Pedro Sánchez lleva el pulso al comité federal del PSOE
Los críticos defienden que ese órgano debe elegir una gestora que se haga cargo del partido
Solo el comité federal puede dirimir quién tiene el poder en el PSOE hasta la celebración de un próximo congreso. La discrepancia es radical entre los dos sectores respecto a cuándo se tiene que celebrar. Pedro Sánchez quiere que los 300 miembros del comité voten este viernes su propuesta de celebrar un congreso dentro de tres semanas, en un proceso que él mismo dirigiría. Los críticos defienden que ese órgano debe elegir una gestora que se haga cargo del partido hasta la celebración de un cónclave en varios meses. Los opuestos a Sánchez no reconocen su autoridad como secretario general ni consideran válida la ejecutiva, a la que este jueves han asistido 16 de los 18 miembros que no dimitieron el miércoles. Los críticos dudaban si acudirán al comité.
Cada minuto en la crisis del PSOE estará envuelto en la negación del sector crítico a reconocer a Pedro Sánchez y a su equipo como los dirigentes del partido. Para ellos, la dimisión de 17 miembros de la ejecutiva supuso la disolución de este órgano, elegido hace 14 meses. Todo lo que haga, por tanto, es considerado ilegal e ilegítimo por ese sector crítico. Para empezar, la reunión de la ejecutiva federal de este jueves, a la que asistieron 16 miembros. Sánchez esperaba contar con 18, los que no firmaron la dimisión. Pero se ausentaron de esa reunión la secretaria general de Cantabria, Eva Díaz Tezanos, y la consejera valenciana de Sanidad, Carmen Montón, algo que el sector crítico consideró “muy significativo”.
De esa reunión ha salido la convocatoria para el sábado del comité federal, en el que debe someterse a votación la convocatoria de un congreso “extraordinario”. La fecha que Sánchez propone para su primera parte —la votación de los militantes en primarias del próximo secretario general— es la misma que prendió la mecha de la rebelión del sector crítico: el 23 de octubre. El congreso para elegir al resto de los órganos sería el 12 y 13 de noviembre, cuando la primera intención de Sánchez era llevarlo a diciembre.
El enojo ha sido este jueves en aumento en el sector crítico al constatar que Sánchez no dimitirá y que pretende celebrar ese congreso con él dentro del despacho de secretario general. La interpretación estatutaria de los miembros dimitidos llevaría a que en el comité federal se debería elegir a una comisión gestora que condujera sin prisa al partido a un congreso.
Sus miembros serían elegidos en este comité a propuesta de las federaciones con un presidente que sería la voz y el referente del PSOE hasta que hubiera una nueva ejecutiva. Esa gestora, denominada oficialmente comisión política, tendría la misión, además, de decidir cuál sería la posición de los 85 diputados socialistas en el caso de que Mariano Rajoy, presidente del PP, volviera a intentar su investidura como presidente del Gobierno.
El sector crítico ha planeado que la gestora esté al frente del partido no menos de seis meses: un tiempo para preparar la candidatura de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz. Todos estos planes chocan con la negativa de Sánchez a presentar su dimisión y la utilización de todos los recursos que tiene en su mano. Por ejemplo, la presidenta de la comisión de ética y garantías del PSOE, Isabel Celaá (afín a Sánchez), se niega a convocar este órgano, donde los críticos tendrían mayoría. Esta comisión es la encargada de interpretar si Sánchez debe dimitir o no.
La reunión “más triste”
Mientras la presidenta de la mesa del comité federal, Verónica Pérez, presentaba este jueves un escrito para que la comisión de garantías se convoque, Sánchez y 16 miembros de su ejecutiva estaban reunidos para preparar el congreso. “Ha sido la reunión más triste de todas las celebradas”, señaló un asistente.
No hay marcha atrás pero todas las intervenciones —“también la de Pedro”— fueron para mostrar la gravedad del momento y la necesidad de “unir al partido”. ¿Cómo? Algunos de los asistentes señalaron que “el primer gesto” será formar “un comité organizador” del congreso de manera consensuada. Pero eso será imposible ya que los críticos insisten en que una gestora debe sustituir a Sánchez y a su equipo. Con esta radical diferencia de concepciones, algunos dirigentes del sector crítico dudaban anoche sobre si el sábado asistirán al comité federal.
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