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Podemos ya no desembarca en Cataluña

Iglesias y su círculo de confianza desempeñan un rol secundario esta campaña a diferencia del protagonismo en 2015

Pablo Iglesias, con Alberto Garzón, Ada Colau y Xavier Domènech el sábado en Barcelona. En vídeo, declaraciones de Xavier Domènech.Foto: atlas | Vídeo: ALEJANDRO GARCÍA
José Marcos
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A diferencia de la campaña actual, Podemos tuvo una presencia aplastante en las elecciones catalanas de 2015. Toda la dirección desembarcó entonces en Cataluña, con Pablo Iglesias e Íñigo Errejón al frente. Los líderes del partido se mudaron a Barcelona varias semanas para dirigir el proceso sobre el terreno. Muchos lo vivieron como un ensayo a las generales de diciembre en las que querían “asaltar los cielos”. El partido trasladó desde Madrid hasta tres equipos para cubrir todos los flancos posibles —logística, medios, redes— de Catalunya Sí Que Es Pot (CSQP), que integraba junto a ICV, Esquerra Unida y Equo. Nada que ver con el rol secundario de Podemos en este proceso, en el que sus aliados en Cataluña son quienes llevan los mandos. Un factor sería el desgaste de Podemos en el resto de España por su posicionamiento en la crisis catalana

Los comunes de Ada Colau no formaban parte de la ecuación en 2015. La falta de una estructura regional y de referentes autóctonos obligó entonces a la dirección estatal de Podemos a poner a pleno rendimiento su maquinaria de guerra electoral. Pese a que también ha mantenido un papel discreto, la alcaldesa de Barcelona es quien lleva ahora la voz cantante. “La encargada de la campaña es una fuerza hermana y nos coordinamos con ellos”, explican en la cúpula de Podemos. Sus dirigentes subrayan que su presencia estas semanas en Cataluña sería mucho mayor si fueran unas elecciones generales y no unas autonómicas. “Además, ahora tienen unos liderazgos contrastados”, sintetizan.

El vacío de 2015, con un candidato como Lluís Rabell, lo cubre ahora Xavier Domènech. De la confianza de Colau y también de Iglesias, él es quien pone la cara al proyecto de Catalunya En Comú y la marca catalana de Podemos. Domènech llevó a En Comú Podem a ser la fuerza más votada en la región en las generales de 2015 y 2016. En las autonómicas del 27 de septiembre de 2015, celebradas apenas tres semanas antes, CSQP había obtenido tan solo 11 diputados y el 8,9% de los votos, pese a que Podemos se volcó con todo lo que tenía en los comicios. Unos resultados que Iglesias calificó entonces de “altamente decepcionantes” y que, según los sondeos, el 21-D podrían empeorarse.

De los actos diarios que los principales referentes de Podemos protagonizaron hace dos años se ha pasado a un perfil bajo. Para algunos, por debajo del radar. “La de 2015 fue una campaña muy diseñada desde Madrid porque a última hora Colau decidió no dar el salto y centrarse en Barcelona. Ahora tienen más autonomía que en su momento; justo ahora, un regalo envenenado”, apunta Pablo Simón, profesor de la Universidad Carlos III.

El desmarque de Colau en 2015 y su decisión de no participar en la campaña electoral de la candidatura encabezada por Lluís Rabell irritó a ICV y decepcionó a Podemos. Ambos partidos se habían volcado cuatro meses antes, en las municipales, para respaldarla. ICV aportó sus recursos y se encargó de organizar la campaña de Barcelona en Comú, y Pablo Iglesias participó en sus mítines. La excusa de Colau fue que Barcelona En Comú era “una candidatura municipalista y plural” —no todos los que la aglutinaban se sentían identificados en CSQP— y que debía preservar su rol institucional como alcaldesa.

El mejor resumen de la comparativa entre ambas estrategias de campaña son los dos mítines de esta campaña que han contado con la presencia del secretario general de Podemos frente a la decena de 2015. Iglesias se estrenó el pasado lunes en Tarragona, una semana después del inicio de la campaña. El sábado participó en el acto central en Barcelona. Frente a su presencia en solo dos actos, Pedro Sánchez, líder del PSOE, lo ha hecho en siete, Albert Rivera (Ciudadanos) en seis y Mariano Rajoy (PP) en cinco.

La misma tónica se repite en el caso de otros de integrantes del núcleo duro de Podemos, como la portavoz en el Congreso de Unidos Podemos, Irene Montero, o el secretario de Organización, Pablo Echenique, que han concentrado su actividad en la campaña electoral en un par de actos. La coordinadora en Andalucía, Teresa Rodríguez, también participó en un mitin. El secretario general de la Comunidad de Madrid y portavoz en el Senado, Ramón Espinar, ha adquirido un papel relevante con actos en Tarragona y Mataró.

Errejón, que en septiembre de 2015 era el director de todas las campañas de Podemos, tanto nacionales como autonómicas —se llegó a desplazar a Cataluña a finales de agosto para preparar los comicios— no ha concurrido en esta ocasión en ningún acto. En parte por su derrota del pasado febrero frente a Iglesias en el Consejo Ciudadano Estatal de Vistalegre II y porque su futuro pasa por Madrid. El sábado, cuando En Comú Podem celebraba el mitin central de la campaña catalana en Barcelona, Errejón participó en un acto de partido en Baleares.

Otra diferencia entre ambas campañas radica en el trabajo que en septiembre de 2015 desempeñaron los tres equipos que desplegó Podemos. Iglesias contó con uno de ellos. Su participación en la campaña solía coincidir con Rabell como refuerzo del cabeza de cartel. Errejón también tuvo su propio equipo de trabajo. Desempeñó un rol con tintes propios, con una campaña paralela de la que se recuerdan sus intervenciones en catalán, muy valoradas y más viniendo de un madrileño. Los dos núcleos duros de Podemos alquilaron pisos distintos y montaron dos bases de operaciones paralelas. Iglesias confiaba en ese momento todavía mucho en su número dos. Le dejaba hacer y deshacer bastante. La relación todavía no era la que marcó a Vistalegre II, proceso que se celebró año y medio después y donde se dirimió el poder interno de Podemos.

Los anticapitalistas de Miguel Urbán, la tercera alma de Podemos, no fueron menos y enviaron también a su propio equipo, que desde su base de operaciones en Badalona dio soporte a Albano Dante Fachin. Recién elegido secretario general de Podem, se dedicó principalmente a recorrer los círculos del partido en detrimento de su visibilidad en los actos de campaña. Fachin renunció a principios del pasado noviembre, antes de que expirara el plazo que le habían dado para cesarle tras sus múltiples enfrentamientos con Iglesias. En estas condiciones, con la federación catalana intervenida por Madrid, Podemos se la juega el 21-D.

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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