De oficio: organizador profesional
Una asociación reúne en España a quienes se dedican a ordenar trasteros y otros espacios ajenos, un trabajo importado de EE UU que ha puesto de moda el ‘best seller’ de Marie Kondo
Lo más difícil para María Gallay, de 48 años, es hacerle ver al cliente qué cosas necesita y cuáles no. Es organizadora profesional, un oficio que lleva ejerciendo desde hace varios años, pero que ahora comienza a asentarse en España. Ante la ausencia de una regulación específica y para aunar criterios de calidad, esta residente en Madrid decidió fundar la Asociación de Organizadores Profesionales de España (AOPE) en 2016, pero no echó a andar hasta 2017, cuando sus 50 socios participaron en el primer congreso nacional en la capital. Ya son 89 los integrantes y acaban de celebrar las segundas jornadas oficiales en Barcelona. "Ha crecido de una manera increíble la cantidad de aspirantes a organizador y los que buscan formación y prácticas", explica Gallay mientras convierte en un auténtico garaje lo que se ha convertido en el trastero de un cliente.
Un organizador profesional es una persona que "tiene talento para organizar tanto espacios físicos como rutinas y además se ha formado" para trabajar a cambio de una remuneración. También enseñan a los clientes los sistemas para llevar una vida más eficiente, optimizar los espacios y para mantener el orden de sus cocinas, garajes u oficinas. En España aún no se requiere una titulación específica, pero la AOPE exige unos criterios mínimos para inscribirse, como haber aprendido de alguien con experiencia o través de cursos y tener una web oficial. La propia asociación acaba de lanzar una nueva página online con una base de datos en la que los usuarios pueden buscar a los profesionales. No hay datos oficiales de cuántos organizadores hay en España, solo estimaciones. Desde AOPE afirman que en 2017 recibieron cerca de 500 solicitudes de información y confían en que seguirán creciendo porque "cada día hay nuevas peticiones".
El 85 % de las socias son mujeres, aunque la tendencia está cambiando y cada vez se inscriben más hombres, asegura una de ellas, Silvia Llorens, de 47 años. "No somos decoradores de interiores, ni personal de limpieza, ni un coach de eficiencia; sino personas que ayudamos a llevar una vida más organizada, tanto en espacios como en nuestra vida personal", subraya. Alicia Iglesias, de 35 años, es otra de las socias. Estaba sin trabajo y decidió hace tres años lanzarse a esta actividad de manera más profesional porque era algo que siempre le había gustado. Reconoce que durante 2017 el volumen de negocio de su empresa ha crecido considerablemente. "Ahora la gente pone en Internet 'quiero organizar mi casa' y aparecemos nosotros".
Los ingresos varían en función de cada persona. Un organizador puede ganar desde 150 a 2.000 euros al mes, una cantidad que varía en función del tiempo que lleven en el sector, de la cartera de clientes o de si lo compaginan con otro trabajo. Iglesias cobra 35 euros la hora más IVA y costes de desplazamiento, pero ofrece descuentos según el tiempo empleado en el servicio. Para organizar un trastero de unos cinco metros se pueden invertir unas cuatro horas. Coincide con Gallay en el hecho de que el best seller La magia del orden de la japonesa Marie Kondo, la organizadora más conocida internacionalmente, ha hecho que esta tendencia se conozca también en España. Una moda aupada además por las redes sociales: Iglesias acumula más de 33.000 seguidores en Instagram, más de 2.600 en Twitter y gestiona su propio canal de YouTube. Tiene unos cinco clientes nuevos al mes, más los fijos que conserva de manera continuada.
En EE UU, los organizadores profesionales llevan ya años instaurados. Hay programas de televisión, asociaciones que los aglutinan y una formación reglada. Desde AOPE miran a los estadounidenses para orientar sobre los cursos y para oficializar la regulación del trabajo. Charo Villalobos, de 41 años, se ha sumado a esta tendencia hace poco. Esta natural de Pamplona ha ejercido como periodista y community manager, pero tras un máster en emprendimiento vio en la organización profesional una oportunidad al no existir en Navarra mucha competencia. El otoño pasado dedicó su proyecto final al sector y se acaba de inscribir como socia de AOPE, después de aprender oficialmente el trabajo de otra conocida profesional: "Siempre me había interesado el tema, pero a partir de una habilidad personal vi que además podía desarrollar un nicho de mercado". Villalobos opina que además de por el éxito de Mari Kondo en redes sociales, este oficio está en auge "porque vivimos en una sociedad cada vez más consumista que tiende a la acumulación de cosas".
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