La victoria republicana deja en el aire el acuerdo sobre Palomares
El pacto para descontaminar la zona debía firmarse este año
El inesperado resultado de las elecciones estadounidenses deja en el alero algunos acuerdos cerrados con la Administración Obama; el más importante, referido a la descontaminación de Palomares (Almería) de la radioactividad dejada por la caída de dos bombas nucleares hace ya medio siglo. El secretario de Estado, John Kerry, y su homólogo español, José Manuel García-Margallo, firmaron en octubre de 2015 una declaración por la que Washington se comprometía a almacenar en el desierto de Nevada hasta 50.000 metros cúbicos de tierra contaminada.
Esta declaración debía plasmarse en un texto jurídicamente vinculante que especificara, entre otros extremos, cómo se repartirían los gastos, estimados en 640 millones de euros; 140 para el empaquetado y transporte y 500 para el almacenaje. Estaba previsto firmar dicho acuerdo antes de las elecciones estadounidenses, pero el larguísimo periodo de Gobierno en funciones en España obligó a retrasarlo hasta que ya fue demasiado tarde. La demora no inquietó demasiado al Gobierno español, convencido de que Hillary ganaría las elecciones y cumpliría un compromiso que asumió personalmente en su etapa como secretaria de Estado. Pero la victoria de Trump ha convertido la declaración de Kerry y Margallo en poco más que papel mojado.
El Gobierno español confía en que las bases de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla), que albergan el componente naval del escudo antimisiles y la Fuerza de Reacción de Marines, son tan importantes para la estrategia del Pentágono que la nueva Administración acabará aviniéndose a asumir el acuerdo alcanzado con su antecesora. Rajoy dispone, además, de una baza: aún debe contestar la petición del Departamento de Estado para desplegar en Morón una veintena de helicópteros dedicados a la lucha contra la droga.
Más preocupa que Trump cumpla su anuncio de condicionar la participación de EE UU en la defensa de Europa a un nuevo reparto de las cargas entre los aliados. Con un gasto militar equivalente al 1% del PIB, España tendría que duplicar su esfuerzo financiero en Defensa para cumplir con los objetivos asumidos en la cumbre de la OTAN de Gales (2014).
El Gobierno alega que, pese a su menor gasto militar, mantiene una quincena de operaciones en el exterior, con un total de 2.235 militares, a los que ayer saludó por videoconferencia la flamante ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal.
Por su parte, Rajoy recordó que, más allá del inquilino en la Casa Blanca, EE UU es un “socio indispensable” de España, mientras que el nuevo ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, se mostró confiado en que Trump no cumpla como presidente lo que prometió como candidato.
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