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El PP arrastra al PSOE a apoyar una iniciativa contra un referéndum de secesión

Los socialistas denuestan la proposición pero la asumen para evitar las repercusiones del rechazo

Miquel Alberola
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en el pleno del Congreso con diputaos socialistas.
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en el pleno del Congreso con diputaos socialistas.FERNANDO VILLAR (EFE)

El Congreso ha aprobado este martes una iniciativa del PP para defender la unidad de España “frente a cualquier intento de referéndum de secesión” y que perseguía que los grupos parlamentarios alcanzaran un pacto por la integridad territorial y la defensa de la Constitución, atributos que ya garantiza la Constitución de 1978. Tras un tenso debate en el que parecía más relevante la reacción del resto de grupos que la propia propuesta, el PP ha contado, sin embargo, con el apoyo a regañadientes del PSOE y, sin tanta incomodidad, de Ciudadanos.

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El PP ha empezado este martes a presionar en el Congreso al Ejecutivo del presidente Pedro Sánchez, quien comparecerá el día 27 ante el pleno para explicar sus posiciones ante el próximo Consejo de la Unión Europea y volverá a la Cámara en la segunda semana de julio para informar de sus planes de gobierno. Lo ha hecho a través de una proposición no de ley que fue registrada con el PP aún en el Gobierno (septiembre de 2016) para defender la unidad de España y poner al PSOE frente a sus contradicciones en un momento en el que desde el Gobierno trata de abrir vías de diálogo con el indepentismo catalán.

El apoyo de los partidos nacionalistas e independentistas a la moción de censura del PSOE que apeó a Mariano Rajoy del Gobierno y el cambio de responsables en la gestión del conflicto catalán, añadía mayor carga de profundidad a la iniciativa. El PP, frente a la supuesta amenaza de disgregación territorial, pedía en la proposición preservar “pilares básicos como la soberanía nacional”, cuestionada “desde el incumplimiento de la ley” y la amenaza de “ruptura” con el modelo constitucional.

Si la proposición no llevaba suficientes cartuchos en su interior, Ciudadanos quiso añadir más con una enmienda (finalmente rechazada) que pretendía establecer una barrera electoral que dejara fuera del Parlamento a los partidos que no superaran el listón del 3% de los votos, es decir, los nacionalistas. La iniciativa incluye también un llamamiento para alcanzar un pacto por la unidad de España y la defensa de la Constitución.

En defensa de la iniciativa, el diputado popular Carlos Floriano, tras los reconocimientos a los nacionalistas vascos y catalanes que contribuyeron al compromiso constitucional, ha señalado que España tiene un problema territorial creado por “los insatisfechos” con la Constitución, que, sin embargo, ha supuesto el “periodo de mejor convivencia” y “la mayor etapa de desarrollo y prosperidad” de España. Floriano ha advertido del peligro de separación en un momento en el que el país afronta retos globales y recupera el ritmo económico. Sus palabras han encontrado comprensión en Unión del Pueblo Navarro y poco más.

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El PSOE se ha distanciado de la iniciativa, pero ha acabado apoyándola para no añadir turbulencias al Gobierno. El diputado Gregorio Cámara ha constatado su perplejidad ante una moción que trata de “solemnizar lo obvio”. “Ese pacto está reconocido y garantizado en la Constitución y no es necesario reafirmarlo cada año”, ha afirmado. Tras criticar la ilegitimidad del secesionismo nacionalista, el socialista ha criticado la “declamatoria sobre la diversidad” hecha por el PP, “un grupo instalado en el inmovilismo” y sus “gestos sobreactuados para sus fieles sin propuestas para encauzar el conflicto territorial”.

Citando a la actual ministra de Política Territorial y Función Pública Meritxell Batet, se ha preguntado si el Congreso resulta útil votando la Constitución en forma de proposición de ley, para acabar respaldando la iniciativa con una falta de entusiasmo notoria. Fuentes del partido han admitido que el respaldo ha sido para evitar el efecto de escándalo que perseguía el PP, a la vez que han quitado importancia a la iniciativa por tratarse de una proposición no de ley sin recorrido.

Ciudadanos, por su parte, ha aprovechado para defender su enmienda para instaurar un umbral que impida a los partidos nacionalistas la representación en la Cámara para acabar con lo que Juan Carlos Girauta ha definido como “la burbuja político-mediática de particularismos”. Para ello, ha propuesto deslocalizar los asuntos territoriales hacia el Senado y dejar el Congreso para los del conjunto del Estado.

Como era de esperar, el resto de partidos ha reaccionado de forma frontal ante la iniciativa del PP. Unidos Podemos la ha calificado de “cínica, caducada y frentista”. “No contribuye a superar el debate de Cataluña”, ha criticado Josep Vendrell, quien ha considerado que el PP ha presentado la proposición porque “no quiere que el conflicto con Cataluña se desinflame”. Vendrell ha pedido al nuevo Gobierno que “afronte el debate territorial con valentía” y “que no le tiemblen las piernas ante la derecha”.

El diputado de Esquerra Republicana de Catalunya Gabriel Rufián ha considerado que la moción era un “test de españolidad” que el PP pasaba a los grupos de la Cámara para saber “cuan españoles” eran. Por su parte, Jordi Xuclà, del PDeCAT, ha reprochado al PP que rompiera la solución territorial de la Constitución de 1978 al recortar el Estatuto en el Tribunal Constitucional. También la portavoz de Compromís Marta Sorlí ha afeado al PP su iniciativa. "La Constitución a ustedes solo les sirve para competir con Ciudadanos para ver quien es más español", ha subrayado.

Por el PNV, Aitor Esteban ha reprendido al PP por considerar que la Constitución como “las tablas sagradas” y que la sociedad no cambia ni las normas puedan adaptarse a los cambios. “¿Quieren la unidad o zaherirse entre ustedes trayendo esto aquí?”, ha preguntado de forma retórica mirando hacia el PP y Ciudadanos.

Antes del pleno, en el que ha hecho acto de presencia el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la diputada del PP Valentina Martínez Ferro ha tomado posesión de su escaño en sustitución del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy. También han hecho los diputados del PSOE que sustituyen a los ministros José Luis Ábalos, Margarita Robles y Meritxell Batet: el catalán de origen marroquí Mohamed Chaid, Alicia Piquer y Gema López.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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