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La pareja rescatada en Malasia: “Nos hemos hecho capitanes de barco”

Marta Miguel y David Hernández aterrizan en Barajas y culminan felices y con los suyos una aventura marítima a vida o muerte

La pareja española rescatada a su llegada a Madrid.Foto: atlas | Vídeo: L. SEVILLANO / ATLAS
Patricia Ortega Dolz

Los españoles Marta Miguel y David Hernández, de 30 y 29 años, rescatados en Malasia tras pasar nueve días a la deriva en una lancha al norte de la isla de Borneo, aterrizaron este jueves en Barajas. Una multitud de medios de comunicación y familiares les esperaba, más de una semana después de que les recogiesen unos marineros de un pesquero vietnamita que faenaba ilegalmente en aguas del Mar de China Meridional (a unos 370 kilómetros de donde desaparecieron el pasado 2 de mayo).

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Una huelga de controladores en Francia ha obligado a retrasar hasta en tres ocasiones la ansiada llegada, según explicaron los familiares. Y el viaje de regreso desde Borneo ha durado día y medio. Finalmente, y tras hacer sendas escalas en Kuala Lumpur y Londres, hacia las 16.30 los madrileños hacían su aparición en la sala de llegadas de la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas ante una inusitada expectación.

"Nos hemos hecho capitanes de barco: mareas, vientos, estrellas...", bromeaba Hernández abrumado por las cámaras. El buen humor de ambos, no ocultaba la sensación de haber protagonizado un milagro: "Tras la primera noche creímos estar salvados porque vimos pasar dos pesqueros, pero pasaron de largo y se nos quedó una cara de tontos y una terrible sensación de impotencia de poder avisar a nuestras familias de que estábamos vivos".

Según relataron ayer, "una ola hizo volcar el barco y uno de los dos motores se fue al fondo junto con todas nuestras cosas", contaba Marta Miguel. "La embarcación se puso a dar vueltas sobre sí misma hasta que el otro motor se paró", explicaba. Después consiguieron subirse de nuevo a la barca de entre 12 y 15 metros de eslora y comenzó una aventura a vida o muerte que duraría nueve días, los mismos que pasaron a la deriva.

La abuela, la tía-abuela, hermanos, sobrinos, primos y cuñados de la pareja —que vivía desde el pasado mes de enero en Borneo por motivos laborales— acudieron al aeropuerto a recibirlos. A ellos y a los cuatro familiares que semanas antes se habían trasladado a Malasia para emprender la búsqueda por su cuenta.

La embarcación, con la que zarparon junto a otros dos amigos, desapareció cuando navegaba entre la isla malasia de Balambangan y el distrito de Kudat, en el noreste Borneo, un trayecto que habitualmente se recorre en unas dos horas. El bote carecía de GPS, radio o balizas de emergencia.

Las buenas condiciones climatológicas, un mar tranquilo y los peces que saltaban dentro de la barca les ayudaron a sobrevivir más de una semana hasta que fueron rescatados por el pesquero vietnamita. "Hemos pasado horas muy duras, sobre todo noches muy largas, pero nunca perdimos la esperanza", confesaba Marta, emocionada."Ahora a tomarse unos pinchos de tortilla y unas cañas", resolvía su compañero.

Ambos aseguraron que querían pasar un tiempo en España pero que volverán a Borneo, donde les espera "otro buen grupo de amigos" y donde tienen actualmente sus puestos de trabajo en un complejo turístico.

Agua evaporada y peces voladores

"El mar es implacable pero fue generoso con nosotros y nos metió la tercera noche en el barco tres pececitos voladores a los que al menos les pudimos dar un bocado", recordó David, agradecido con todo y con todos y con una sonrisa permanente en su rostro. "Ha sido una experiencia increíble, milagrosa", trataba de definirla Marta, que ideó un sistema para obtener gotas del agua evaporada y sin sal par hidratarse.

A otro de sus compañeros "se le ocurrió la idea de comer los pequeños moluscos que se iban adhiriendo a la barca, pequeños mejillones, hasta que encontraron un palo a la deriva con un montón de ellos incrustados".

Un refugio vietnamita en el mar

Los vietnamitas que dieron con ellos faenaban de manera ilegal en aguas de Malasia, por lo que no avisaron inmediatamente a las autoridades malasias ni al operativo que los buscaba para evitar ser sancionados. Durante dos días, los pescadores les alimentaron y dieron de beber, además de curarles las heridas y ayudarles a lavarse. "Sabíamos que antes o después ellos nos iban a dejar (...) en Vietnam. Eso significaba estar con ellos diez días. Ya nos habíamos hecho un poco hasta la idea" de que tardarían en regresar a Malasia, ha relatado la española.

La pareja de madrileños vivía desde el pasado enero en Malasia. Se establecieron en Borneo por motivos laborales. Desde febrero residían en Tip of Borneo, en el extremo más septentrional de la isla, y trabajaban en el complejo hotelero Tommy's Place a cambio de alojamiento y comida. Él trabajaba como electricista y se encargaba del mantenimiento y ella, licenciada en Comunicación Audiovisual, se encargaba de diferentes gestiones en el complejo.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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