Otro sospechoso de la muerte del joven que medió en una pelea se entrega

El segundo sospechoso de la muerte del joven de 22 años que falleció el pasado fin de semana tras ser agredido supuestamente al intentar mediar en una pelea en la puerta de un bar de copas de Málaga se ha entregado en comisaría pasada la media noche. La policía considera a este hombre, de 27 años y nacionalidad española, autor de la paliza que costó la vida al chico, que celebraba su cumpleaños cuando ocurrieron los hechos la madrugada del viernes en una calle del centro de la ciudad. La tarde de este lunes también se arrestó a un varón de 25 años y nacionalidad española como presunto autor material del homicidio. Este segundo detenido tiene 27 años, también de nacionalidad española. Se presentó ante la policía pasada la medianoche, sobre las 00.30 de este martes. 

La policía tenía identificados a los dos presuntos responsables de la agresión desde este domingo. Las cámaras de seguridad instaladas en los negocios de esta zona de marcha del centro de Málaga han ayudado en las pesquisas, que han avanzado también gracias al testimonio de los testigos del crimen. El subdelegado del Gobierno en la provincia, Miguel Briones, explicaba ayer por la mañana que se conocía la identidad de los posibles autores, aunque en ese momento se encontraban en paradero desconocido.

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En uno de los casos, el entorno familiar había comunicado la intención del afectado de entregarse y los agentes del Grupo de Homicidios trabajaban para precipitar la resolución del caso. El primer arresto por la muerte llegó la tarde del lunes. Además, relacionado con este supuesto implicado, la policía detuvo a otras dos personas, dos varones de 30 y 21 años, por un supuesto delito de encubrimiento que quedaron en libertad con cargos.

La víctima, de nombre Pablo P., quedó en estado de muerte cerebral mientras intentaba mediar en una pelea en la puerta de un bar de copas de la calle Lazcano de la capital malagueña. Los hechos ocurrieron sobre las cuatro de la madrugada del viernes. El joven había salido con un grupo de

amigos para celebrar su cumpleaños y disfrutaba de la noche en un local. En un momento determinado, salió a la puerta con uno de ellos y ambos se toparon con una fuerte discusión entre otros dos jóvenes en la que incluso se había llegado a las manos. No los conocían ni tenían relación con ellos. La víctima intentó supuestamente calmar la reyerta y separar a sus protagonistas, que se habrían revuelto contra él y le agredieron, según ha determinado la investigación.

Pablo P. recibió una patada y un puñetazo en la cabeza que le dejaron inconsciente en el suelo. El chico ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Clínico Universitario de Málaga en estado crítico, con un traumatismo craneoencefálico severo y en estado de muerte cerebral. Falleció al día siguiente, después de que su familia autorizara la donación de sus órganos.