 11-S.
De la muerte del segundo marido de Raquel solo se conoce que supuestamente fue en 2013 entre Afganistán y Pakistán. La anunció en un vídeo el egipcio Al Zawahiri, sucesor de Bin Laden. Según el documento policial, la pareja tuvo dos hijas, Madelin y María, fallecidas en un accidente en Pakistán del que no se ofrecen detalles. Su supuesto tercer marido es un dirigente de Al Qaeda de origen saudí.
Khadijal, la hija mayor de Raquel, parece haber seguido los mismos pasos de su madre. Según la información policial, a sus 20 años se ha casado tres veces y ha perdido a dos maridos haciendo la yihad. Su primer matrimonio fue el dirigente de Al Qaeda libio Abu Nurah al Libi, alias Salam Tarabuloi o Salim al Libi, que murió en mayo de 2011 en Pakistán. De ser correcta la información de este informe el enlace habría tenido lugar cuando tenía 13 o 14 años. Se volvió a casar con un líder de Al Qaeda sirio llamado Abu Izz al Shami que se trasladó desde Pakistán a Siria en 2011 y murió allí en 2013.
El tercer marido de esta joven madrileña es “un veterano líder de Al Qaeda argelino” miembro de la estructura de planificación de acciones terroristas en el exterior. Viajó a Siria desde Irán en 2016 y se estableció en el noroeste. El documento no precisa su nombre.
La familia de Raquel Burgos no sabe nada de ella desde hace 17 años. No acudió al funeral de su madre en Henar en 2009. “No sé nada de ella desde hace muchos años. Tampoco nadie del Gobierno me ha informado de cómo está”, confesaba entonces Juan Francisco, su padre.
investigacion@elpais.es
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